¿Qué le pasa a la cantera política de PP y PSOE en España con Twitter?

A. Moreiras REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Están llamados a convertirse en los líderes del mañana, pero los cachorros del PSOE y del PP, como algunos de sus mentores, todavía no han aprendido que las redes sociales pueden jugarles una mala pasada

30 ago 2012 . Actualizado a las 18:45 h.

Las campañas de las elecciones gallegas y vascas -finalmente se celebrarán el próximo 21 de octubre- están a la vuelta de la esquina, y con ellas, todas las miradas volverán a centrarse en los políticos, tanto en los ya consagrados como en los que todavía aspiran a mandar, y que a golpe de trending topic ponen a prueba la paciencia, la confianza o la simpatía de los ciudadanos, Andreas Fabras y Guillermos Collartes aparte.

«¿Qué ha pasado con la cantera?», se preguntaba el PSOE en su cuenta de Twitter el pasado mes de enero, mientras Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón libraban una lucha sin cuartel por el liderazgo del socialismo español. Ninguno de los entonces candidatos parecían satisfacer a la persona encargada de gestionar el perfil de los socialistas en la red social: «Con una candidata podemos ir a peor, y con el otro no vamos a ninguna parte». Desde esa misma cuenta no tardaron en achacar el tuit en forma de dura queja a las habilidades de un hacker. «Evidentemente algún gracios@ con poca gracia ha hackeado esta cuenta para atacar al PSOE. Aquí seguimos. Un abrazo y gracias a tod@s», justificaron.

Y es que ya lo dijo en su día Esperanza Aguirre: «Twitter es una cosa muy compleja que a veces da disgustos, y nosotros tenemos varios ejemplos de esos disgustos».

No le faltaba razón a la presidenta de la Comunidad de Madrid, pues no son pocos los políticos, de todos los signos, que se olvidan de la repercusión que pueden tener sus comentarios una vez publicados en las redes sociales.

«Me comporté como una hooligan»

Fue lo que le ocurrió en junio a Elena Valenciano, durante el partido de cuartos de final de la Eurocopa entre España y Francia. Con su «¿habéis visto a un tío más feo que Ribery?», la vicesecretaria general del PSOE se convirtió en protagonista en la red social de los 140 caracteres. La lluvia de críticas no se hizo esperar, entre ellas varias que le aclaraban que Ribery sufrió un grave accidente de tráfico cuando tenía dos años, lo que le dejó graves cicatrices en el rostro. Y aunque al principio Valenciano intentó explicar que había sido una broma, al cabo de unos minutos, tuvo que pedir disculpas. Desde su cuenta, pero también desde su blog: «Twitter es un territorio confuso para mí... La sensación de estar conectada a tanta gente amiga hace que, a veces, olvide que cuando digo algo, no lo dice Elena sino Elena, dirigente del PSOE».

En su defensa salió el vicesecretario general del PP, Esteban González Pons: «Si Elena Valenciano utiliza Twitter para ser más cercana, no se le puede penalizar por un comentario. El que está se equivoca, el que no está, no», escribió en su día uno de los peolíticos que de forma más activa y personal hace uso de esta red social.

Las travesuras infantiles tienen la culpa

Días antes, la metedura de pata llegaba desde las filas populares. Apenas una hora más tarde de que concluyese la comparecencia de Mariano Rajoy ante los medios de comunicación para explicar el rescate bancario, Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social, publicaba un mensaje en su perfil retando a sus seguidores en la red social para ver quién era capaz de superar una puntuación que acababa de obtener en un videojuego. «¡Obtuve 5390 puntos en Bubble Shooter Adventures! ¿Puedes mejorarlo?ghh». Horas más tarde, la ministra eliminaba el mensaje: «El tuit anterior ha sido borrado por no pertenecer ni a la ministra, ni a su equipo». «Una travesura infantil ha provocado que se genere el mensaje de forma automática en esta cuenta».

En esa misma trampa cayó el presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, hace apenas una semana. El político, activo usuario de Twitter, canceló su cuenta en la red social tras haber sido «víctima», como la ministra, de uno de esos mensajes automáticos, y algo traicioneros. La justificación fue también idéntica a la de Báñez: la travesura de uno de sus hijos cargó con la culpa.

Las jóvenes promesas, en la misma línea

Pero, como muy bien señalaba «el hacker del PSOE», ¿qué pasa con la cantera? Parece que las nuevas generaciones, lejos de aprender de los errores de sus líderes e ídolos, se apuntan a la moda de la gambada, el descuido y el ataque directo, cuanto peor y más grave, mejor. Como el secretario de Organización de Nuevas Generaciones de de Majadahonda, Luis Gutiérrez, que a sus 19 años deja las «travesuras infantiles» y las «bromas» de Báñez y Valenciano a la altura de meras anécdotas. El pasado mes de marzo publicaba en su perfil de Twitter (@setegtez, eliminado) el siguiente mensaje: «Lo de Pilar Manjón es infame. Cada día dudo más que el hijo de esa tipeja fuese el 11 M en 1 tren? deplorable su actitud». Tras el anuncio de querella criminal por parte del abogado de Pilar Manjón, el joven retiraba el tuit de su cuenta y lo cambiaba por una rectificación en la que desvinculaba al partido de cualquier responsabilidad: «En absoluto representa la opinión de mi partido, ni de las Nuevas Generaciones del Partido Popular. Tampoco la mía, pues al ser una fecha tan significativa y encontrarme en un estado emocional delicado, dije algo de que, obviamente, me arrepiento profundamente».

Otros son casi «profesionales» de las broncas tuiteadas, como el presidente provincial en Salamanca y vicesecretario nacional de Nuevas Generaciones, Ángel Fernández Silva, que pasó de acusar a Rubalcaba de ser «responsable de la creación de un grupo terrorista desde un gobierno democrático: los GAL», a poner en entredicho la profesionalidad de Elena Valenciano por el hecho de ser mujer a través de su cuenta personal de Twitter: «El único mérito de Elena Valenciano es ser mujer. Nunca logró acabar la carrera. El PSOE y sus líderes de altura».

Según su perfil profesional en LinkedIn, Salomé Prego es la secretaria de Comunicación en Nuevas Generaciones del PP de Asturias. Presume en su currículum de un curso de redes sociales y otro de comunicación y prensa del Partido Popular, pero sus palabras, a su juicio «mal interpretadas», le han costado un disgusto. Tuvo que recurrir a un comunicado para pedir disculpas después de afirmar que «en España no cabe un tonto más: regalamos 25 millones de euros para África! A nosotros no nos regalan nada para paliar nuestras necesidades». La rama juvenil de la FSA-PSOE pidió su dimisión «inmediata». Y vía comunicado explicó el mensaje de la polémica: «Me veo en la obligación de explicar el contenido de la misma, ya que dentro de 140 caracteres, uno no se puede explicar correctamente». Tratando de salir al paso de las críticas explicó que su intención era expresar que en el actual contexto de crisis «el Gobierno debería tener como objetivo principal a los ciudadanos de su propio país, que no atraviesan una buena situación». «No por ello estoy en contra de ofrecer la ayuda pertinente a todas aquellas personas y países que lo necesiten», aclaró además de advertir que había sufrido «un robo de identidad» y que había tomado «las medidas oportunas que la ley pone a mi alcance».

Armas de doble filo

La mayoría de los partidos políticos tienen sus propios manuales de identidad corporativa, pensados para el uso de logotipos o tipografías, y libros de estilo o normas de comunicación, orientados a redactar notas de prensa o a enfrentarse a una rueda de prensa. Una vez conocido el universo Twitter, Facebook y derivados, y experimentada en carnes propias su eficacia para acercarse a la ciudadanía, pero también el peligro que estas pueden tener con una mala gestión, quizás sea el momento de que, además de poner en práctica el sentido común, elaboren unas guías orientativas con pautas que faciliten a los interesados el manejo de las redes sociales, evitando los disgustos y comunicados a posteriori.