La hostelería de Ferrolterra, Eume y Ortegal toma aire

ana f. cuba CEDEIRA / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Terraza de la cafetería restaurante Fragas do Eume, en Cabanas, ayer por la tarde
Terraza de la cafetería restaurante Fragas do Eume, en Cabanas, ayer por la tarde JOSE PARDO

Recobra actividad con la apertura de las ciudades, pero teme nuevos cierres

10 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Una bocanada de aire no basta para revivir a quienes llevan un año peleando por emerger y respirar, al fin, tranquilos. Pero sí mitiga un poco la sensación de ahogo. «Falta hace algo de alivio, sabemos que el autónomo tiene que seguir pagándolo todo igual. Tenía ocho empleados y me quedé con tres», explica Carmela Rodríguez, al frente del café restaurante Fragas do Eume en Cabanas. Tiene 24 años y arrendó el negocio cuando aún no había cumplido los 20. «Desde el viernes [cuando se permitió reabrir el interior] estamos trabajando a cañón. Notamos mucho que viene la gente de Ferrol, Ares, Mugardos... El problema es que no sabes si dentro de una semana o de un mes te van a volver a cerrar, es lo que más me preocupa. Prefiero una Semana Santa floja y tener una continuidad», recalca.

La incertidumbre constituye el principal motivo de preocupación del sector. «Más en un ayuntamiento pequeño como este, porque con seis positivos [de covid-19] ya nos pueden cerrar, con lo que supone, pierdes toda la mercancía perecedera y cuando vuelves a abrir tienes que hacer una nueva inversión», apunta Laura Canosa, propietaria del restaurante Casa Pena, en Moeche. Mientras, con el interior al 30 %, en su caso, «se puede ir trampeando, porque hay mucha superficie de comedor», sobre todo al recobrar la movilidad en las ciudades, de donde proviene buena parte de su clientela.

José Manuel Fernández Pazos, responsable del mesón Vila Vella, en Cedeira, reanudó la actividad el viernes, después de dos meses (entre vacaciones y cierre forzoso), aunque en las últimas semanas ofreció comida para llevar. «Varios clientes habituales se acercaron el fin de semana, llevaban cuatro meses sin poder salir de Ferrol. El aforo nos limita, tratamos de hacer dos turnos para no dejar a la gente sin comer. Por semana algo se nota, gente que está trabajando que no tenía dónde comer, venían a buscar algo y los veías comer en el coche en el aparcamiento», relata.

Este empresario está molesto por la decisión de la Xunta de computar la superficie de terraza establecida en su día en el permiso municipal para determinar ahora el aforo máximo. En la práctica, esto impide utilizar el espacio adicional que, en muchos concellos, se permitió usar para compensar las restricciones de capacidad impuestas debido a la pandemia. «No lo entiendo, cuando al aire libre y con separación parece más seguro», razona. Asegura que mucha gente llama para reservar fuera, «porque dentro no quieren estar».

Los negocios más espaciosos juegan con ventaja. «Por semana vas trabajando con la gente del pueblo, pero Ares vive del turismo y es imprescindible la gente de Ferrol, Narón... El fin de semana tomamos mucho aire», reconoce Ginés López, dueño del restaurante cafetería Tarrafa. Confía en la recuperación: «Tenía seis empleados y me quedé con dos, hay que tirar así a ver cómo va».

El rescate, imprescindible

Teresa Cabarcos regenta el café restaurante Casa Teresa, en As Pontes. Explica que la reapertura «foi frouxa» y lo atribuye al miedo al covid-19 y a la situación socioeconómica de la comarca. Teme que la situación empeore y ve imprescindible el rescate del sector para evitar la desaparición de muchos negocios. En el restaurante Trasanquesa, en O Trece (Narón), se muestran algo más optimistas, aunque la gerente, Tania Rivera, admite el temor «a coger reservas para celebrar primeras comuniones, porque no sabes si se van a poder hacer o no». De momento ya han decidido limitarse a un banquete diario, por seguridad, para evitar que se junten varias familias.

Rivera se sorprende del aumento de los pedidos para llevar, común al resto de locales consultados con este servicio. También en Ortigueira, donde Laura Fernández, que gestiona el mesón O Malecón y La Terraza de Laura, agradece «la respuesta de la gente y su apoyo, en la reapertura y antes con la comida a domicilio», con demanda creciente.