Pasaporte al empleo más codiciado

Laura García del Valle
Laura G. del Valle REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

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Las grandes tecnológicas se rifan a los desarrolladores web. El curso intensivo de Hack a BOS permite que hasta los más analógicos puedan, tras 4 meses, ganarse la vida como programadores

03 jun 2019 . Actualizado a las 15:06 h.

Es lógico que al entrar por la puerta de Hack a BOS hasta al más analógico se le pase por la mente entrar en un ámbito que está revolucionando de manera transversal todos los sectores: el tecnológico. En la sede de este bootcamp de programación, el primero y único (por el momento) de la zona noroeste de España, no hay despachos para los docentes, los alumnos no tienen pupitres y, de hecho, es difícil distinguir al alumno del maestro entre las mesas corridas donde cada uno gestiona su tiempo. Unos para enseñar a los pupilos a convertirse en los trabajadores del futuro, que ya es el presente; otros con la intención de formar parte de esas grandes tecnológicas gallegas que, casi desde el momento en el que se convirtieron en alumnos de este programa, se los rifan. Literalmente. No hay más que atender a los datos: menos de una semana después de haber presentado sus proyectos finales, tras cuatro duros e intensivos meses de formación, «el 60 % están ya contratados o con ofertas de empleo; pero esperamos llegar al 90 % en seis meses». Lo explica Pilar Varela, responsable de Talento de esta startup que, dado el éxito cosechado con sus dos primeras ediciones en A Coruña, tiene previsto inaugurar un bootcamp en Vigo el 16 de septiembre. La ciudad herculina inaugurará una nueva edición el día 2 de ese mes.

Parte del triunfo de la idea de Pablo Rodríguez, el orgulloso impulsor de este proyecto y CEO de la compañía, cuyo origen se traslada a Estados Unidos, radica en romper barreras y moldes. El primero, que se trata de un curso pensado para todo tipo de perfiles, incluso aquellos menos familiarizados con la informática. «Entre nuestros alumnos hay todo tipo de personas: desde estudiantes de una carrera técnica, decepcionados porque han tenido que dedicar muchas horas a la física o a las matemáticas y pocas a la programación; a chicos que ni siquiera han terminado la secundaria pero que les encanta el mundo del desarrollo web y, además de tener muchísimo talento, son autodidactas», señala Varela, responsable de la selección del alumnado a través de una prueba de lógica, una de conocimientos básicos de informática y una entrevista personal. Y añade: «Pero también hay alguna persona que, tras años en el mundo laboral, se ha querido reinventar por las necesidades que han surgido».

Otro de los puntos que hacen tan interesante este bootcamp es, sin duda, la singular manera de enseñar que aplican en el centro, del todo alejada del clásico método de aprendizaje tradicional de las escuelas y universidades. «Les preguntamos a las empresas por sus necesidades en cuanto a tecnología, para luego nosotros adaptar el plan de formación; pero además, nos diferenciamos porque nuestros módulos son transversales: le damos muchísima importancia a la empleabilidad, y reforzamos los cursos con habilidades blandas», explica Brais Rodríguez, responsable del área de márketing.

Sueldo de 24.000 euros

Sin duda este es el caballo ganador de Hack a BOS. En España, las ofertas de trabajo para programadores son mayoría en el mercado laboral de la tecnología; tanto, que hay estudios que revelan que superan ya el 24 %, y hablamos de un sector que está en plena ebullición. Pero más allá de la elevada tasa de colocación de los estudiantes del bootcamp de programación, es necesario destacar que los salarios son del todo apetitosos. «Una persona que empiece como programador júnior puede partir de un sueldo de 18.000 euros, pero como la progresión de estos perfiles es tan rápida, en dos años puede estar fácilmente en 24.000 euros; el salto es enorme y no se queda ahí el ascenso», matiza Varela.

Todos estos puntos son llaves que van abriendo las puertas de la motivación de estos jóvenes, a veces difícil de conseguir en un entorno social tan veloz que apenas permite discernir lo que nos gusta de lo que no. Sin embargo, el interés parece ser una pieza indispensable de todo aquel que cruza la puerta de este hervidero de ideas distribuido en dos plantas. Y donde el estimulante no es el café (no tienen; solo infusiones que incrementen el confort), sino la ganas de aprender. «Es imprescindible el esfuerzo, y es parte del éxito de estos chicos. Yo es lo que más valoro: la motivación, porque para muchos es un mundo muy nuevo en el que solo consigues avanzar si tienes muchas ganas», continúa la experta en recursos humanos. Ganas que transmiten cada vez que pisan una compañía (otro de los must de Hack a BOS) y explican sus proyectos y valores. El feedback de los responsables de los departamentos de informática es, prácticamente siempre, muy positivo. Tanto que muchas de estas empresas preguntan por frecuencia por nuevos alumnos que puedan resultarles interesantes.

La autonomía, valor clave

Conoce de primera mano todo lo escrito en esta página Daniel Romero, que con 24 años está a punto de firmar un contrato con una gran entidad tecnológica, para la que empezará a trabajar en junio, solo unas semanas después de haber terminado las clases de programación. Reconoce que no le resultó tarea fácil tomar la decisión de sumarse al equipo de Hack a BOS por tratarse del primer grupo del primer bootcamp de Galicia. Pero ahora aquellas dudas le hacen hasta gracia. Más allá de porque tiene apalabrado un trabajo, por la formación que ha recibido: «Valoro sobre todo tres cosas: que he tocado muchísimos palos, que fomentan la autonomía, y la conexión que te proporcionan con el mundo empresarial, que sería imposible de conseguir de otra manera». Este amante de la música, que en alguna ocasión se planteó dejarlo todo por su pasión, está ahora encantado con su decisión, en la que, eso sí, se sincera, primó la racionalidad. Por eso anima a personas en su situación, a las que les gusta la programación pero no encuentran unos estudios tan específicos, a que formen parte de este equipo. También las chicas, matiza. «En este mundo siguen predominando los hombres, pero en Hack a BOS hacen un esfuerzo enorme para que esto deje de pasar».