A nivel personal también influyó su hijo, que esta semana ha cumplido cinco años. Por esa vía, siempre reservada, nada ha cambiado. Pero sí hay otros elementos que son distintos a los del 2018. Si aquel episodio no fue suficiente para proyectar la imagen política de Feijoo, llegó la pandemia y unas nuevas autonómicas que supusieron su cuarta mayoría, sometiendo a la nada absoluta a los satélites de Podemos, a Ciudadanos y a Vox, que ahora es la principal amenaza electoral en España; marcando las distancias suficientes con los nacionalistas; y haciendo descarrilar en diferido el proyecto del PSOE en Galicia mientras Sánchez se consolida en Moncloa. Con todo, algunos militantes populares no le perdonaron su negativa en el 2018. Hasta esta semana.