El Celta, el que menos remata

x.r.c. VIGO

GRADA DE RÍO

Xoán Carlos Gil

Los célticos, faltos de profundidad y con solo cuatro goles a favor, son el equipo de Primera que menos veces dispara a la portería rival: 32 en seis contiendas

28 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta se ha encontrado con un problema inesperado, por ADN y por las características de su plantilla: el escaso número de oportunidades que genera y su minúscula producción goleadora. Después de seis partidos, los célticos son el equipo de Primera que menos remata de la liga (32 veces en total) a una media de 5,3 por partido. Muy lejos de sus estándares habituales. «Debemos tirar más a gol», reconoció después del partido con el Espanyol Fran Escribá.

La falta de profundidad acompaña al Celta desde el inicio del campeonato y tan solo vivió un particular oasis ante el Valencia con 11 disparos (seis de ellos entre los tres palos) pero en los últimos cuatro partidos, en los que solo ha marcado un gol, ha adquirido unas dimensiones importantes. La explicación hasta el jueves era la enjundia de los rivales y en intervencionismo del VAR en el partido ante el Granada, pero comenzada la particular liga del Celta ante equipos de su pelaje como el Espanyol, la historia continuó. Ante los pericos tres tiros a puerta (un gol) y siete fuera.

Este bagaje ha llevado al Celta a cerrar la ránking de remates por equipo en este arranque de liga con solo 32 intentos en lo que va de campeonato, menos de la mitad de los que ha realizado el líder Real Madrid, que también ocupa la primera plaza en esta estadística con 89 intentos. «No podemos ser un equipo que juegue bien y se asocie si le falta profundidad. Cuesta sacar situaciones de peligro en el último cuarto del campo», admite el entrenador del Celta.

¿Y dónde reside el problema? Lo más sencillo invita a pensar que condensación de los jugadores de buen pie que se agolpan en el pasillo central y por la falta de ruptura en las bandas. Mucho juego al pie, muchos pases y apoyos pero pocas líneas derribadas en el conjunto rival.

«Tenemos gente de asociarse mucho. Denis, Brais, Pione, Rafinha... son jugadores creativos que generan muchas cosas pero entre sus virtudes no suele estar el disparo y deberíamos tirar más a gol», comenta el valenciano, que incluso agitó el árbol de los sistemas en busca de soluciones ante el Espanyol.

Esta situación ha llevado al Celta a un hecho inesperado, tener tan solo cuatro goles a favor después de seis partidos. Además, en ninguno de ellos fue capaz de anotar por partida doble ni ninguno de sus futbolistas han marcado más de un gol. Incluso, de los delanteros, no se ha estrenado Iago Aspas, que solo en una ocasión estuvo las seis primeras jornadas de liga sin anotar. Sucedió en la campaña 17/18, en donde no se estrenó hasta la octava fecha en Las Palmas. Marcó un hat-trick y acabaría aquel año con 22 dianas.

En este escenario Ipurúa se presenta como una reválida no solo de cara al gol sino para la profundidad en ataque. Un Celta con tanto fútbol no puede quedarse a medio camino.

Célticos y babazorros, los que menos se prodigan en ataque

Solo dos equipos han disparado menos de 40 veces a la portería rival en lo que va de liga y uno de ellos es el Celta. El otro es el Alavés e incluso equipos con aparente menos pegada como el Espanyol lo han hecho en 44 ocasiones.

El dato recoge una simple estadística, con el valor de un muestreo, dada la incipiente fase de campeonato, pero de no corregirse podría terminar por convertirse en tendencia a lo largo de la temporada. De hecho, los equipos llamados a estar en el primer vagón de la liga han elevado el ratio a los 50 remates salvo Barcelona y Valencia que también reflejan su discreto inicio en este apartado.

El Eibar, el rival del Celta en la jornada de mañana, remató en 49 oportunidades y lleva siete goles a favor, casi el doble de los vigueses, que son el tercer equipos menos realizador de la categoría tan solo por delante de Alavés y Leganés. El Barça lleva 14 goles a favor.