
El equipo azulgrana cae en la prórroga en el Giuseppe Meazza después de remontar un 2-0 y tener el pase a la final al alcance de la mano
07 may 2025 . Actualizado a las 07:38 h.El Barcelona se despidió de la Champions en Milán de la forma más cruel. El conjunto que dirige Hansi Flick cayó por 4-3 ante el Inter en una batalla épica en la que logró remontar un 2-0 adverso, pero en la que vio como todo se desvanecía en los instantes finales. Un tanto de Acerbi en el 93 forzó la prórroga y ahí Frattesi condenó a unos azulgranas que tuvieron el billete a Múnich al alcance de la mano.
Y es que el inicio de partido no hacía presagiar nada bueno. El Giuseppe Meazza preparó una encerrona de época, con un ambiente infernal, mosaico intimidador y once lobos dispuestos a morder en cada jugada. Esa fue la idea de Inzaghi para contrarrestar el fútbol total de Flick. El alemán no se traicionó por las virtudes del rival y repitió con Gerard Martín en el lateral sobre Dumfries. El canterano podía ser, quizás, el punto débil de unos azulgrana muy reconocibles, con Pedri y De Jong en la base y con Lamine Yamal como bandera, el símbolo de un ejército vestido de un poco intimidante verde lima limón.
El Barcelona y el Inter salieron sin ambages. Los italianos sabían que no era buena idea encerrarse en campo propio y defendieron hacia delante, mientras que el equipo azulgrana presionó en campo contrario. El problema estaba en los retornos. La presión no fructificó en el arranque y el Inter supo salir y buscar las cosquillas a los de Flick.
Lo hicieron primero con un desborde de Dumfries y después con una pérdida de Olmo fatídica. El ex del Leipzig buscó hacer un caño en una zona prohibida y el robo provocó una transición vertiginosa que culminó Lautaro Martínez para inaugurar el marcador. Ese gol era el botín que buscaba el Inter para modificar su registro.
Los de Inzaghi redujeron riesgos, jugaron más vertical y multiplicaron las ayudas para defender a Lamine Yamal, la gran amenaza del Barcelona. El canterano asumió la presión con naturalidad en un momento en el que los azulgrana no tuvieron frescura. Sus conducciones fueron un dolor de muelas para Dimarco y ahí empezaron los de Flick a generar peligro.
Un disparo suyo lo blocó Sommer, Ferran remató sin precisión un remate de Eric y Olmo no estuvo fino en una transición. Fue la demostración de que la cosa no iba bien y todo se iba a torcer todavía aún más antes del descanso después de que Cubarsí arrollara en el área a Lautaro Martínez. Calhanoglu transformó el penalti y castigó a un Barcelona que necesitaba una proeza para el segundo acto.
Tras la reanudación, el Barcelona fue una avalancha. Los culés pusieron más jugadores por delante de la pelota, incorporaron a los dos laterales al campo rival y se llevaron por delante a un Inter incapaz de frenar la avalancha. Pedri fue el director de orquesta, Olmo ya se podía girar y el milagro apareció por arte de fútbol. El Barcelona, de eso, va sobrado.
Contra las cuerdas
Los culés se volcaron y Gerard Martín, infatigable, puso un centro y apareció en el área el otro lateral, Eric García, para enviar el balón a la escuadra y desatar a los de Flick, que miraban el reloj y se frotaban las manos.
El Inter ganaba, pero estaba también contra las cuerdas. El Barcelona era un rodillo y de poco sirvió que Inzaghi retirara a Dimarco, porque la amenaza en aquella banda ahora era doble. Eric García, encomiable, se topó con Sommer y vio desde cerca cómo otro balón sobrevolaba el área y acababa en la testa de Olmo, que se redimía.
La grada ya no apretaba tanto, el balón fluía y cada disputa era azulgrana. Flick introdujo a Araujo y Fermín, y el tercero cayó por aplastamiento tras dos remates de Raphinha. Fue el momento de un Barcelona que rozó la final con los dedos, pero todo se fue por el desagüe de forma cruel. Lamine Yamal estrelló un balón en la madera y Acerbi empató sobre la bocina en la última jugada tras un centro lateral.
Ya en la prórroga el Inter sacó fuerzas donde no había para emparejar el encuentro y lograr la ventaja tras un error de Araujo, que le abrió la puerta a Thuram para que ganara línea de fondo y Frattesi hiciera el cuarto. El golpe fue tremendo. De poco sirvió que Flick renovara al equipo. El Barcelona lo intentó con todo, acumuló jugadores en ataque y Lamine Yamal, en una nueva muestra de personalidad, se echó el equipo a la espalda. Sommer evitó en dos ocasiones su gol y acabó con el sueño de un equipo que tuvo un final cruel, pero que murió, eso sí, con las botas puestas.
Ficha técnica
Inter: Sommer; Bisseck (Darmian, min 71), Acerbi, Bastoni; Dumfries (De Vrij, min 108), Barella, Calhanoglu (Zielinski, min 79), Mkhitaryan (Frattesi, min 79), Dimarco (Augusto, min 55); Thuram y Lautaro (Taremi, min 71).
Barcelona: Szczesny; Eric García (Fort, min 98); Cubarsí (Gavi, min 105), Iñigo Martínez (Araujo, min 76), Gerard Martín; De Jong, Pedri (Pau Víctor, min 105); Lamine Yamal, Dani Olmo (Fermín López, min 83), Raphinha; Ferran Torres (Lewandowski, min 91).
Goles: 1-0, min 20: Lautaro; 2-0, min 45: Calhanoglu; 2-1, min 53: Eric García; 2-2, min 59: Olmo; 2-3, min 86: Raphinha; 3-3, min 92: Acerbi; 4-3, min 99: Frattesi.
Árbitro: S. Marciniak (Polonia). Mostró amarilla a Calhanoglu, Mkhitaryan, Acerbi, Augusto y Bastoni por parte del Inter, y a Iñigo Martínez y Pau Víctor por parte del Barcelona.