Ictus, migraña o alzhéimer: casi la mitad de los españoles tiene una enfermedad neurológica
ENFERMEDADES
Un estudio publicado en la revista The Lancet Neurology sitúa estos trastornos como la principal causa de años de vida ajustados por discapacidad del mundo
15 mar 2024 . Actualizado a las 15:25 h.Crecen los afectados por trastornos del sistema nervioso central y periférico. Las enfermedades neurológicas fueron, en el 2021, la principal causa de años de vida ajustados por discapacidad del mundo, según un estudio publicado en la revista científica The Lancet Neurology que, además, desvela, que casi la mitad de la población mundial (un 43 %) padece algún tipo de patología. Cifras que se traducen en millones: 3.400 millones de pacientes; más de once millones de fallecimientos; unos 275 millones de años de vida perdidos y unos 168 millones de años de vida con discapacidad. Casos, historias de afectados, que en las últimas dos décadas han aumentado un 18 %.
Según datos de la misma investigación, que fue elaborada por el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, España no sale mejor parada. A nivel nacional, más de 23 millones tienen una enfermedad neurológica, una prevalencia que supera, en un 18 %, a la media mundial, y un 1,7 % en comparación a otros países occidentales europeos. Así, estos trastornos acumulan un millón de años de vida vividos con discapacidad y a más de medio millón de vida perdidos.
Los datos empleados pertenecen al Global Burden of Disease desde 1990 hasta el 2021, que incluye la presencia de 371 enfermedades en 204 países. El abanico de dolencias es amplio, y entre ellas aparecen nombres conocidos como el ictus, la encefalopatía neonatal, la migraña, el alzhéimer —y otras demencias—, la epilepsia, los trastornos del espectro autista o los tumores del sistema nervioso, la neuropatía diabética o la meningitis.
Para Jesús Porta-Etessam, presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), estos resultados son una prueba evidente de la carga económica y social de este tipo de patologías, «ha sido subestimada y que además está en aumento», precisa. Por ello, considera «crucial» establecer estrategias eficaces de prevención, tratamiento y rehabilitación. Si bien reconoce que no todos los casos guardan relación con el envejecimiento, «el incremento en la esperanza de vida ha tenido un impacto significativo en trastornos neurológicos relacionados con la edad, como la enfermedad de Alzheimer, el ictus o la enfermedad de Parkinson», detalla el neurólogo. Por ello, indica que sería necesaria que las políticas de salud no solo se centrasen en prolongar la vida, «sino también en minimizar la pérdida de salud debida a la discapacidad», concluye el presidente de la SEN.
Las conclusiones del extenso estudio van más allá y calculan la proporción de enfermedades neurológicas que podrían evitarse eliminando los factores de riesgo. Así, señala que controlar la hipertensión sería una variable determinante para reducir un 57,3 % los casos de ictus, mientras que, estabilizar la diabetes podría disminuir un 15 % la carga de enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Por su parte, el tabaquismo también se asoció con un incremento del riesgo en enfermedades como la esclerosis múltiple, la demencia o el ictus, y un consumo excesivo de alcohol, con la epilepsia, un riesgo cuatro veces mayor en la población masculina que femenina. Con estos datos en la mano, el doctor Porta-Etessam considera fundamental fomentar el conocimiento de los factores de riesgo modificables.
Mayor impacto en países con menos recursos
La salud del sistema nervioso central también parece ser cosa de pobres. Según este análisis, la mayor carga de enfermedades neurológicas pertenece a los países de ingresos bajos y medianos, en los que los recursos de atención médica son menores y, por lo tanto, no están lo suficientemente dotados con herramientas para hacer frente al incremento de casos. Es más, solo el 24 % de los países que formaron parte de la muestra tenían presupuestos específicos para ello, y solo el 55 % disponía de guías y pautas clínicas para profesionales y pacientes.
«Los hallazgos de este estudio tienen importantes implicaciones para las políticas y los servicios de salud. Sirven como evidencia de que la pérdida de salud neurológica global no ha sido suficientemente reconocida y está aumentando y distribuida de manera desigual geográfica y socioeconómicamente», concluían los autores del estudio.
El decálogo del cerebro saludable
La Sociedad Española de Neurología, consciente de la importancia de fomentar hábitos saludables entre la población, ha elaborado el Decálogo para mantener un Cerebro Saludable. Estas son las claves de la entidad:
- Realiza actividades que estimulen la función cerebral y te mantengan cognitivamente activo como leer, escribir, participar en juegos de mesa, completar crucigramas o aprender un nuevo idioma.
- Evita el sobrepeso y practica algún tipo de actividad física de manera regular. Puedes escoger un deporte concreto o salir a pasear todos los días una media hora.
- Elimina el consumo de tóxicos como el alcohol, el tabaco, la contaminación ambiental y cualquier tipo de drogas.
- Controla otros factores de riesgo vascular, como la tensión arterial, la diabetes o la hiperglucemia.
- Potencia tus relaciones sociales y afectivas, de forma que evites el aislamiento social. Este es un factor de riesgo para desarrollar deterioro cognitivo en el futuro.
- Sigue una dieta equilibrada y reduce el consumo de grasas animales, azúcar, sal y alimentos ultraprocesados. Por el contrario, opta por alimentos naturales y prioriza opciones como las frutas, las verduras y las legumbres.
- Trata de dormir ocho horas diarias, pues un sueño de calidad es fundamental para la salud de tu cerebro.
- Emplea, con moderación, internet, pantallas digitales y las redes sociales. Su uso excesivo reduce capacidades como la atención, la concentración, y dificulta el sueño.
- Protege tu cerebro contra las agresiones físicas del exterior. Esto incluye protección como el uso de un casco, en cualquier actividad que lo requiera, o el cinturón en el caso de vehículos.
- Por último, intenta controlar tus niveles de estrés.