Alemania palía la inflación con un billete de 9 euros para viajar por todo el país

Alejandra V. Lorenzo BERLÍN

INTERNACIONAL

RONALD WITTEK | EFE

Al Gobierno, duramente criticado por los ecologistas, la medida le costará 2.500 millones

18 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los ciudadanos alemanes están de suerte este verano. A partir de la semana que viene les toca a ellos pasar por la ola de calor de más de 30 grados que azota España, pero podrán escaparse a la costa de forma más barata gracias al abono mensual de transporte a 9 euros.

El nuevo tique permite viajar en transporte público regional por toda Alemania, algo que muchos aprovecharon para aliviar el bochorno de las grandes ciudades en las ventosas islas del Mar Báltico o a las orillas del lago de Constanza, en Baviera, saturando los trenes regionales en viajes que duran horas. Los destinos más tradicionales están al alcance de todos gracias a esta medida tomada por la cámara alta del Parlamento alemán para aliviar el incremento de los precios de la energía y los combustibles ante la inflación causada por la ofensiva rusa en Ucrania.

Más de 21 millones de billetes se han vendido entre mayo y julio y la popularidad de este abono sigue en aumento. En vigor desde el 1 de junio hasta el 31 de agosto, el valor del tique se descuenta automáticamente de la diferencia con el precio original, que en la capital cuesta 86 euros, lo cual supone un ahorro considerable para el bolsillo del ciudadano de a pie.

Sin embargo, esta medida le saldrá cara al Estado alemán. Según medios germanos, el Gobierno habrá expedido unos 2.500 millones de euros para compensar la pérdida de ingresos por el bajo precio del billete a lo largo de los tres meses que dure esta acción. Por ello, las críticas a este experimento están a la orden del día. Esta campaña de verano pretendía, por un lado, aliviar el bolsillo de los ciudadanos y, por otro, sustituir los vehículos por el transporte público, utilizando más los autobuses y los trenes. Sin embargo, desde la prensa de corte ecologista se mantiene que los trenes no sustituyen a los vehículos, ya que se sigue conduciendo tanto como antes. Destaca que, a través del rastreo de los teléfonos móviles, el tráfico por carretera solo disminuyó ligeramente, mientras que el tráfico ferroviario aumentó en un 42 % en el mes de junio gracias a esta oferta. Su conclusión es la siguiente: la movilidad debe reducirse si Alemania quiere proteger el clima.

Las compañías de transporte germanas ya están proponiendo un billete climático de 69 euros para trenes y autobuses en todo el país a partir de septiembre.

El director general de la Asociación de Empresas Alemanas de Transporte, Oliver Wolff, cifra los costes de esta oferta de movilidad en unos 2.000 millones de euros al año. Este ejercicio los costes aún podrían financiarse a través del paquete de rescate del sector negociado con los políticos, pero el año que viene será necesaria otra regulación.

Ante el incremento en el precio de este abono a partir de septiembre, ¿cómo será posible conseguir que el transporte público continúe siendo atractivo para los viajeros? Un grupo de investigación de la Universidad Técnica de Dresde está investigando sobre el futuro de la movilidad en Alemania realizando encuestas de «sistemas de movilidad flexibles y dinámicas urbanas complejas».

Los investigadores confirmaron que hay esperanza en la sostenibilidad del experimento, ya que los viajeros parecen querer seguir apostando por el transporte público al estar dispuestos a pagar de 69 a 79 euros por un nuevo tique mensual en cuanto el experimento del abono de 9 euros se desvanezca, a finales de verano.