¿Qué fue del plan de atención primaria aprobado antes de la pandemia? Luces y sombras en su aplicación

La Voz

GALICIA

ANGEL MANSO

Algunas medidas previstas en el documento ya se pusieron en marcha. Pero los profesionales reclaman que se apliquen las conclusiones del consejo técnico

26 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Mucho antes de que el coronavirus se convirtiera en el principal problema de salud, la Administración gallega y los profesionales ya se habían embarcado en una reforma de la atención primaria. Una amenaza de huelga disparó un proceso que terminó con el Plan Galego de Atención Primaria 2019-2021, dotado con más de cien millones de euros y con 200 medidas a aplicar a corto, medio y largo plazo. Algunas de estas medidas se referían a recursos materiales y humanos, y otras a mejorar los procesos de gestión, la coordinación o el reparto de tareas entre profesionales. Derivado de este plan se presentó en noviembre del 2019 Por una atención primaria vertebradora del sistema de salud, un documento estratégico y de gestión coordinado por los expertos Rafael Bengoa y Jordi Varela.

En abril del 2021 la Xunta aseguraba que prácticamente la totalidad de las medidas a corto plazo del plan estaban implantadas, y casi el 90 % de las incluidas a medio plazo se habían puesto en marcha. Sin embargo, los profesionales echan en falta la aplicación de las conclusiones de los grupos de trabajo que se constituyeron para mejorar la primaria y que el Sergas tiene en sus manos desde noviembre del 2020. «Nesas conclusións están ás solucións. Quince comisións, cada unha formada por 12, 13 ou 14 persoas, fixemos ese traballo de xeito altruísta e non se aplica. Apróbanse ditames, pero non se poñen na práctica as medidas», explica Xosé María Dios, médico de familia y miembro de estas comisiones.

Precisamente para asesorar a la Consellería de Sanidade en las medidas a aplicar se constituyó en mayo del 2019 el Consello Técnico de Atención Primaria, formado por más de cincuenta profesionales que representan a todos los colectivos y estamentos de este nivel asistencial. Pero, lamenta Dios, las reuniones de este Consello distan de ser operativas, y al Sergas «ocorrésenlle cousas como traer a xubilados ou dar unha baixa e unha alta nun mesmo acto, eu non podo poñer a unha persoa a traballar sen saber se é negativo nun test de antíxenos, non podo mandar a un positivo a traballar. Resolverían o problema se puxesen en marcha as conclusións do consello técnico», concluye.