Kristina Luzhkova participa en un programa de vacaciones de salud
03 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Kristina Luzhcova Yuriezna, una niña de 12 años procedente de la localidad de Novozikov, en Bryansk, perteneciente a la Federación Rusa, pasa su sexto verano en Lugo. Fue la primera que llegó a la capital a través de programa de vacaciones de salud que organiza la asociación ourensana Ledicia Cativa, que lleva más de una década preparando los viajes de niños afectados por radiaciones de la central nuclear de Chernóbil. En su primer verano, en el año 2006, Kristina y Danil, un compatriota que siempre vivió con la misma familia, abrieron un camino que ha traído a finales de junio a la provincia a 18 niños procedentes de regiones afectadas por el desastre nuclear.
Si bien en otras asociaciones que organizan acogimiento de niños notaron que la crisis hizo descender el número de solicitudes, en Ledicia Cativa no notaron ese bajón. Posiblemente el reciente accidente nuclear de Fukushima, en Japón, haya mantenido el deseo de cuidar durante dos meses de niños afectados por las radiaciones de Chernóbil. Según la organización, en estos dos meses de estancia en familias lucenses los niños ganan peso y altura.
Los cambios de un año para otro, y no solo los físicos propios de la edad, los notan los padres de acogida de Kristina, Víctor González y Victoria García. La niña, según Victoria, ha conseguido superar el cansancio crónico que arrastraba durante los primeros años, que le impedía disfrutar de juegos y actividades con el resto de los niños. La preadolescente -cumplió los 12 años- habla castellano con fluidez y ha logrado salvar algunas barreras. El primer año no quiso probar la leche ni ninguno de sus derivados. Los padres de acogida creen que su rechazo inicial obedecía a que en las localidades afectadas por la radiación no la consumen porque sigue contaminada. Kristina come ahora de todo sin problemas, incluidos la pizza y los yogures.