Problemas y errores frecuentes en la lactancia: «Se considera que es algo instintivo y no es así, el 50 % es la técnica»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

LA TRIBU

La lactancia materna está rodeada de mitos que impiden su desarrollo. Hoy los derribamos.
La lactancia materna está rodeada de mitos que impiden su desarrollo. Hoy los derribamos. La Voz de la Salud | iStock

El mito del instinto maternal hace que las madres no se informen tanto como podrían y eso obstaculiza la lactancia

17 nov 2022 . Actualizado a las 16:54 h.

La leche materna es el alimento ideal para los bebés. Así lo afirma la Organización Mundial de la Salud, que recomienda que los lactantes reciban lactancia materna de manera exclusiva durante sus seis primeros meses de vida. A través de ella, el bebé adquiere no solo nutrientes, sino anticuerpos que son cruciales para su sistema inmunitario. Pero la lactancia es, en realidad, mucho más que alimentación. El acto de dar el pecho está revestido de un contexto cultural y está rodeado de tradiciones.

Todo esto hace que sea complejo a veces enfrentarse a los problemas que, en muchos casos, surgen en ese camino. Consejos erróneos transmitidos entre generaciones y angustias de los padres primerizos por las necesidades nutricionales de sus bebés, así como la presión que experimentan muchas madres de reincorporarse rápidamente al trabajo, son obstáculos que impiden a muchas familias lograr esta lactancia materna exclusiva. En la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra del 1 al 7 de agosto, te explicamos los errores más frecuentes que se cometen en la lactancia y cómo evitarlos.

Instinto maternal: ¿realidad o mito?

Muchas veces, los problemas en la lactancia surgen de un simple mito. Se suele creer que debemos prepararnos con extremo cuidado y planificación para el parto, mientras que la etapa posterior, la lactancia, se deja de lado en esa formación previa, por considerarse algo que se dará de manera natural. Esto repercute negativamente en la relación de las madres primerizas con la lactancia.

«Siempre se considera que la lactancia materna es algo completamente instintivo y no es así. La madre tiene instinto de lactar y el niño tiene instinto de succionar y de comer. Pero eso es un 50 %, el otro 50 % es la técnica que usen, y eso se desarrolla. Tienes que saber cómo tiene que comer un bebé, cómo no, cómo te puedes hacer daño, cómo pueden interferir los pacificadores como los chupetes, o las tetinas, que también interfieren en el agarre. Todo eso es una cuestión de aprendizaje y una cuestión que hay que acompañar y apoyar para que la lactancia consiga superar todos esos obstáculos y esas dificultades que se topan y que al final consigan un éxito», señala la matrona Inés Curro.

La falta de leche, una ansiedad común

Tal y como explica Curro, el inicio de la lactancia materna es la etapa que más estrés genera a las nuevas madres, porque en muchos casos, la producción de calostro (la leche que produce el cuerpo inicialmente) es interpretada como una escasez de leche. Sin embargo, este calostro cumple una función primordial.

«La concentración de leche materna en el primer mes es muy cambiante. La primera leche que sale es el calostro, que es pobre en grasas. Siendo pobre en grasas, para el bebé es como tomar una ensalada. No aguanta tanto tiempo, entonces, va a pedir comer con más frecuencia. Esto va sumado a que el niño tiene un estómago pequeño y es normal que pida con frecuencia. Esto, a veces, desespera a las madres, que no saben qué les pasa. Pero los primeros días, eso es todo normal. Están colgados de la teta continuamente. Esto también es beneficioso para que la madre estimule su pecho y se inicie la subida de la leche, con una leche de transición que ya incorpora más grasa», explica Curro.

«La leche va cambiando de forma paulatina. Eso hace que el sistema digestivo del bebé no se sobrecargue con grasas de repente. El calostro, que es laxante, ayuda a eliminar esas primeras heces que son oscuras. Para que el lactante pueda expulsar esas heces, el calostro es importante. Luego irá incorporando grasas en una concentración mayor de forma paulatina. Pero el estómago del niño también es cambiante y va creciendo con el tiempo. No es lo mismo que un niño tome 20 mililitros en cada toma que 40 y además, que sean de leche madura. Es obvio que con esa leche madura va a quedar más saciado y va a poder descansar durante más tiempo que un niño que recién tome calostro», añade Curro.

La falta de conocimiento sobre este proceso puede llevar a algunas familias a incurrir en errores. «Según la evidencia científica, tras el dolor, la sensación de baja producción de leche es la segunda causa por la que las mujeres dejan de dar el pecho. Debido a que no tenemos cultura de lactancia en nuestra sociedad, hay muchas mujeres que piensan que su leche no es suficiente, que su bebé pasa hambre, sobre todo los dos o tres primeros días, en los que tenemos el calostro, que es la primera vacuna para el bebé. Entonces, un poco, por miedo a que pase hambre, se comienza con suplementaciones de lactancia artificial y se utilizan tetinas que pueden interferir en la succión del bebé. Y luego, puede ser difícil que deje de utilizar esas tetinas y lograr que esto no afecte a la lactancia posteriormente. A veces, no conseguimos una lactancia materna exclusiva y acaba siendo una lactancia mixta», señala Sonia Durán, matrona y Consultora Certificada en Lactancia Materna (IBCLC).

Por esta razón, explica Durán, lo más importante es tener una buena educación sobre lactancia. «Yo siempre digo a las embarazadas que acudan a su matrona en el centro de salud, que acudan a grupos de apoyo, que vean durante el embarazo a mujeres amamantar, que vean cuáles son las posiciones y resuelvan sus dudas. Porque la lactancia tiene mucho de cultural y el tener referentes en los que fijarse es indispensable», apunta.

Cuando dar la teta duele

El dolor al amamantar es uno de los problemas más frecuentes que interfieren con el proceso de la lactancia materna. Aquí, la técnica de agarre es fundamental. «Es el problema más prevalente que me encuentro y de hecho es una de las causas más importantes por las que las mujeres dejan de dar el pecho. Normalmente, está causado por un mal agarre del bebé y este mal agarre puede venir por varias causas. Puede ser que el bebé no esté abriendo bien la boca, que la mamá o el bebé no estén bien colocados. Si esta es la causa, una buena observación de la toma para explicarle a la mamá cómo debe agarrarse el bebé al pecho y cómo debe colocarse es suficiente», asegura Durán.

«Pero a veces no es tan sencillo. Puede ocurrir que en un parto en el que el bebé haya necesitado intervenciones, él pueda tener dolor o alguna contractura y esto impida que el bebé haga una toma. O, por ejemplo, ahora se está investigando mucho en el tema de la anquiloglosia, que es una telilla en la boca que impide la correcta movilización de la lengua. Esto puede hacer que el bebé haga movimientos compensatorios y le produce dolor a la madre. En estos casos, a veces es necesario contar con el apoyo de un equipo multidisciplinar de fisioterapeutas y pediatras para intentar abordarlos de manera conjunta», señala Durán.

En este sentido, es importante destacar que la lactancia no debería doler y, si esto ocurre, es porque hay un problema. «La boca del bebé va articulada de forma diferente cuando toma del pecho que cuando toma del biberón. La teta se mastica y se come, como si fuese un bocata. Tenemos ese concepto de que la teta se chupa como si fuese un biberón o un chupete, pero no. Un biberón se chupa con la lengua para atrás y los labios fruncidos, cerraditos. Sin embargo, para la teta, los niños tienen que abrir muy bien la boca y la lengua pasa sobre la encía inferior para que no nos hagan daño, cubren la encía con su lengua. Entonces, saben la presión y el cierre que tienen que hacer, porque no se van a hacer daño a sí mismos. Cuando toman bien la teta y tienen un buen agarre, no hacen daño, e incluso la lactancia es muy placentera», señala Curro.

Golpe de realidad

Uno de los grandes obstáculos que impiden desarrollar la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses es el regreso al trabajo. En España, las madres disponen de una licencia por maternidad que les permite atender a sus bebés por cuatro meses, pero, transcurrido ese tiempo, el retorno a las tareas laborales es en muchos casos inevitable y las circunstancias se vuelven adversas para sostener la lactancia. «No todas las políticas de empresa ayudan a que las madres puedan sacarse leche. Y a los cuatro meses, el lactante come solo leche, con lo cual, no podemos darle otro alimento supletorio mientras la mamá no está. No se deben introducir otros alimentos que no sean leche hasta los seis meses, y esto en mi experiencia es un escollo importante en las políticas de conciliación. Muchas mujeres abandonan la lactancia a su incorporación al trabajo», observa Durán.

Esto es especialmente grave si tenemos en cuenta que la leche debería seguir siendo el alimento principal para los niños hasta los dos años de edad. «Como sabemos, lo ideal sería durante los primeros seis meses de vida ofrecer solo leche materna al bebé. Y a partir de los seis meses hasta los dos años, el bebé sigue lactando, la leche sigue siendo el alimento principal, pero se le van introduciendo alimentos, lo que se dice alimentación complementaria. La leche no complementa al alimento, sino al contrario. La leche sigue siendo el alimento principal y el resto de alimentos que vamos a ir introduciendo, frutas, verduras, carne, pescado, van a complementar», explica Durán.

Consejos para las madres

La lactancia es una etapa muy ligada a lo cultural y a lo social. En este sentido, el entorno de la madre puede tener una gran influencia en las decisiones que ella toma y por esta razón es que es crucial rodearse de apoyo y tener un círculo cercano que entienda y acompañe el proceso de la lactancia. «Lo que yo animo a todas las mujeres a hacer es formarse durante todo el embarazo, acudir a grupos de apoyo de la lactancia y tener a una referencia que no solo tiene que ser su matrona. Puede ser un grupo de apoyo, o una IBCLC, que es una consultora internacional de lactancia materna certificada, puede ser su pediatra. Es importante que tengan una figura en la que ellas confíen y a la que le puedan preguntar. También leer muchos libros basados en evidencia», recomienda Durán.

«Acudir a estos grupos es completamente necesario, porque te informan sobre cómo tiene que ser el agarre, quitas mitos sobre la leche, como que la leche es aguada, que no alimenta, que tiene que tomar 15 minutos de cada teta cada 3 horas. Esos conceptos siguen arraigados en la sociedad. La gente que rodea a la mamá le hace llegar estos mitos que le hacen dudar de que lo que hace sea correcto. Insistimos en que la lactancia es a demanda del niño, el tiempo que él necesite y la frecuencia que él necesite», aclara Curro.

«La falta de tiempo del profesional sanitario también muchas veces hace mella. Este año estamos bajo mínimos de matronas. Con lo cual, la atención a la mujer durante sus procesos, embarazo, parto, posparto y lactancia se puede ver mermada. Pero, además, la cultura que tenemos no facilita el amamantamiento. Hay desde hace años una cultura basada en la fórmula artificial, con lo cual no hemos visto amamantar a nuestras madres, a nuestras hermanas o tías. Y hay muchísimos mitos en torno a la lactancia que no solo cree la gente de a pie, sino que también seguimos viendo estos consejos de parte de profesionales. En un momento de vulnerabilidad como puede ser el posparto, en el que la madre, después de este proceso, puede estar cansada y con hormonas, lo que necesita es confianza, ayuda y que no juzguen sus decisiones», señala Durán.

Al final, dar la teta es una decisión que debe tomar cada madre y cada familia con la información de la que dispone. Pero cabe subrayar que la lactancia materna tiene beneficios no solo para el bebé, sino también para la madre. Está demostrado que dar el pecho permite una mejor recuperación en el posparto, facilita la vuelta de la madre al peso que tenía antes del embarazo, protege frente al cáncer de mama y el cáncer de ovario. Por todo esto, las profesionales recomiendan a las madres mantenerse pacientes y seguir perseverando, probar diferentes técnicas y buscar ayuda en cuanto algo salga de lo normal, para garantizar el éxito.

 

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.