El precio del CO2 apaga las centrales de carbón gallegas

B. C. / F. F. LA VOZ

ECONOMÍA

ANGEL MANSO

El alcalde pontés analiza denunciar la intervención de especuladores en el mercado de emisiones

20 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La escalada en las cotizaciones de los derechos de emisión de CO2 -que solo en el último año están próximas a duplicarse, superando los 25 euros por tonelada- está expulsando del sistema de generación eléctrica a las centrales de carbón, como las gallegas de Meirama (Cerceda) y As Pontes. Precisamente esta última planta, propiedad de Endesa, está acometiendo un proceso de adaptación para reducir sus emisiones a la atmósfera y cumplir con las directivas ambientales comunitarias, por valor de 217 millones de euros. Estos trabajados de reforma ampliarán su vida útil al menos hasta el 2045.

Pero en el último mes y medio apenas ha funcionado intermitentemente uno de sus cuatro grupos, debido a la falta de competitividad que registra por el tirón de los precios de las emisiones. La de Meirama, propiedad de Naturgy, lleva parada desde mediados de febrero también por razones de mercado.

El alcalde de As Pontes, Valentínález Formos Gonzo, está indignado con esta situación, ya que sostiene que el alza del coste de la tonelada de dióxido de carbono en el mercado de emisiones se está produciendo como consecuencia de una maniobra especulativa.

Así, sostiene que la Unión Europea ha liberalizado el mercado de compra de los derechos de emisión, lo que ha posibilitado que fondos norteamericanos entren en este sector y propicien una escalada de los precios. «Indigna ver como permanece inactiva una planta eficiente que está invirtiendo 220 millones de euros en reducir sus emisiones y como se permite que se importe energía procedente del carbón desde Marruecos, que no cumple ninguna normativa ambiental mínimamente exigente, y también continuamente energía atómica desde Francia», critica.

El regidor pontés insiste en que del funcionamiento de la central térmica de Endesa en As Pontes «depende la mitad del tráfico de Ferrol, la actividad de 130 camiones de transporte y unos 300 empleos directos», por lo que anuncia que encargará a la Universidade da Coruña un informe para conocer cuál sería el procedimiento de denuncia más adecuado para poner este asunto en manos de las autoridades comunitarias de competencia y ante la justicia europea.

No obstante, entre sus primeras acciones serán las gestiones políticas, que elevará a la Secretaría de Estado de Energía y también ante el comisario de Energía y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete.

«No se puede permitir que se produzca especulación en un mercado que es el del oxígeno que respiramos», subrayó.

Ismael Romeo, director de la empresa española Sendeco, que opera en ese mercado comunitario del CO2, lanza también su dedo acusador contra los especuladores y no le extrañaría que el Banco Central de Derechos de Emisión se viese obligado a intervenir para calmar el mercado.