Las cotizaciones de los gallegos solo cubrirían pensiones un 40 % más bajas

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

MARTINA MISER

Madrid, Baleares, Canarias y Murcia, las únicas regiones que podrían financiar las prestaciones con sus propios ingresos

26 jul 2019 . Actualizado a las 11:46 h.

Si las pensiones de los gallegos dependiesen únicamente de los recursos que aportan los trabajadores de la comunidad a través de sus cotizaciones sociales, solo habría dos opciones, a cada cual más drástica. O dejar sin paga a 275.000 de las 762.000 personas que dependen en la comunidad de una prestación contributiva de la Seguridad Social o meterles un tijeretazo de casi un 40 % a las nóminas de jubilados y viudas.

Así se deduce del estudio sobre Las pensiones en las comunidades autónomas elaborado por José Antonio Herce, director asociado de Analistas Financieros Internacionales y presidente del Foro de Expertos del Instituto BBVA. En él, con datos del 2017, se señala a Galicia como el territorio donde el sistema de pensiones es más deficitario, ya que el gasto en prestaciones contributivas (8.295 millones de euros) supera en más de 3.000 millones de euros a los ingresos (que apenas llegaron a 5.281 millones en cotizaciones sociales).

Pero la situación de Galicia no es excepcional. De hecho, solo en cuatro comunidades (Madrid, Baleares, Canarias y Murcia) los trabajadores generan los recursos suficientes para sostener, por sí mismos, las pensiones que se pagan en su región. El problema es que la solidaridad interregional ya no es suficiente, puesto que el superávit que se genera en ellas, de apenas 2.900 millones, no cubre ni de lejos los más de 20.600 de números rojos del resto de las comunidades, entre las que hay territorios de alto poder adquisitivo (como el País Vasco y Navarra) y otras con rentas mucho más bajas (como Extremadura), pero que comparten un mismo problema: el declive demográfico, que hace que no haya cotizantes suficientes para financiar el coste de una población cada vez más envejecida.

«Si el sistema de pensiones estuviese íntegramente transferido, con sus recursos y sus gastos, a las comunidades autónomas, doce de ellas estarían en situación deficitaria, con las cuatro del cuarto noroccidental sufriendo desequilibrios severos que les impedirían, seguramente, cumplir sus compromisos de pensiones o los de otros programas autonómicos del estado del bienestar como la educación o la salud adecuadamente», remarca Herce en el documento.

Y es que si en el conjunto de España ya hay menos de dos trabajadores dados de alta por cada pensionista, la ratio cae al 1,3 en Galicia y al 1,2 en Asturias. De hecho, aunque es la gallega la comunidad que tiene un déficit más abultado en términos absolutos, es en la asturiana donde se registra un mayor desequilibrio relativo, ya que las cotizaciones de los afiliados de la región no cubren ni la mitad del gasto en pensiones (solo un 45 %), «desproporcionadamente elevado en relación con su estructura laboral actual, y que traen causa de un pasado industrial de altos salarios», como matiza el experto en su estudio.

Un 50 % más de cotizantes

Un informe que muestra que la solución al déficit de la Seguridad Social no vendrá solo por la creación de empleo. Y es que, con el nivel de cotización actual (unos 5.800 euros al año por trabajador en el conjunto de España) harían falta tres millones de afiliados más para cuadrar las cuentas. En Galicia la cosa se complicaría, si cabe, todavía más, porque se necesitarían 555.000 nuevos cotizantes, lo que significaría incrementar en más de un 50 % el volumen actual de trabajadores dados de alta.

Siguiendo con ese ejercicio de economía ficción, el equilibrio del sistema también podría buscarse por el lado de los gastos. Claro que eso obligaría a aplicar un recorte del 36 % a la nómina de las pensiones, lo que dejaría la prestación media, que en el 2017 estaba cerca de los 780 euros en 14 pagas, por debajo de los 500 (495, en concreto).