Guntín, a punto de quedar sin pendellos

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

FIRMAS

CEDIDA

Los casetos de los campos de la feria de Grolos, Lousada y Lousadela están ruinosos

02 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los pendellos de los campos de la feria de Grolos, Lousadela y de Lousada, los tres en el concello de Guntín, están próximos a desaparecer. En Lousada las construcciones que, hasta hace 20 años, según recuerda una vecina, servían para comer el pulpo, están cubiertas de maleza y con los tejados derruidos. No está en mejor estado la que, según esta misma mujer, utilizaban como tienda de ropa durante los días de feria, situada un poco más abajo. De las mesas de pizarra en las que colocaban las prendas, según este testimonio, ya no queda ni rastro.

En mejor estado se encuentran las del campo de Grolos, donde sigue celebrándose feria los días 23 de cada mes, pero los pendellos ya no se utilizan. Muchos han desaparecido y los que han conseguido sobrevivir al paso del tiempo, todavía tienen posibilidades de recuperación. No así algunos carballos centenarios del denominado campo da feira, que fueron talados para construir el palco de cemento para las orquestas. Uno de ellos desapareció hace cuatro años para permitir el acceso del camión de un grupo musical. El cemento también fue el material estrella de una caseta construida para la sanidad del porcino que acudía en tiempos a una feria, limitada ahora a las pulpeiras y a los puestos de ropa y calzado.

Lousada, con un campo situado en medio del núcleo urbano, con una carballeira centenaria, cruzada por una línea de media tensión, celebraba ferias los días 5. Los casetos eran de propiedad particular y sus dueños recibían unos ingresos adicionales por el alquiler durante la feria.

En uno de los casetos de Lousada, hoy invadidos por la maleza, hubo en tiempos un dibujo del pintor Tino Grandío, que vivía en una casa cercana. Estaba en una tabla de una de las puertas. Quienes tenían constancia de su existencia aseguran que el dibujo permaneció durante muchos años en la puerta, pero ya hace bastante que desapareció de ella.

Ninguno de los tres campos -los pendellos de Lousadela formaban una auténtica calle comercial los días 11 de cada mes - han sido objeto de actuaciones para recuperar este patrimonio, a diferencia de otros lugares como A Pobra de San Xiao, Parga, O Páramo o Cadeiras, en Sober. Lo hicieron gracias a las asociaciones que velaron para evitar su desaparición y hoy día siguen siendo parte de la arquitectura popular de las zonas.

En Guntín las casetas llevan camino de desaparecer como ocurrió en otros concellos de la provincia, como en Triacastela, donde no queda rastro de ellas desde hace ya muchos años.

No son tiempos para grandes inversiones, pero un ejemplo podría ser el de un grupo de jubilados de Muimenta que recuperaron la vieja escuela y están trabajando ahora en la antigua iglesia parroquial.

Parga

Un ejemplo de rehabilitación

La localidad de Parga, en Guitiriz, es cuna de canteiros y no desaprovecharon la oportunidad de demostrar su oficio en la restauración del campo da feira. El entorno se utiliza ahora para celebrar fiestas gastronómicas como la de los callos, que incluye muestras de cantería.

A Pobra de San Xiao

Siguen manteniéndose en uso

Es otro de los ejemplos de recuperación de arquitectura popular. Se conservan y constituyen un ejemplo a seguir. Mantienen su uso, aunque no con la misma intensidad que en la etapa dorada de las ferias, que constituían un lugar de intercambio comercial, que está en decadencia.

Cadeiras (Sober)

Se utilizan para celebraciones

Los pendellos de Cadeiras, en el municipio de Sober son ahora el marco de fiestas de diferentes colectivos, que utilizan este enclave incomparable para reencuentros e intercambios. Conservan el sabor de lo antiguo y lo tradicional, transportado a los tiempos actuales.

O Páramo

Una restauración a tiempo

Las próximas fiestas y feiras de esta primavera serán una oportunidad para comprobar el estado de estos pendellos. Se recuperaron gracias al trabajo de una asociación que tuvo la sensibilidad de impedir que el paso del tiempo y la falta de uso los hiciera desaparecer.