Galicia podrá gestionar el 50 % de los fondos europeos que aspira a recibir

ECONOMÍA

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Feijoo rechaza un reparto «a la carta» y «partidista» de las ayudas

26 oct 2020 . Actualizado a las 22:35 h.

Son 108 proyectos y 9.400 millones de euros de inversión los que la Xunta de Galicia ha puesto sobre la mesa del Gobierno central para optar a las ayudas europeas procedentes del Next Generation EU. De todo ese ingente volumen de fondos, todavía no hay ni un solo euro garantizado. España dispone de hasta 140.000 millones de euros -todavía virtuales- para regar los proyectos de recuperación de la crisis. El Gobierno central se ha propuesto consumir hasta 72.000 millones (a fondo perdido) entre el 2021 y el 2023, pero todavía no están fijados ni los criterios europeos ni españoles para poder desembolsar el dinero. ¿Cuánta ayuda recalará en Galicia? ¿Quién se encargará de su gestión?

Todo dependerá de la clave de reparto, las competencias y la «calidad» de las inversiones, como dejó claro este lunes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante la Conferencia (telemática) de Presidentes, a la que asistieron el líder del Gobierno, Pedro Sánchez, y los dirigentes regionales.La reunión culminó con el compromiso de Sánchez de que las comunidades autónomas podrán ejecutar «alrededor del 50 %» de los fondos que reciba el país (36.000 millones de euros de los 72.000 iniciales). ¿De qué forma? Administraciones como la gallega deberán presentar proyectos que se encuadren en los ámbitos de gestión que son competencia exclusiva de las comunidades (educación, sanidad, búsqueda de empleo, rehabilitación de viviendas o medio ambiente, por ejemplo). ¿Qué pasa si un proyecto gallego no se ciñe a esos ámbitos? Será elegible, pero la Administración central se encargará de su gestión.

Distribución del dinero

La gran batalla todavía no se ha librado: la distribución de las ayudas. Aunque Bruselas dejó claro que el dinero solo llegará para financiar proyectos de futuro, innovadores y que tengan un efecto capilar en la economía, lo cierto es que Sánchez dejó entrever que quiere equilibrar la balanza para que los fondos no se concentren en pocas manos. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, exigió este lunes un reparto justo y transparente para conseguir una recuperación simétrica entre regiones: «No cabe un sistema por cuotas ni poblaciones territoriales, ni a la carta ni en base a criterios políticos o partidistas», deslizó con la vista puesta en los pactos de Gobierno y los posibles canjes de apoyos políticos a cambio de fondos.

Por eso el Ejecutivo gallego trasladó a Sánchez y Von der Leyen la importancia de tener en cuenta las necesidades específicas de cada territorio, prestando especial atención al reto demográfico de las zonas más envejecidas, a la necesidad de anclar población al rural con planes de futuro y la digitalización de las infraestructuras o invertir en la transición industrial de regiones como la gallega, donde el declive de las antiguas fábricas vinculadas a la economía del carbón amenazan con dejar sin sustento a comarcas enteras. La melodía le suena bien a Von der Leyen, pero la alemana insistió este lunes: la intención cuenta, pero no lo es todo. Las Administraciones locales, autonómicas y nacionales deben prepararse para lo que viene. Este es un momento histórico: «Esta es vuestra oportunidad y vuestra responsabilidad [...] Os necesitamos a vosotros y os necesitamos preparados y dispuestos a absorber esta enorme cantidad de fondos», dijo en la reunión. No es una cuestión menor. Bruselas conoce las dificultades que arrastra España para ejecutar los fondos europeos (no más del 34 % del total). «Esta es vuestra oportunidad, esta es la forma en la que podemos salir de esta crisis: inversión europea, reformas valientes e ideas audaces para el futuro de la economía española», animó Von der Leyen.

Bruselas invita a España a pedir un rescate al MEDE

Las autonomías apuran los deberes, el Gobierno perfila deprisa y corriendo su plan de recuperación «España puede», pero las negociaciones en la Unión Europea van a otro ritmo. Todavía no se ha aprobado el marco legal para desembolsar las ayudas del fondo de recuperación. Las conversaciones entre el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo siguen bloqueadas. Tanto es así que las expectativas más optimistas del Gobierno español pasan por que el dinero europeo llegue a las puertas del verano. Para entonces, ¿será demasiado tarde? El Ejecutivo de Sánchez cree que sí. Muchas empresas y negocios se quedarán por el camino. Por eso, y para cuadrar las cuentas del año que viene, su equipo económico ha decidido incluir en el borrador de Presupuestos -que quiere aprobar este martes- una partida adelantada de 27.000 millones de euros a cargo de los fondos futuros del Next Generation EU. Un enjuague que tendrá que contar con el visto bueno de la Comisión Europea. Bruselas pasará la lupa a las cuentas españolas. Por ahora no convence ni la forma ni el fondo. Es más, sus portavoces recordaron ayer que antes de contar con el dinero, «España tiene que presentar su plan de recuperación y después ser discutido con la Comisión Europea y ser aprobado el próximo año cuando las bases legales entren en vigor». Además lanzaron un mensaje a navegantes: hay que dejar la retórica y pasar el bisturí a los planes. Tanto para desembolsar subvenciones como préstamos, España tiene que comprometerse con «reformas a gran escala».

Alternativa

El ruido de cifras y planes en España contrasta con el silencio sepulcral de Bruselas. Allí todavía ven lejos el momento de abrir el grifo de las ayudas. Tanto es así que el Ejecutivo comunitario sugirió este lunes a España que pida un rescate al MEDE si quiere disponer de dinero fresco con el que hacer frente a los próximos meses de sequía. «Hemos propuesto muchas medidas para responder de forma fuerte y coordinada a la crisis [...] Los fondos del MEDE están listos para ser activados. Es decisión de los Estados miembro de la eurozona decidir si desean pedirlo, pero listos están», recordaron ayer sus portavoces.

España está condenada a pedir prestado y, por tanto, a endeudarse. El Gobierno reconoció ayer que, al margen de los 72.000 millones de euros de subvenciones, también exprimirá hasta el último céntimo de los 68.000 millones de euros que tienen disponibles en forma de préstamos.

Pero todavía se resiste a acudir al MEDE, un instrumento estigmatizado por su papel en la anterior crisis.