Circula por ahí una teoría que dice que los políticos son los únicos culpables de la crisis. «Nosotros lo hemos hecho bien», llegó a pensar en voz alta el presidente del Santander, Emilio Botín. No se echen las manos a la cabeza, no se refería a la entidad que preside; se refería a todos los banqueros. Y no voy a ser yo quien diga que no, que los políticos no tienen ninguna culpa en todo esto; porque vaya si la tienen. Ahora bien, lo de Botín sobre los banqueros estaría bien si luego, entre risas, pasara la gorra. Porque los empresarios también tienen mucho que decir sobre la crisis. ¿No? Hablemos de un caso.
El grupo PSA Peugeot Citroën lanza desde Vigo para todo el mundo tres modelos nuevos. Por primera vez en la historia, los lanzamientos no crearán empleo. No solo eso: la dirección de la empresa plantea un ERE de 40 días para los próximos dos años por el temor a que las ventas no repunten. Es un mazazo para todo el sector, porque cuando Citroën estornuda, las auxiliares acaban con neumonía.
¿Es justo? Recordemos un par de datos.
La Xunta acaba de inyectar 11 millones en la empresa para las dos furgonetas eléctricas que produce. «Citroën cumpre con Galicia», argumenta Feijoo. ¿No le exige nada?
Citroën España cerró el año 2011 con un beneficio después de impuestos -es decir, beneficio-beneficio- de 123 millones de euros y 56 millones en el 2010. Con ese dinero pagaría cinco terminales como la de Peinador o el túnel del AVE As Maceiras-Urzaiz o ficharía dos veces a Cristiano Ronaldo; y quedaría a pre.
¿Una empresa que ha ganado todo ese dinero puede presentar un ERE? Sí, gracias a Zapatero, Rajoy y sus reformas laborales. Ahora piense que sus impuestos financiarán parte de ese ERE de esa empresa con esos beneficios. ¿Le parece ético? Ya, perdone que pregunte.
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