El descalabro de la criptomoneda de Terra dejó un agujero de unos 77.000 millones

Cristina Porteiro
c. porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

RUNGROJ YONGRIT | EFE

Su sucesora, Luna 2.0, se ha estrenado en el mercado con caídas del 50 %

31 may 2022 . Actualizado a las 21:31 h.

Terra USD y Luna protagonizaron hace tres semanas la mayor hecatombe financiera que recuerda el mundo cripto. Un error en su cadena y su posterior manipulación generó la estampida de miles de inversores, arrastrando consigo a todo el ecosistema y abriendo un agujero de 77.000 millones de euros en el sector, según cálculos de Bloomberg.

La implosión de los dos astros hundió desde entonces la cotización del bitcoin (BTC) un 34 % y la del ether (ETH) un 44 %, a consecuencia de la desconfianza que generó en las finanzas descentralizadas. Hoy se abonan unos 27.800 euros por un BTC y unos 1.780 euros por un ETH, lejos de los 62.600 y 4.460 euros que se llegaron a pagar respectivamente al inicio del mes de noviembre del 2021. La onda expansiva se llevó por delante buena parte de la fortuna de empresarios como el cofundador de Ethereum, Vitalik Buterin.

Además, los casi 37.000 millones que había conseguido concentrar Terra-Luna se habrían evaporado casi al completo. Solo los inversores que salieron a tiempo pudieron hacerse de oro con esta máquina tragaperras del mundo cripto. El resto, fondos y pequeños ahorradores que habían puesto su dinero en el proyecto para ponerlo a salvo de la inflación en países como Argentina (del 58 %) o Venezuela (del 686 %), lo han perdido todo. Es el caso de algunos trabajadores con salarios que no alcanzan ni los 300 dólares al mes. Con la esperanza de multiplicar todos los meses su valor para ir pagando desde hipotecas a electrodomésticos o reformas de sus viviendas, destinaron lo poco que tenían a la compra de esta criptomoneda (UST) que se ha volatilizado. El portal Rest of World recoge el caso de un ciudadano argentino que invirtió en UST para que la devaluación del peso no le pasase factura. ¿El resultado? Perdió casi 15.800 euros. «Me siento traicionado por Binance [casa de cambio de criptomonedas] por promoverla como segura y estable», se quejó.

El fundador de este laberíntico sistema de encriptado, el surcoreano Kwon Do-hyung (Do Kwon), no se da por vencido. Quiere volver a levantar este Titanic virtual y el primer paso lo dio este fin de semana, al sacar al mercado Luna 2.0, la secuela, que se fijará a una nueva blockchain. No ha cosechado demasiado éxito: se ha desplomado un 50 % desde su estreno, cuando llegó a cotizar en los 19 dólares. Hoy apenas se pagan entre 8 y 9 dólares.

La desconfianza del mercado está justificada si se tiene en cuenta que Do Kwon y parte de la cúpula de Terraform Labs —la compañía que da soporte a esta blockchain—están en el punto de mira de las autoridades. Para tratar de resetear el negocio, han repartido el 70 % de los nuevos activos Luna 2.0 entre la comunidad, que dependerá de que los inversores vuelvan a confiar para recuperar su dinero.

La compañía, investigada

La fiscalía surcoreana ha abierto una investigación, informa el portal The Block. Habrían solicitado a los trabajadores de Terraform Labs que presten testimonio, ante la sospecha de que se pudo cometer un delito financiero en esa plataforma, que permite almacenar y ejecutar transacciones en la nube sin el control de un banco central. La cúpula está bajo vigilancia. Las autoridades sopesan imputarles cargos por fraude relacionados son el protocolo Anchor, que prometía un 20 % de interés a los inversores que bloquearan su capital durante más tiempo. ¿En qué consiste ese protocolo en el que cualquiera podía invertir? En una tecnología que a través de un sistema de préstamos, depósitos y recompensas, aumenta artificialmente su valor.

Víctimas de IM Mastery Academy exigen que se prohíba su actividad

La abundancia y las rentabilidades del mundo cripto se han utilizado como reclamo en muchas organizaciones para sacar provecho de la falta de conocimiento de la población. Familiares de jóvenes captados por la organización IM Mastery Academy —un chiringuito financiero, según la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)—, entregarán este martes las 89.000 firmas que han recogido para exigir al Ministerio de Justicia que prohíba su actividad en España. Los afectados acusan a la cúpula de la compañía, bajo investigación, de utilizar prácticas «sectarias y fraudulentas» para conseguir que los jóvenes abonen cuotas mensuales a cambio de una supuesta formación bursátil que en realidad busca atraer nuevas víctimas. Tras la denuncia colectiva de 450 familias, la policía detuvo a ocho de sus miembros.