¿Es barato comprar en España?

Sara Cabrero
Sara Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

Maria Pedreda

España es el país de la eurozona con la ropa más barata, mientras que la comida y las bebidas alcohólicas también cuentan con precios reducidos; las comunicaciones, entre las más caras

13 ago 2017 . Actualizado a las 17:30 h.

Consumir en España es, en términos generales, más barato que hacerlo en la media de nuestros socios comunitarios. Pero no es oro todo lo que reluce. Porque aunque la cartera de los españoles no es de las que más sufre dentro del Viejo Continente, hay algunos consumidores fuera de nuestras fronteras que gozan de un consumo algo más económico.

Según los últimos datos de la estadística comparativa de precios de consumo de los hogares del 2016, publicada por Eurostat, España tiene un índice del 91,5, una marca que la sitúa por debajo de la media europea, cuya cifra es el 100. Según la agencia europea, todos aquellos países que se sitúen por debajo de esta marca media (entre los que se encuentra España) son considerados territorios «relativamente baratos». Al otro lado de la balanza (los que superan esa cifra) están todos aquellos considerados «relativamente caros».

En este ránking, Dinamarca se lleva la medalla de oro. Con una nota de 138,7, este es el país en el que el día a día supone el mayor desembolso. Le siguen muy de cerca Irlanda, que se queda con el segundo puesto y Suecia. No ocupan los primeros puestos, pero los ciudadanos británicos, belgas, franceses, alemanes e italianos también tienen que hacer frente a sus gastos diarios en un país considerado «relativamente caro».

España comparte la parte baja de la tabla con territorios como Chipre, Grecia o Portugal. Una zona en la que Bulgaria, Rumanía y Polonia son las reinas. Estos tres países se han convertido en los tres más baratos de toda la Unión Europea.

Pero estos índices no afectan a todos los productos por igual. Algunos de los bienes y servicios españoles gozan de buena situación en comparación a la media, pero hay otros que nos cuestan un mayor esfuerzo que a nuestros socios europeos.

Las comunicaciones son un ejemplo de ello. Acceder a un servicio de telefonía, correos o Internet es dentro de las fronteras españolas un 8,8 % más costoso que hacerlo en la media Europea. De hecho, nuestro país es el séptimo más caro dentro de la UE en lo que se refiere a esta partida, siendo solo superado por Italia, Bélgica, Reino Unido, Irlanda, Suiza y Grecia.

No es el único servicio por el que pagamos más que nuestros vecinos. Los muebles también se sitúan por encima de la media. El índice de precios en España supera ligeramente (102,9) el promedio europeo y adquirir alguna mejora para el hogar es más caro en nuestro país que en otros como Alemania, Suiza o Francia. Sin embargo, todavía no llegamos al nivel de islandeses, luxemburgueses, holandeses o británicos, que son los que más tienen que estirar el bolsillo para comprar muebles.

La ropa, un chollo

La contrapartida a las comunicaciones y los muebles la ponen la ropa, la alimentación y las bebidas alcohólicas y el tabaco. El mercado de consumo español es realmente interesante para adquirir prendas de vestir y calzado. De hecho, el nuestro es el más barato dentro de la zona euro y el quinto más barato en toda la Unión Europea, siendo solo superado por Reino Unido, Rumanía, Polonia, Hungría y Bulgaria.

Las bebidas alcohólicas y el tabaco también se sitúan entre la partida de los productos relativamente baratos dentro de España, que es el sexto país de la eurozona con los precios más asequibles. De hecho, tomarse una cerveza o fumarse un cigarrillo es un 13,9 % más barato en nuestro país que si tomamos como medida la media europea. Solo Letonia, Lituania, Croacia, Eslovenia y Eslovaquia ofrecen a sus consumidores estos productos a un precio más interesante.

También entran dentro del grupo de bienes considerados «relativamente baratos» los servicios de transporte (España es el décimo cuarto lugar más barato), la vivienda y los servicios del hogar (que son un 8,6 % inferiores a la media), la alimentación (cuyos precios están un 4,2 % por debajo de la media de Europa) y la cultura (que aunque España se encuentra en la parte baja de la tabla, en la de los baratos, lo hace rozando el límite que la situaría entre los caros).

Los restaurantes y los hoteles son otra de las partidas que llama la atención. España también es barata para disfrutar de las vacaciones. De hecho, es un 14,4 % más económica que en el resto de Europa, donde Suiza, Islandia y Noruega ocupan los puestos altos de la tabla. Países como Italia, Alemania, Reino Unido o Francia también juegan en la liga de los más costosos; mientras que al otro lado se sitúan Bulgaria, Rumanía y la República Checa.

MARÍA PEDREDA