Fomento maneja el 2019 para el AVE gallego, pero centrándose en una vía

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

En el 2018 se abriría el tramo Zamora-Pedralba para ganar media hora en el viaje

08 dic 2016 . Actualizado a las 12:35 h.

El nuevo retraso anunciado por el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, demorará probablemente un mínimo de un año la fecha para que Galicia esté conectada al resto de la red de alta velocidad. De la Serna pidió el lunes tiempo para evaluar el impacto de los cinco tramos bloqueados y del año de Gobierno en funciones en el plazo de la línea de alta velocidad gallega. Distintas fuentes aseguran que el retraso oscilaría entre uno y dos años, aunque la hipótesis sobre la que trabaja Fomento es la de finales del 2019 -un año de retraso sobre la fecha del 2018-, siempre y cuando los trabajos se centren, en buena parte del recorrido, en una sola vía. Es decir, el plan de puesta en servicio inicial tendría recorridos de vía única y doble entre Pedralba (Zamora) y Taboadela (Ourense), como sucede con el tramo Medina del Campo-Zamora y, también, con Zamora-Pedralba. No obstante, siempre predominaría la circulación en vía única y se dejarían tramos aislados en vía doble para el cruce de trenes.

En principio, el recorrido Zamora-Pedralba no estaría en servicio en el 2017, como aseguró Ana Pastor, sino en el 2018, cuando entraría en funcionamiento el cambiador de Pedralba para ganar otra media hora en el viaje a Madrid. Se confirmaría así la información que La Voz dio hace unas semanas, en la que se destacaba que en el 2018 el AVE se quedaría a las puertas de Galicia precisamente por los plazos de construcción de este cambiador que figuraban en los pliegos. Al día siguiente, un portavoz del ADIF manifestó que la fecha del 2018 seguía vigente, pero este pronunciamiento fue anterior a la llegada del nuevo ministro y del nuevo presidente del administrador ferroviario.

El plazo de diciembre del 2019 se plantea sin la variante de Ourense y con una solución provisional para esta ciudad. También tendría en cuenta el período de pruebas y la formación de los maquinistas. Más adelante, se retomarían los proyectos de vía doble y la propia circunvalación exterior ourensana. Si el retraso no es mayor es porque el anterior compromiso ya incluía un amplio colchón para imprevistos, según fuentes conocedoras del proyecto. La obra básica podría estar terminada a finales del 2018, pero sería imposible afrontar el período de pruebas y la formación específica de los maquinistas en esa línea.

El caso gallego es muy particular, pues cuenta con una red de alta velocidad interna -el eje atlántico y Santiago-Ourense- que no está conectada con el resto. Entre Ourense y Zamora hay algo más de 200 kilómetros en obras con una suerte desigual en su marcha. Aparte de los cinco tajos que suman 18,5 kilómetros que estuvieron bloqueados y ahora están en vías de liberarse, es raro encontrar algún tramo que no hubiera estado paralizado en los últimos cinco años, debido principalmente a la problemática de los modificados de proyectos. Es decir, quedan cinco por desbloquear, pero antes fueron más los que pararon e incluso mandaron a sus obreros para casa. Esta situación se dio en buena parte de las líneas en construcción en el resto de España.

Para complicar aún más las cosas, esta red interna está en ancho ibérico, mientras que el resto de la red de alta velocidad se diseñó en ancho internacional. Cuando la línea esté en vías de ser finalizada, o incluso mucho antes, Fomento deberá decidir si modifica el ancho de la red de alta velocidad gallega -con los consiguientes problemas de operatividad ferroviaria durante el proceso- u opta por los trenes de alta velocidad de ancho variable que Talgo entregará a Renfe en una segunda fase del contrato que acaba de ganar este fabricante.

Esta última opción gana adeptos entre los técnicos, que consideran muy engorroso el proceso de cambio de ancho, con efectos secundarios, por ejemplo, en el tráfico de mercancías.

El ministro también anuncia posibles retrasos para la línea asturiana

No solo Galicia tendrá que esperar. También el Principado de Asturias debe armarse de paciencia para ver en servicio la obra eterna de la variante de Pajares, los túneles que salvan la cordillera Cantábrica y cuyas obras llevan años paralizadas por múltiples problemas de deslizamientos y complicaciones con los acuíferos.

En principio, los trenes comerciales no empezarán a circular por la variante de Pajares antes del 2018, aunque el nuevo ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, se comprometió ayer con el presidente del Principado, Javier Fernández, a agilizar todo lo posible su puesta en marcha y a intentar que en diciembre del 2017 puedan iniciarse las primeras pruebas. «El año 2017 sigue siendo un objetivo al que tenemos que tratar de llegar, pero el tendido de vías en la zona asturiana exige unos plazos de ejecución que intentaremos que se acorten lo más posible, pero que no hacen sencillo poder llegar a diciembre de 2017 con el inicio de las pruebas de circulación de trenes», afirmó el ministro, tras asegurar que quiere ser «prudente y realista».

Críticas del BNG

Por otra parte, el diputado del BNG, Luis Bará, criticó ayer la «pasividad» del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, ante el retraso de las obras para concluir el trazado ferroviario de alta velocidad entre Galicia y Madrid.

Para Bará, las conclusiones tras la reunión de Feijoo con el nuevo ministro de Fomento confirman un «novo incumprimento» de las promesas sobre la ejecución de las obras del AVE. De acuerdo con el diputado nacionalista, el presidente de la Xunta mantiene «unha posición de submisión ao ditado do Goberno de Madrid».