Santiago Lago: «Los impuestos patrimoniales no deberían estar en manos autonómicas»

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Santiago Lago es uno de los 17 integrantes del comité de expertos para la reforma fiscal
Santiago Lago es uno de los 17 integrantes del comité de expertos para la reforma fiscal DUVI

El miembro del Comité de Expertos para la Reforma Fiscal considera que para «atajar el déficit estructural» habrá que subir impuestos

14 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo, director del grupo de Investigación GEN (Governance and Economics research Network, por sus siglas en inglés) y del Foro Económico de Galicia, Santiago Lago Peñas (Vigo, 1971) es también, desde este lunes, miembro del consejo de expertos creado por el Gobierno para guiar su anunciada reforma tributaria.

-La crisis parece haber provocado un giro en la política fiscal global. Primero la UE y ahora el FMI y EE.UU. plantean la necesidad de diseñar una fiscalidad más progresiva y fijar un tipo mínimo para las empresas. ¿Cómo lo valora?

-Muy positivamente, aunque en este punto hay que dejar claro que esta no es la realidad de las empresas de nuestro entorno inmediato. Las empresas gallegas y españolas en general tributan un porcentaje muy sustancial de sus beneficios. Hablamos de las empresas familiares pequeñas, medianas y grandes o de gigantes como Inditex; que, en contra de los bulos que circulan por ahí, contribuye y mucho a las arcas españolas. El problema son las empresas que operan en el mundo digital y aquellas que fijan su sede en paraísos fiscales, pero ganan su dinero en España, Francia o estados Unidos. Es ahí donde hay que actuar.

-La ministra Montero subrayó que la reforma busca la sostenibilidad de las finanzas públicas y acercar la presión fiscal española a la media europea. ¿En qué cambios tributarios hay que centrarse? ¿Qué impuestos tocar, y cómo, para elevar los ingresos?

-Los tipos impositivos en España son, en general, similares a la media, pero la recaudación no. El fraude fiscal y los distintos tipos de descuentos (bonificaciones, deducciones, tipos reducidos) explican buena parte del diferencial. A partir de ahí, hay que adaptar el sistema fiscal a los cambios. La digitalización, el cambio climático, incluso problemas como la obesidad nos obligan a pensar también en el plano tributario. Al mismo tiempo, la realidad hace obsoletos otros tributos y puede aconsejar suprimirlos. Sobre todas estas cuestiones trabajaremos en la comisión.

-¿Teme que una subida de impuestos frene la recuperación? ¿Cómo casar el impulso a la actividad económica, a la recuperación, con una mayor presión fiscal?

-En España tenemos un problema de déficit estructural que tenemos que atajar. Sin duda, hay que actuar por el lado del gasto, revisando la eficiencia y la rentabilidad social de los programas que se ejecutan. Pero la actuación por el lado de los ingresos es incluso más importante. Es tarea de los Gobiernos decidir cómo se encajan gastos e ingresos y el tempo de la consolidación fiscal. Pero es inevitable que tenemos que hacerla, seguramente a partir del 2023.

-¿Aboga por mantener las figuras tributarias, con ajustes, o por crear nuevas? La ministra les pidió «osadía y audacia».

-A mi juicio, ambas cosas. El mundo cambia y evoluciona. Esto hace que la normativa de las figuras tributarias clásicas se quede obsoleta en distintos aspectos y pone en evidencia que es necesario atender a nuevas realidades como la lucha contra el cambio climático o la imposición de actividades digitales. La reforma fiscal debe atender a ambos frentes.

-Una crítica recurrente es que las deducciones (el impuesto de sociedades es un ejemplo claro) acaban jibarizando su capacidad recaudatoria. ¿Habría que suprimirlas? ¿Actualizarlas?

-España es un país con un enorme volumen de beneficios fiscales de todo tipo. Es uno de los factores más importantes, junto al fraude tributario, a la hora de explicar nuestra menor recaudación. Por tanto, es necesario revisar estas cuestiones. Lo ha hecho parcialmente la AIReF hace poco, con resultados que confirman la necesidad de revisar las apuestas que hacemos colectivamente por sectores y colectivos.

-Si a nivel global se habla de armonizar un tipo mínimo para sociedades, en el plano doméstico el debate está en la armonización autonómica de patrimonio y sucesiones. ¿Qué hay que hacer? ¿Madrid hace realmente dumping fiscal, como se le acusa?

-En este debate se mezclan muchas cosas. Sin duda, los impuestos patrimoniales no son buenos candidatos para estar descentralizados, porque acaban generando situaciones de competencia fiscal. Lo vimos en su día en Australia o Canadá y lo vemos ahora en España. Por otro lado, la realidad internacional del impuesto sobre el patrimonio, en claro desuso en la esfera internacional, es muy diferente a la del impuesto sobre sucesiones, cuya existencia es la norma en los países de nuestro entorno. Sin soslayar los problemas que surgen en la aplicación práctica de los impuestos patrimoniales en la esfera de las empresas familiares, que provocan situaciones paradójicas y que van en contra las estrategias de autofinanciación y de crecimiento empresarial, algo fundamental para conseguir que nuestras empresas (en promedio, pequeñas) ganen tamaño. Sin duda, vamos a debatir mucho sobre estas cuestiones en el seno del comité.

«La fiscalidad del diésel en España es una anomalía en la UE, debe converger con la gasolina»

La equiparación tributaria del diésel y la gasolina fue una de las subidas fiscales que, pese a ir inicialmente en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de este año, el Ejecutivo aparcó. Encuadrado en la fiscalidad medioambiental, será otro de los debates que se abordarán en los trabajos del comité.

-Otro debate sobre la mesa es qué hacer con los tipos reducidos del IVA.

-Comparativamente España opta por aplicar a más bienes y servicios tipos reducidos y superreducidos que los países de nuestro entorno. Hay que reflexionar sobre ello.

-¿Y recuperar la idea de equiparar el impuesto del diésel con el de la gasolina, que se cayó de los últimos Presupuestos?

-Sobre esta cuestión me sumo a lo que nos recordaba no hace mucho Xavier Labandeira, otro de los miembros del comité presentado el lunes. La fiscalidad del diésel en España es una anomalía en la UE. Porque es muy baja en términos relativos, y las emisiones del diésel respecto a la gasolina no justifican ese mejor tratamiento comparado. Debería haber una convergencia en la tributación de ambos.

-¿Cuándo y cómo arrancará la reforma fiscal? ¿Por fases? Porque en lo que hay consenso es en que no deberían subirse impuestos antes de que la recuperación se asiente, para que no se malogre...

-El plazo otorgado por el Gobierno al comité de expertos es febrero del 2022. A partir de ahí, el ritmo de decisiones políticas nos trasciende. Sin perder de vista que nuestro informe será un elemento más en el proceso de reforma. El conocimiento técnico es muy importante. Pero la política es y debe ser algo más, porque en el mundo real existen restricciones y objetivos e intereses enfrentados; y los políticos están -o deberían estar- para buscar compromisos y consensos.