El mensaje viral del Departamento de Salud de Queensland que anima a «hacer caca en el trabajo»
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El consejo recuerda la importancia de no ignorar las ganas de ir al baño debido a los problemas digestivos que puede acarrear
13 sep 2024 . Actualizado a las 13:36 h.El departamento de salud del estado de Queensland, Australia, se ha hecho viral en los últimos días por uno de los consejos dados en sus redes sociales: «Está bien hacer caca en el trabajo». Lo hacía, además, con una llamativa imagen de delfines saltando entre arcoíris, para darle algo de ironía al tema.
El mensaje comenzaba con una pregunta muy directa que no tardó en captar la atención de los usuarios de Instagram: «¿Haces caca en el trabajo?», para después añadir: «Para muchos es complicado hacerlo en baños públicos, pero os recordamos que está bien ir al baño en el trabajo».
El organismo de salud recuerda, con esta publicación tan llamativa, que ignorar constantemente las ganas de defecar pueden hacer que las heces se obstruyan en el colon, causen hemorroides y otros problemas graves. Por eso, añadían: «Es mejor dejarlo ir».
También aprovechó la ocasión para hablar de una condición más frecuente de lo habitual: la parcopresis, también conocida como el síndrome del intestino tímido, un miedo presente en algunas personas a defecar en un baño público por el temor a ser juzgadas por los sonidos u olores asociados a esta necesidad fisiológica. Esta fobia suele ser más habitual en épocas de vacaciones, cuando la gente sale de su rutina habitual, aunque el organismo australiano destaca que también puede estar presente en el día a día. Quien lo sufre no lo pasa nada bien, ya que decidir, activamente, no ir al baño puede causar molestias digestivas, sudoración o náuseas.
Desde el departamento de Queensland terminaban su publicación dando unos cuantas recomendaciones para mejorar esta situación. Primero recordaban que todo el mundo hace caca, «visualiza a alguien famoso en el baño, como Taylor Swift», añadían; también animaban a traer una fragancia para disimular, por si esto ayudase, y a respirar profundamente o hacer un breve ejercicio de meditación, para que el cuerpo se relajase y no tuviese tanta tensión.
¿Qué se considera estreñimiento?
Viralidad aparte, el momento de ir al baño es, para algunos, una pesadilla. El estreñimiento afecta a entre el 12 y el 20 % de la población española, según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), y es el doble de frecuente en mujeres que en los hombres, y el triple en personas mayores de 65 años, comparados con los grupos de edad más jóvenes.
Se considera estreñimiento cuando existen menos de tres deposiciones semanales, con heces duras, escasas y secas. También se asocia con la falta de ganas o necesidad. En la consulta, es importante tener en cuenta que lo que para uno será estreñimiento, para otro ni se acercará. La FEAD indica que los límites del número de deposiciones aceptables son muy amplios: desde tres veces a la semana hasta tres cada día.
En su clasificación, también se mide la duración. Si permanece durante tres o más meses se habla de crónica, habitual o mantenido. Por el contrario, si es de carácter agudo, es ocasional.
Pese a la molestia que ocasiona, no se considera una enfermedad, sino un síntoma. Eso sí, existen factores de riesgo que favorecen su aparición como una alimentación inadecuada, sedentarismo o inmovilidad, tener sobrepeso u obesidad, ignorar las ganas de ir al baño o el consumo de algunos medicamentos como ansiolíticos, antidepresivos o antihipertensivos. Todos los anteriores, a la par que factores de riesgo, pueden ser los desencadenantes. Por eso, cuando se les pone solución, el estreñimiento desaparece.
Por otra parte, puede ser secundario a otras patologías como el síndrome del intestino irritable, el cáncer de colon, las hemorroides externas o la disinergia del suelo pélvico.
¿Cómo se puede evitar?
Desde la FEAD explican que, en la mayoría de casos, el estreñimiento puede prevenirse con buenos hábitos higiénicos dietéticos. Una buena forma de empezar a evitarlo es manteniendo una buena dieta. La fundación de médicos digestivos dan importancia a la ingesta de un desayuno completo, con un aporte suficiente de fibra dietética, «como cereales ricos en salvado de trigo, o soluble que tiene efecto prebiótico, con proteínas (huevo, jamón, o queso bajo en grasa o yogur), líquidos abundantes, leche, agua y zumos», precisan.
Recomiendan que los vegetales sean la base de las comidas, con un primer plato de ensalada o de cuchara —en forma de cremas o potajes—, y un segundo de pescado o carne a la plancha o hervido, o una tortilla, con aderezo vegetal y una fruta de postre.
A última hora, es mejor que la cena sea ligera. No más allá de las nueve de la noche. Explican que las que se postergan en la noche retrasan el vaciamiento del estómago, lo que puede aumentar las posibilidades de sufrir dispepsia o reflujo, y enlentecen el tránsito intestinal. En esta ingesta, también es importante la calidad.
Precisamente, el menú debe organizarse de manera que la dieta contenga suficiente fibra: cereales integrales, verduras, hortalizas, legumbres, purés, sopas, leguminosas y frutas variadas son opciones ricas en ella. Además, la FEAD anima a consumir calabaza y boniato asado, así como altramuces (bien desalados), que son ricos en arginina.
Para un extra de probióticos, la entidad destaca el consumo de encurtidos en forma de pepinillos, col, zanahorias o cebollas en vinagre, ya que son una buena fuente de fibra «interesante, que además contienen lactobacillus plantarum, lo que contribuye a modular el tránsito intestinal», explica la fundación española. En suma, es importante no olvidarse de los líquidos y tratar de beber, al menos, un litro y medio de agua al día.
Al sistema digestivo también le gustan las rutinas, por eso, desde la FEAD recuerdan la importancia de tener un horario adecuado para la defecación. Lo más habitual es que sea tras el desayuno o la comida. «No tiene importancia si no se defeca todos los días o pasan dos o tres días de forma ocasional», añaden. A su vez, y al igual que el departamento de salud del estado australiano, recomiendan no ignorar las ganas de ir al baño, pues si se hace de manera continua se inhibe el reflejo de defecación. También hablan de cuidar la postura siempre que se pueda, ponerse en cuclillas favorece la expulsión de las heces: «Alza los pies, para acercar las rodillas al vientre», destacan los médicos.
Finalmente, desde la entidad señalan la importancia del ejercicio y de la actividad física: «Tiene que ser diario, y se puede aprovechar la ida al trabajo y la vuelta para ir caminando a buen ritmo; subir escaleras, así como prácticas tonificantes de la musculatura abdominal y del suelo pélvico, la natación o la bicicleta», apuntan.
En este sentido, y a medida que se implementan unos hábitos, otros tienen que desaparecer. La FEAD habla de dejar de fumar, «ya que al contrario de lo que se piensa, no hacerlo mejora el hábito intestinal», y reducir drásticamente o evitar por completo el consumo diario de alcohol. Eso sí, sin la prescripción médica, nunca se debe recurrir a la automedicación y, mucho menos, sin haber probado todo lo anterior.