El contrato también deja claro que la red social se fusionará con otra empresa que es propiedad de Musk. Y este matiz es importante. Porque esto implica que Musk no compra directamente Twitter, lo que se consideraría un procedimiento mucho más hostil. Por ello, el magnate ya ha creado tres sociedades instrumentales diferentes —bautizadas como X Holdings I, II y III— cuya única función es fusionarse con Twitter «directa o indirectamente» según los archivos presentados ante la SEC (el regulador bursátil estadounidense).
El acuerdo también marca en rojo una fecha en el calendario. Según el contrato, la operación tendrá que estar finalizada el 24 de octubre de este año. Eso sí, ante posibles dificultades, se regula una ampliación de ese plazo en un máximo de seis meses.