Los accidentes laborales bajaron en un 2020 con menos actividad

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

DEZA

Miguel Souto

Los meses de cierre de empresas no esenciales por el estado de alarma influyeron en una caída del 13 % de la siniestralidad el pasado año, con 383 casos en la zona

07 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El incremento del teletrabajo, los expedientes de regulación temporal de empleo, los cierres de empresas o su paralización durante meses por el estado de alarma decretado por el Gobierno central ante la virulencia de la pandemia del covid-19 influyeron en que se contabilizasen menos accidentes laborales en Deza y Tabeirós-Terra de Montes durante el 2020. Un aspecto positivo en medio de tantas malas noticias económicas, aunque con el matiz de que hubo que lamentar de nuevo víctimas mortales, con dos personas fallecidas en su trabajo. Fueron dos varones en Lalín y Silleda.

El pasado año se contabilizaron 383 accidentes laborales en las comarcas, frente a los 443 computados en el 2019, según los datos facilitados por la Consellería de Emprego e Igualdade. Supuso un descenso del 13,3 % en la comparativa interanual. En Deza se produjeron e el 2020 un total de 230 siniestros en este ámbito, mientras que fueron 153 en Tabeirós-Terra de Montes. Mientras, en el 2019 habían sido 272 y 171 respectivamente, por lo que el descenso de casos se produjo en ambos territorios, en el dezano al bajar en 42, mientras la reducción fue de dieciocho de un año a otro.

Respecto al análisis por municipios, A Estrada desbancó el pasado año a Lalín y fue en el que más accidentes laborales se computaron por la Xunta. En concreto se produjeron 122 en territorio estradense, frente a los 114 en el lalinense. En el caso de Tabeirós se bajó en cifras aunque de forma muy pequeña, pasando de 124 a los citados 122, mientras que en Lalín la reducción fue mayor, al caer en 35, de 149 a los 114.

El tercer puesto en el ránking lo ocupó de nuevo Silleda, con 56 accidentes laborales en el 2020. Supuso una caída de dos respecto al 2019, cuando se contabilizaron 58. Mientras, en Vila de Cruces la cifra total fue de 26, uno menos que en el ejercicio anterior. Cayó de forma más sustancial en Rodeiro, con 22 siniestros en el ámbito del trabajo en el 2020, cuando habían sido 26 el ejercicio previo.

Por debajo de la veintena se situaron los otros municipios de la zona. En Cerdedo-Cotobade se produjeron el pasado año 18 accidentes en el trabajo, con la caía tanto porcentual como en número más significativa, ya que en el 2019 la cifra había sido de 31. A continuación se situó Forcarei con trece, que supuso un una reducción de tres en la comparativa, por los dieciséis previos. Sin alcanzar los dos dígitos quedaron tanto Agolada como Dozón. En el primer municipio fueron ocho los siniestros laborales, dos más que en el ejercicio anterior y de los pocos sitios con subida, mientras que en Dozón hubo cuatro casos, dos menos.

Desde la Xunta destacaban que la lucha contra la siniestralidad laboral figura entre sus prioridades, con iniciativas a través del Instituto de Seguridade e Saúde Laboral de Galicia (Issga), dependiente de la Consellería de Economía e Emprego. En esa línea se está colaborando con el tejido empresarial para implantar medidas con las que proteger a los centros de trabajo ante el coronavirus. Entre ellas se aprobada recientemente la creación de una unidad de referencia covid-19 para prestar apoyo al entorno laboral, en un acuerdo que se adoptó por unanimidad de sus integrantes.

Solo el 3,7 % de los trabajadores sufrieron heridas de gravedad y hubo dos fallecimientos

Las cifras estadísticas de siniestralidad laboral permiten constatar que los sucesos de carácter grave o mortal en las comarcas suponen un porcentaje muy bajo del total. En concreto el pasado año supusieron el 3,7 %, mientras el 96,3 % de los trabajadores que sufrieron algún tipo de accidente durante el desempeño de su labor profesional solo sufrió percances leves. Pero de nuevo hubo que lamentar víctimas, con dos casos en Lalín y Silleda, el mismo número que el computado por la Xunta en el 2019, en esa ocasión con los fallecidos en otros municipios distintos, en A Estrada y Cerdedo-Cotobade.

A esas dos muertes se sumaron doce personas que padecieron heridas de gravedad. De ellas, seis corresponden al municipio de A Estrada, mientras fueron dos tanto en el de Lalín como en el de Cerdedo-Cotobade. Los dos restantes ocurrieron en Agolada y Vila de Cruces, uno en cada territorio. Respecto a los heridos leves, la mayoría lo fueron en el concello estradense, con 116, mientras que 111 corresponden al lalinense, seguido de los 55 de Silleda, 25 de Vila de Cruces, 22 de Rodeiro, 16 de Cerdedo-Cotobade y 13 de Forcarei. Completan la relación siete casos en Agolada y cuatro en Dozón.

De esos dos accidentes mortales del pasado año sin duda el que más conmoción causó por sus circunstancias fue el que se produjo en las instalaciones de Frigodeza en el polígono lalinense de Botos. Ocurría el pasado 5 de agosto cuando un joven de 30 años, de la firma Metalbo, se encontraba reparando un ascensor usado para el transporte de cerdos en el matadero, falleciendo por los gases para el aturdimiento de los animales.