PP y PSOE tiraron de los expresidentes Feijoo y Touriño para convencer a los exalcaldes de Ourense
GALICIA
PP y PSdeG han visto en Manuel Cabezas y Francisco Rodríguez el perfil adecuado para enfrentarse a Jácome en las municipales de mayo
24 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Según el reciente barómetro electoral de Sondaxe para La Voz de Galicia, el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, triunfa entre los jóvenes. El regidor, que tiene 53 años, contrató al popular cantante Omar Montes la semana pasada y ayer mismo presumía de que el vídeo de ambos comiendo pulpo en el campo da feira había alcanzado ya el medio millón de visionados en TikTok. Esta nueva forma de hacer política choca frontalmente con los modos y maneras de los candidatos del PP y del PSOE a la alcaldía para las próximas elecciones.
Ambos son exalcaldes, tienen nula o escasa presencia en las redes sociales y son prudentes frente a las salidas de tono del actual regidor. En la encuesta de Sondaxe, el popular Manuel Cabezas y el socialista Francisco Rodríguez son los mejor valorados entre la población madura. Sus partidos han visto en ellos el perfil adecuado para enfrentarse a Jácome en las urnas el próximo mes de mayo, pero no fue fácil convencerlos para regresar a la política en un escenario tan diferente al que existía en su tiempo.
En el caso de Manuel Cabezas Enríquez —que tiene 69 años y que fue alcalde entre 1995 y 2007—, las conversaciones a nivel interno sobre su reincorporación a la primera línea se extendieron durante semanas. El también exalcalde popular Jesús Vázquez dimitió como concejal y como presidente local del partido en septiembre del año 2021, en protesta por el renovado pacto de gobierno de los populares con el partido de Jácome, Democracia Ourensana. Aunque era una idea que ya se barajaba incluso antes, en ese contexto de vacío de poder, el líder provincial del PP, José Manuel Baltar, vio en Cabezas una figura de consenso que podría evitar un enfrentamiento fratricida por el liderazgo de la formación en la ciudad.
Alberto Núñez Feijoo, que ya había dado el salto a la política nacional, fue quien bendijo la operación en un encuentro que los tres implicados tuvieron en terreno neutral, a medio camino entre Madrid y Ourense. A partir de ese momento, el PP activó los mecanismos internos para designar a Cabezas como líder local primero y como candidato a la alcaldía, poco después. Aunque la decisión ya estaba tomada, los populares escenificaron un movimiento de abajo a arriba, con un llamamiento público y unánime de los líderes de los nueve distritos en los que se divide el partido en la ciudad para animar a Cabezas a dar el paso.
La designación en el PSOE fue algo más atropellada. Valentín González Formoso, líder autonómico del partido, coordinó en los últimos meses una ronda de contactos con representantes de la sociedad ourensana para pulsar su opinión sobre distintos posibles candidatos. Algunos nombres con pedigrí —como el de la exsecretaria de Estado de Igualdad, Laura Seara— salieron a la luz en aquellas reuniones, pero la figura de Francisco Rodríguez, alcalde entre los años 2007 y 2012, fue entendida de nuevo como una garantía de consenso interno. De hecho, Formoso suspendió, con autorización de Ferraz, las primarias previstas para elegir al candidato socialista a la alcaldía de Ourense, que debían haberse celebrado este mes de diciembre.
Ese proceso interno se preveía traumático debido al enquistado enfrentamiento entre el hasta ese momento portavoz municipal (y secretario provincial del partido), Rafael Rodríguez Villarino, y su viceportavoz (y líder local de la formación), Natalia González. Ambos se habían postulado como candidatos y el acuerdo entre ellos parecía imposible. Sin embargo, no fue fácil convencer a Francisco Rodríguez Fernández, que tiene 68 años y acababa de jubilarse como profesor. Según él mismo cuenta, fueron claves varias llamadas, especialmente la que recibió Emilio Pérez Touriño, presidente de la Xunta entre 2005 y 2009, aunque también cita al exsecretario general del PSdeG Xosé Ramón Gómez Besteiro, y a la exministra Elena Espinosa.
La vieja guardia, movilizada ante la nueva política de Gonzalo Pérez Jácome.