Hechos e incógnitas del caso Asunta

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La investigación se centra ahora en Marruecos y en quién dejó el cadáver de la niña en Teo

03 nov 2013 . Actualizado a las 11:47 h.

Un mes es muy poco en la investigación de un crimen. En el de Asunta, sin embargo, ha dado para mucho. No solo se ha detenido, imputado y encarcelado por el asesinato de la niña de 12 años a sus padres adoptivos, Rosario Porto y Alfonso Basterra, sino que los investigadores cuentan con importantes indicios que refuerzan sus sospechas. Uno de los que más peso ha tenido es la grabación de una cámara de seguridad que situó a las 17.30 horas del sábado 21 de septiembre a la pequeña a bordo del coche que conducía la madre en dirección a la casa de Teo, en la que la Guardia Civil sitúa la muerte de Asunta. Fue crucial porque Rosario Porto declaró inicialmente que había ido sola a la finca y cambió sospechosamente su versión cuando conoció que había sido grabada por una cámara.

Determinantes también han sido los análisis toxicológicos. Han revelado que Asunta ingirió ya desde julio lorazepam, un ansiolítico cuya marca comercial es Orfidal. Curiosamente, el mismo que tomaba su madre para hacer frente a sus crisis de estrés y ansiedad y también el mismo que el padre ha admitido que compró en la farmacia. Los resultados de las pruebas coinciden con los testimonios de varias profesoras de música, que explicaron que en julio la pequeña acudió en ocasiones adormilada a las clases y que en septiembre, poco antes de su muerte, faltó un día y Porto envió una nota explicativa que aseguraba que estaba «k. o.». Según les dijeron a las maestras, porque estaba tomando una medicación contra la alergia.

Y aquí cayeron los padres de Asunta en una segunda contradicción, ya que la pediatra de la niña ha testificado ante el juez que instruye el caso, José Antonio Vázquez Taín, que la pequeña no padecía ninguna alergia ni asma. ¿Por qué tomó Asunta Orfidal antes de su muerte? Los investigadores creen que sus padres estaban ensayando su asesinato.

Otro hecho es que el día del crimen Asunta ingirió una dosis letal de Orfidal. Y la autopsia señala que la ingesta se produjo a la hora de la comida, cuando los padres han asegurado que estaban con la niña. Una muerte que se produjo después, entre las 18 y las 19 horas, cuando el juez ha señalado en el auto de prisión de Rosario Porto que ella estaba junto a la niña. ¿Dónde? Presuntamente, en la casa de Teo.

El tercer indicio -no serán pruebas hasta el juicio- que ha llevado a prisión a los padres de Asunta son los tres trozos de cuerda anaranjada que aparecieron en la pista forestal de Teo donde fue hallado el cadáver. Los análisis de fibras han determinado que son exactos a la bobina de la misma cuerda hallada en la casa de Teo.

¿Qué incógnitas quedan por resolver? Una es cómo murió la niña. El avance de la autopsia dijo que por asfixia por sofocación. Es decir, que una vez sedada y atada de pies y manos, la pequeña fue asfixiada con una almohada o un cojín. Falta conocer qué señala el informe definitivo de la autopsia, pero hasta ahora no se ha encontrado ninguna prueba -un resto de saliva, por ejemplo- que apoye la tesis de la sofocación.

También sigue sin saberse demasiado sobre las conexiones de Rosario Porto en Marruecos, donde al parecer desarrollaba últimamente toda su actividad laboral en el pujante mercado inmobiliario de este país. Es público que era amiga de una figura controvertida, el exsindicalista marroquí Messaoud El-Omari, juzgado recientemente por explotación de inmigrantes y al que el fiscal le pide siete años de cárcel por este delito.

La investigación también se está centrando ahora en determinar quién y a qué hora depositó el cuerpo de Asunta en la pista forestal de Teo. La línea por la que apuesta ahora la Guardia Civil es la de la tercera persona. Es decir, que alguien ajeno a Rosario Porto y a Alfonso Basterra llevó el cadáver de la niña al camino. El sospechoso principal es un amigo íntimo de la madre, pero las pesquisas sobre él no han hecho más que iniciarse.

La tesis de la tercera persona resolvería una gran incógnita. Los padres denunciaron en comisaría la desaparición de la niña a las 22.30 horas del 21 de septiembre. Tendrían que haber depositado el cadáver antes, pero no fue hallado hasta la 1.15 horas del domingo. Habría pasado demasiado tiempo sin ser visto. Aunque posible, a los investigadores no les cuadra.