Greg Abel, el relevo del multimillonario Warren Buffett

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Canadiense, de 58 años, es un hombre de la casa y comenzó su relación laboral con el oráculo de Omaha en 1999, cuando el genio de Wall Street se hizo con una participación en MidAmerican Energy, la empresa donde trabajaba

09 may 2021 . Actualizado a las 15:15 h.

Mucho ha tardado Warren Buffet en deshojar la margarita. Pero al final, lo ha hecho. Rozando los 90, el gurú de las finanzas, el oráculo de Omaha, como se le conoce mucho más allá de las fronteras de Wall Street -donde lleva años siendo venerado- ha pronunciado esta semana por primera vez el nombre de su sucesor. Ya sabemos a quién le entregará el testigo cuando decida dar un paso atrás y dejar el timón de Berkshire Hathaway, la empresa textil en quiebra en la que puso un pie a comienzos de los setenta y acabó convertida en una de las mayores firmas de inversión del mundo. Una auténtica máquina de hacer dinero, valorada en más de 630.000 millones de dólares e inversiones en gigantes de la talla de Apple, Coca-Cola o American Express.

El elegido es Greg Abel. Aunque no parece que el relevo vaya a ser inmediato. Y eso porque a Buffet todavía le queda cuerda. O eso dicen quienes mejor lo conocen. Un dato: su mano derecha, Charlie Munger, tiene 97. Lo de jubilarse no va con ellos. Canadiense, de Alberta, para más señas, es Abel, de 58 años, un hombre de la casa. Conociendo al oráculo de Omaha, no podía ser de otra manera. Graduado en Comercio en la universidad de su Alberta natal, comenzó su relación laboral con Buffet en 1999, cuando el genio de Wall Street se hizo con una participación mayoritaria en MidAmerican Energy, la antigua CalEnergy, para la que Abel trabajaba. Antes de eso, había sido contable en PwC, su primer empleo. Hoy, y desde el 2008, esa empresa en la que se cruzaron sus caminos se llama Berkshire Hathaway Energy y se ha convertido en uno de los principales proveedores de energía de Estados Unidos de la mano de Abel, su máximo responsable.

Pero mucho antes de aquello, Buffet ya había oído maravillas sobre él de Alberta. Por boca de uno de sus amigos de la infancia, Walter Scott Jr., accionista de CalEnergy, encandilado con el buen hacer de Abel en la adquisición de una compañía en el Reino Unido. Transcurridos los años, también cuenta ahora el directivo con la admiración de su jefe. «Siempre tengo tiempo para Greg cuando llama, porque me trae grandes ideas y es verdaderamente innovador en su pensamiento y su enfoque empresarial», ha resumido en alguna entrevista.

Casado en segundas nupcias y padre de cuatro hijos, en la carrera por la sucesión se ha impuesto Abel a Ajit Jain, vicepresidente de operaciones de seguros de Berkshire Hathaway desde el 2018. A favor del de Alberta ha jugado la edad. Su rival tiene 69. «Ambos son tipos maravillosos y llevan la empresa en las venas. Sin embargo, la diferencia de 10 años marca una distancia real», argumentó el oráculo de Omaha en una entrevista en la cadena de televisión estadounidense CNBC tras desvelarse el que ha sido uno de los secretos mejor guardados de Wall Street.

El colosal reto de este apasionado del hockey -es sobrino de Sid Abel, una leyenda de este deporte-: continuar el legado de uno de los financieros más respetados del planeta. «Mantener la cultura de Berkshire Hathaway», en palabras de su jefe, cuya filosofía a lo largo de décadas ha consistido en colocar el dinero en empresas que, a su entender, cuentan con un buen equipo gestor. Dejarles hacer sin interferir en las decisiones ni inmiscuirse en las estrategias a seguir, y esperar a que la inversión dé sus frutos. No le ha ido mal. Buen ojo tiene el de Omaha. Nadie lo discute. El sexto hombre más rico del planeta. Más de 108.000 millones de dólares atesora. No son pocos.

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