El terror a los talibanes desata el caos

Rosa Paíno
R. Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Reuters

Una multitud desesperada por huir del país colapsa el aeropuerto de Kabul y deja en evidencia el fracaso de Occidente. Biden defiende la decisión de abandonar el país y descarga las culpas en los líderes afganos

17 ago 2021 . Actualizado a las 00:08 h.

Un día después de que los talibanes tomaran el control de Afganistán, miles de civiles colapsaban el aeropuerto de Kabul en su desesperado intento de huir de la reedición del régimen de terror de los fundamentalistas islamistas. Las escenas de pánico y desesperación vividas este lunes en el aeródromo son ya un símbolo del fracaso de Occidente por llevar su modelo de democracia al remoto país asiático.

En medio de la noticia falsa de que los países occidentales estaban evacuando a afganos sin visados, miles se agolparon en las pistas tras trepar por el muro del aeródromo. Los vídeos difundidos en las redes sociales dejaban ver la desesperación que ha cundido entre los civiles. Un grupo, sobre todo jóvenes, se agarraban a las pasarelas y las escaleras intentando subir a un avión, mientras otro intenta encaramarse a un avión militar de EE.UU. en pleno despegue.

Minutos después un vídeo captaba cómo al menos dos personas caían con el avión ya a gran altura. «El mundo nos ha abandonado», se quejaba un afgano al corresponsal de The Guardian

El caos se ha cobrado la vida de al menos diez personas, según el canal afgano Tolonews. Dos de las víctimas perecieron a manos de las tropas estadounidenses que «respondieron a amenazas hostiles», anunció el portavoz del Pentágono, John Kirby.

Ante el deterioro de la seguridad, el Pentágono suspendió las operaciones aéreas. Los 6.000 soldados de EE.UU. que controlan de la seguridad de las instalaciones trabajaban ayer con tropas turcas e internacionales para despejar el aeropuerto y permitir que se reanudaran los vuelos de evacuación. El presidente Joe Biden ha autorizado el envío de otros 1.000 soldados, con lo que el número de militares estadounidenses ascenderá a 7.000.

Mientras, en el centro de Kabul, los talibanes patrullaban una ciudad sin mujeres y bloqueaban la entrada en el aeropuerto. Las cámaras del canal catarí Al Yazira mostraron a las nuevas autoridades en el palacio presidencial. Con cánticos de «Dios es grande», dieron por terminada la guerra y prometieron una transición pacífica. Una promesa que no están cumpliendo, según el testimonio del médico Arif Oryakhai, a su llegada a Roma en un avión militar italiano. «Tenemos mucho miedo por lo que pueda pasarle a nuestros colegas y a nuestros colaboradores. Desde que los talibanes entraron en Kabul buscan casa por casa a quien ha trabajado con nosotros», señaló, según Colpisa. El fin de semana, cientos de soldados afganos huyeron al vecino Uzbekistán en 22 aviones militares y 24 helicópteros, incluido un avión que chocó con un caza uzbeko que los escoltaba, lo que provocó que ambos se estrellaran. En ese país también se habría refugiado provisionalmente el señor de la guerra y exvicepresidente Abdul Rashid Dostum. 

Gobierno inclusivo

En la sesión de urgencia para abordar la crisis, el Consejo de Seguridad de la ONU pidió el fin de los combates y la creación de un gobierno «unido, inclusivo y representativo» en una declaración conjunta. Antes el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a los talibanes a mostrar «la máxima moderación para proteger vidas» y exigió que cualquiera que quisiera salir del país debía poder hacerlo, mientras la embajadora de Estados Unidos, Linda Thomas-Greenfield, amenazó con represalias si sus diplomáticos con atacados.

La canciller Angela Merkel reconoció que ella y la comunidad internacional se equivocaron al evaluar la situación en Afganistán y estimar cómo podría evolucionar tras la salida de las tropas internacionales. Alemania se proponer evacuar a unas 10.000 personas. Mientras el primer ministro Boris Johnson propuso una reunión del G7, el presidente Emmanuel Macron anunció una iniciativa europea para hacer frente a los flujos irregulares de migrantes que se teme desencadene la desestabilización del país asiáico. Londres advirtió que la comunidad internacional podría aplicar sanciones al régimen talibán.

Biden justifica la retirada estadounidense y descarga las culpas en los líderes afganos

El presidente de EE. UU. asegura que no está dispuesto a que sus tropas mueran en una guerra que «ni las propias fuerzas afganas están dispuestas a librar»

 

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, defendió ayer su decisión de sacar a las tropas estadounidenses de Afganistán y criticó a los políticos y soldados afganos por haber desertado y dejado el país en manos de los talibanes. «Los políticos afganos se han rendido, han huido (...) Nuestras tropas no pueden, ni deben luchar y morir en una guerra que las fuerzas afganas no están dispuestas a librar», señaló Biden en su primera comparecencia ante los medios tras el colapso definitivo de Afganistán.

Biden recordó el dinero que EE.UU. ha destinado a esta guerra y enumeró los esfuerzos económicos que se han realizado para capacitar, formar y mantener a las fuerzas de seguridad afganas, para lamentar que lo único que no están en condiciones de facilitarles son «las ganas de luchar por su país». «Defiendo mi decisión vehementemente. Después de 20 años he aprendido por las malas que nunca es un buen momento para sacar a las tropas estadounidenses, por eso seguimos ahí», continuó Biden, tras reconocer que los acontecimientos habían ido más rápido de lo esperado.

Al inicio de su intervención, Biden explicó que la misión en Afganistán «nunca fue la construcción de una nación», sino atrapar a los responsables de los atentados del 11S y evitar que Al Qaida utilizara el territorio afgano como base para sus operaciones terroristas contra EE.UU.

«No repetiré los errores que cometimos en el pasado. El error de quedarse y luchar indefinidamente en un conflicto que no es de interés nacional», agregó.

Biden terminó su comparecencia enviando una advertencia a los talibanes, a quienes les ha recordado que la actual presencia de militares estadounidenses en Kabul se limita a las labores de evacuación del personal diplomático y el resto de trabajadores, por lo que en caso de ser amenazada o atacada de alguna manera, «la respuesta será contundente».

«Defenderemos a nuestro pueblo con una fuerza devastadora si es necesario», insistió.