Los decanos se plantan ante el caos del acceso a la carrera y quieren un modelo como el «mir», único en España
22 oct 2023 . Actualizado a las 18:37 h.A estas alturas la carrera más demandada de Galicia, Medicina, tiene más de veinte vacantes. Este contrasentido tiene una explicación en el caótico acceso a esta titulación en toda España: al tratarse de un grado tan atractivo los estudiantes piden plaza en decenas de universidades, y cuando obtienen un puesto en el centro que querían dejan desierto el que habían ocupado previamente. La USC, con 403 plazas, se quedaba esta semana con 378 matriculados, es decir, veinticinco menos. No solo el proceso de admisión es diferente en cada universidad, sino los plazos, por lo que cuando una facultad cierra su período de matrícula, de repente se producen abandonos porque en otra comunidad ha habido movimientos, lo que obliga a retomar los llamamientos.
Los decanos de estas facultades, tanto públicas como privadas, están hartos. Se trata de una situación que intentan cambiar desde hace años: «Nuestra primera propuesta es del año 2015, en ella pedíamos un acceso único y que las materias de ponderación fuesen las mismas, pero como debe ser aprobada por todas las comunidades autónomas no ha sido atendida», explica Pablo Lara, presidente de la conferencia de decanos de Medicina de España y responsable de la de Málaga. Se trataría de un modelo como el mir, en el que se eligen las plazas a través de una lista de única de aspirantes que se ordenan por la nota de corte.
Los perjuicios del modelo actual son múltiples. El Gobierno pide aumentar las plazas de Medicina —este curso se incrementaron 700 en toda España—, y al mismo tiempo quedan unas 200 vacantes por las ineficiencias del sistema, «es un contrasentido», añade Lara. Por otro lado las constantes altas y bajas entre universidades provocan que haya estudiantes que se incorporan en diciembre a su facultad, «lo cual es un despropósito porque está finalizando el primer semestre», se lamenta el decano malagueño.
No son las únicas ineficiencias. Estudiantes y familias buscan y pagan alojamientos que después deben abandonar, abonan tasas de matrícula para renunciar posteriormente si logran plaza más cerca de casa. «Son incidencias notables que podrían solucionarse al menos con un calendario único de matriculación si no se quiere tener en cuenta nuestra propuesta de acceso único. Es cierto que nuestra propuesta es más compleja porque hay que tomar una decisión política que hasta ahora no ha sido posible», apunta el representante de todos los decanos de Medicina.
En Galicia el frente es común. Julián Álvarez Escudero, decano de la única facultad que hay, es escueto pero claro: «Todo lo que sea organizar y clarificar es muy bueno». Y e l rector de la USC, Antonio López, no deja dudas:«É imprescindible un sistema único de acceso, mellorariamos moitísimo en transparencia e tranquilidade para o alumnado, pola miña banda vou tratar de facer todo o que se poida».
En cuanto a la Consellería de Educación, su postura es firme y conocida desde hace tiempo: «A Consellería, como ben saben o resto dos organismos implicados porque así se ten falado en múltiples ocasións, é totalmente partidaria de habilitar un sistema que solucione dunha vez por todas as demoras que se producen no caso das matrículas en Medicina». Demoras que no solo afectan a los alumnos del grado sino a muchos de ciencias de la salud, porque al producirse altas y bajas «os chamamentos alárganse durante o primeiro trimestre con movementos que teñen efecto dominó noutros graos —Enfermaría, Odontoloxía, Óptica ou Psicoloxía—». La Xunta reclama un acceso centralizado para esta titulación «pero ese acceso tan so pode facerse desde un ámbito estatal, polo que é o Ministerio de Universidades o que ten que levar a iniciativa nun tema que ten que contar co respaldo unánime de todas as comunidades e de todos os organismos universitarios», concluye.
Una selectividad común sería para los responsables de la titulación el modelo más justo
Uno de los escollos de este acceso centralizado es que para que sea totalmente equitativo debería partir de una EBAU única, tal y como piden Galicia y los decanos. «La equidad es algo muy deseable, pero nos vamos a encontrar con la oposición de las comunidades que quieren defender su autonomía para programar sus pruebas, decidir los contenidos... Como la realidad es que las notas no son iguales se trata de un factor que interfiere en el proceso normal de matriculación», insiste Pablo Lara. Al menos, reclaman los decanos, deberían homologarse los plazos de matrícula para que en todo caso no se demore la entrada en las facultades hasta el mes de diciembre.
Ahora mismo no solo los alumnos se rigen por una nota de corte, la de la selectividad, diferente en cada comunidad —la media gallega, por ejemplo, es de las más bajas de España, lo que perjudica a los estudiantes de aquí—, sino que en función de la comunidad las materias que ponderan cambian. Estas asignaturas puntúan más, y mientras en Galicia y otras comunidades solo dos lo hacen (Biología y Química), en otras como Andalucía, Matemáticas II también suma. Si un alumno sacó peor nota en alguna de las dos primeras siempre tiene la opción de usar Matemáticas para elevar su nota final. Parece baladí pero en una carrera en la que una centésima determina el acceso cualquier variación es muy importante.
En estos momentos las notas de corte oscilan entre el 12,67 del País Vasco en el grado impartido en euskera (también se da en castellano, pero tiene un corte más alto) y el 13,47 de la Universidad Complutense de Madrid.