La guerra en el secesionismo bloquea Cataluña

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Toni Albir | Efe

Las discrepancias entre Junts y ERC sobre la fórmula para acatar la orden de Llarena llevan al Parlamento catalán al caos y amenazan ya con una ruptura que desemboque en elecciones

05 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Al independentismo le van las emociones fuertes. Un acuerdo de última hora suscrito entre Junts per Catalunya (JxCat) y Esquerra sobre cómo aplicar la suspensión de los cuatro diputados neoconvergentes decretada por el juez Llarena salvó inicialmente la celebración del pleno y la legislatura. El pleno, sin embargo, fue aplazado cuando se había anunciado su inicio para la tarde. La jornada dejó una vez más al descubierto el enfrentamiento a cara de perro que libran JxCat y ERC por la hegemonía del soberanismo, y dejó el pacto de gobierno entre ambos herido de muerte. El presidente de la Generalitat y su Gobierno están desde este jueves en una situación de extrema debilidad. Los independentistas salvaron este jueves un match-ball, pero los incendios se le acumulan a Quim Torra, que a partir del 27 de octubre ya podrá disolver la Cámara y las elecciones podrían celebrarse a partir del 21 de diciembre. «Esto ya no se sostiene, vamos a elecciones», precisaron este jueves diputados de varias formaciones. Torra está en la cuerda floja y en el Parlamento catalán incluso se especuló durante todo el día con que el de este jueves sería su último día como presidente de la Generalitat. Fuentes de la Presidencia de la Generalitat, no obstante, negaron que Torra amenazara con dimitir para forzar un acuerdo entre las partes.

Sí fue, en cualquier caso, una jornada de ultimátums entre los dos socios, que arrastran diferencias desde el primer día de la legislatura (y muchos antes), y que si no han roto aún es porque temen que todo lo que han construido hasta la fecha salte por los aires, según reconocen fuentes independentistas. Ese es su nexo de unión. También la reivindicación por los presos y los huidos en el extranjero. Pero poco más. Difieren en la estrategia para alcanzar la independencia y se miran de reojo continuamente.

Idas y venidas

Y lo que ocurrió este jueves fue una batalla entre Puigdemont y Torrent. Esquerra afirma que JxCat va a por el presidente del Parlamento catalán porque lo ven como el futuro cabeza de cartel de los republicanos. En ERC hablan de «obsesión» por Torrent y que todas las «gesticulaciones» que hacen los exconvergentes en la Cámara buscan que muerda el anzuelo para traspasar la línea roja, y pueda acabar querellado y finalmente fuera de juego por inhabilitación. El acuerdo alcanzado este jueves, reconocieron en la formación republicana, complica la situación jurídica del presidente de la Cámara catalana. En JxCat, en cambio, el problema que subyace es que Puigdemont se niega a normalizar la situación. Por ello, lo que pasó este jueves recordó a las jornadas del 6 y 7 de septiembre del 2017. Un pleno que tenía que arrancar al mediodía se retrasó sine die. Al final de la tarde, Torrent anunció su aplazamiento.

El problema lo provocó la decisión de JxCat de no aceptar el acuerdo que alcanzó el martes pasado con Esquerra sobre cómo aplicar la suspensión de los seis diputados procesados decretada por el juez del Supremo Pablo Llarena. Los neoconvergentes se negaron a que sus diputados actuasen como ERC, que designó a Sergi Sabrià como sustituto de Junqueras y Romeva. Por sorpresa, en la reunión matinal de la mesa de la Cámara JxCat presentó un documento que comunicaba que Albert Batet «continuará votando en representación» de los cuatro diputados afectados.

Roger Torrent y ERC montaron en cólera y rechazaron la fórmula. En ese momento saltaron todas las alarmas. La legislatura se tambaleaba y la mayoría secesionista corría riesgo. A mediodía, los líderes soberanistas tocaron a rebato y en una cumbre celebrada en el despacho del presidente de la Generalitat, y tras cuatro horas de deliberaciones, JxCat y ERC fueron capaces de llegar a un acuerdo. Un pacto cogido con alfileres, pero que les permitió evitar el hundimiento. Ambos grupos comparecieron juntos para dar por zanjada la crisis y para garantizar la estabilidad del Gobierno.

La semana pasada, la Cámara catalana aprobó una resolución que señala que mientras dure la situación judicial actual y no se resuelvan los recursos presentados por las defensas «los derechos parlamentarios» de los seis diputados suspendidos «podrán ser ejercidos por el miembro del grupo parlamentario que los interesados designen». Bajo esta fórmula, Junqueras y Romeva designaron a un sustituto para que ejerza su voto. En virtud del acuerdo al que este jueves llegaron los grupos secesionistas, los cuatro diputados suspendidos por Llarena de JxCat (Puigdemont, Sànchez, Rull y Turull) registraron un escrito individual en el que avalaban el documento presentado por JxCat al principio del día, que decía que Albert Batet «continuará votando en representación» suya e invocando la delegación de voto que ya ejercían desde la primavera, y por tanto ignorando el auto de suspensión de Llarena.

JxCat cedió porque cada uno de los diputados accedió a firmar un documento de manera personal, y cedió ERC porque admitió que sus diputados presos reciben un trato distinto que los de JxCat, y además expone a Torrent a una querella. De hecho, los letrados consideraron que el formato de JxCat no es válido, dado que no se habla explícitamente de «designar» a un sustituto para que ejerza su voto. La oposición amenaza con ir al Constitucional.

Gispert vuelve a instar a Arrimadas a irse de Cataluña

La expresidenta del Parlamento catalán Núria de Gispert volvió a arremeter este jueves contra Inés Arrimadas y a pedirle que se vaya de Cataluña. En respuesta a la intervención de la portavoz de Ciudadanos, que hablaba de la fuga de empresas de Cataluña, Gispert escribió un tuit en el que la llama «inepta e ignorante, que no sabe de economía, no sabe de inversiones, no sabe de nada». Y añade: «¡Se debe de encontrar muy mal en Catalunya! ¡Debe añorar su pueblo! ¿Quién la obliga a estar aquí?». Gispert ya había escrito en noviembre pasado un tuit similar, por el que tuvo que disculparse, en el que instó a Arrimadas a volver a Cádiz.

Cómo burlar al juez... con las urnas al fondo

En el trasfondo de la disputa que este jueves bloqueó una vez más el Parlamento catalán está un intento de burlar al juez Llarena sin parecer que se le desacata y con las urnas como telón de fondo. El magistrado del Supremo suspendió de sus funciones a los seis parlamentarios que están procesados en la causa por el desafío secesionista. Para no alterar las mayorías parlamentarias, el mismo juez ofreció la posibilidad de que los suspendidos designaran a un sustituto mientras no haya sentencia del tribunal que los juzgue, que es el tiempo que dura la suspensión en el cargo público, medida accesoria incluida en el auto de procesamiento. Cuatro de los parlamentarios son de Junts per Catalunya y los otros dos, de ERC. Como viene ocurriendo en la legislatura, los independentistas tratan de bordear la legalidad sin saltársela, y de burlar las órdenes judiciales sin desacatarlas, para evitar el riesgo de nuevas imputaciones por desobediencia. Una amenaza que pende especialmente sobre Roger Torrent, presidente del Parlamento catalán, y el resto de los miembros de la Mesa del Parlamento.

Las diferencias entre Junts y ERC sobre la fórmula para ejecutar la suspensión de los diputados ha mantenido paralizado el Parlamento catalán desde julio. Tras numerosas negociaciones, ambos partidos encontraron un camino en forma de moción en la que por una parte se reafirmaba la autonomía del Parlamento, haciendo ver que no obedecían a Llarena, pero al mismo tiempo lo obedecían aceptando la delegación del voto.

El problema llegó con la fórmula de la delegación. Oriol Junqueras y Raül Romeva, de ERC, enviaron un escrito a la Mesa de la Cámara en el que designaban como sustituto a Sergi Sabrià. Pero en Junts intentaban evitar esta fórmula, para no dar la impresión de que acatan la orden de Llarena. Procuraron sortearlo con un escrito en el que el portavoz del grupo indicaba a la Mesa que «continuará votando en representación» de Puigdemont, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull. Pero esta fórmula no fue aceptado por los letrados del Parlamento catalán, que exigen que los cuatro diputados envíen escritos individualizados en el que indiquen expresamente a quien designan como sustituto, tal y como hicieron los dos de ERC. Y esto es lo que quieren evitar en Junts. Ocurre que si el presidente Torrent avalara esta fórmula, se expondría a incurrir en un delito por desobedecer al juez y a una querella con la que ya amenaza Ciudadanos. Además, pone en riesgo la estrategia política de Esquerra, que cuenta con el presidente del Parlamento como cabeza de cartel en unas más que probables elecciones en las que intenta convertirse en la primera fuerza del frente secesionista.