Peor la vergüenza que el desahucio

l. c. saavedra CANGAS / LA VOZ

ECONOMÍA

La PAH y el Concello de Cangas califican el decreto de insuficiente

23 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Aunque tienen multitud de puntos de conexión sobre la dramática situación de los desahucios (ambos están en la comisión que estudia los casos en el municipio de Cangas), en lo que genuinamente coinciden al milímetro la presidenta de la Plataforma dos Afectados polas Hipotecas de O Morrazo, María José Álvarez, y el concejal de Hacienda de Cangas, Pío Millán, es en que el camino que jamás debe tomarse es el de la vergüenza individual o familiar por estar abocado a esta problemática. La conmoción psicológica es incluso más devastadora que la propia ejecución hipotecaria. Es lo que impide que los hogares pidan ayuda, comprensión o cooperación externa, entre otras actitudes. A la larga, esta grave turbación deriva en el aislamiento y en la frustración de quienes no pueden hacer frente a las letras del préstamo hipotecario, que por su regla métrica llegan cada primero de mes a las cuentas corrientes.

La comisión contra los desahucios de Cangas es una de las primeras constituidas en toda España. Esto, aunque sea un dudoso honor, no supone ninguna ventaja, sino más bien la materialización de un fracaso. Representa la crónica de la anunciada muerte del sistema del mercado inmobiliario español. «Nosotros [en referencia al concejal Pío Millán, que tiene enfrente]... bueno, al menos, yo, seríamos anónimos -medita María José Álvarez-, no nos conocería nadie, si no existiese este enorme problema de los desahucios; yo misma estoy en esa situación y se pasa fatal. Es uno de los peores momentos de tu vida, pero antes que lamentarte hacia adentro, lo que debes hacer es pedir ayuda, exponer tu caso y aprovechar las oportunidades que hay para lograr salir de esta situación. Si esperas demasiado, estás condenado a salir peor parado que antes».

El concejal de Hacienda de Cangas (de carácter discreto, pero fino y directo, al igual que la presidenta de la PAH, pero esta más vehemente e impulsiva) es la persona delegada por la comisión canguesa para tratar directamente con las entidades financieras sobre los casos estudiados previamente en las reuniones que mantienen cada mes. «Salvo casos excepcionales [y tuerce el gesto mientras hace esta afirmación], los directivos de las entidades se muestran muy receptivos a la hora de negociar y ver el problema con otra perspectiva que no sea la que implique simplemente cobrar la deuda y, si no, ejecutar».

La reciente introducción de medidas urgentes por parte del Gobierno, por la vía del decreto ley, para tratar de minimizar el impacto de los desahucios, no convence del todo a los protagonistas.

Para María Álvarez, «parece una nueva normativa hecha para parchear y para ayudar en definitiva a los bancos y cajas, porque ni se paran los intereses de demora, es decir, que siguen corriendo y dentro de dos años estarás más endeudado, ni acoge a miles de familias que están en estos casos. Tenemos que tener en cuenta que en este momento los bancos no quieren quedarse con propiedades inmobiliarias, porque valen menos que antes y nadie quiere comprar ninguna, porque el mercado está totalmente parado».

A juicio de Millán, concejal del PP, el calado de los cambios propuestos «es insuficiente». Lo sabe porque lo ve de primera mano. Y habla de que en el caso de O Morrazo la mayoría de los ejemplos tienen que ver directamente con la crisis del sector naval.

«Hay probablemente muchos casos ocultos, la mayoría de ellos derivados de la crisis del sector naval, de trabajadores que se han quedado sin empleo en estos años y que ya no pueden hacer frente al préstamo hipotecario. Tenemos once sobre la mesa que son urgentes, pero puede que haya decenas de casos más, pero que no se atreven a dar el paso por la vergüenza». Su idea pasa por practicar una reforma de las leyes que contienen disposiciones relacionadas con los desahucios. Y descarta la picaresca: «Quienes vienen son personas con problemas reales».

el drama de las hipotecas

«Tenemos once casos urgentes, pero puede que haya decenas de casos más»