Támara Echegoyen: «Te das cuenta de la importancia de un plan b al no ir al agua en 3 meses»

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA

DEPORTES

MONICA IRAGO

Evoca el confinamiento y entrena en Lanzarote con parte de la flota que irá a Tokio

13 feb 2021 . Actualizado a las 22:36 h.

Hace justo un año Támara Echegoyen (Ourense, 1984) estaba en la recta final de preparación para los Juegos de Tokio y acababa de proclamarse campeona del mundo de 49er. Apenas un mes después la pandemia frenó su carrera olímpica y la obligó a estar tres meses y medio sin ir al mar. Tras el shock inicial de ver como se suspendían los Juegos, la regatista gallega se tomó el año como una oportunidad para probar y perfeccionar conceptos sobre el barco para los que nunca hay tiempo. Y descubrió la importancia de tener un plan b cuando no se puede salir al mar.

-Un mes antes de que se decretase el estado de alarma, acababa de ganar el Mundial, ¿dónde está Támara Echegoyen un año después?

-En Lanzarote, en España estos dos meses son fríos y siempre buscamos algo más cálido que nos permita estar más horas en el agua. Si no hay otra opción entrenamos en el Norte, que no pasa nada, pero ahora necesitábamos unas condiciones similares a las que podemos encontrarnos en Hiroshima y a nivel de temperatura y conducciones en el agua, Lanzarote es perfecto para entrenar. Es la primera vez que Paula [Barceló] y yo estamos en Lanzarote, pero toda la flota internacional se ha movido aquí para entrenar. Además, es bueno que cada cierto tiempo podamos chequear nuestros progresos con las mejores de nuestra clase.

-Está en una especie de vuelta a esa recta final de cara a los Juegos, ¿en qué punto están?

-Todos los deportistas tuvimos un momento de shock cuando se suspendieron los Juegos porque estábamos en la recta final con todo planificado para llegar al máximo nivel. Tuvimos que reorganizarnos y lo que era una recta final hacia Tokio se convirtió en una pretemporada. Paula [Barceló] y yo cambiamos el chip y empezamos a trabajar porque somos un equipo joven, que llevamos solo año y medio juntas. Fue una campaña dura, con lesiones, que nos fortaleció como equipo, pero ahora estamos otra vez en la recta final de los Juegos con la suerte de haber ganado un año de preparación juntas.

-Por tanto, ¿se puede decir que este aplazamiento ha sido favorable en su preparación?

-La realidad es que íbamos a llegar preparadas a los Juegos en el 2020, pero el tiempo es necesario y lo hemos aprovechado. Con las circunstancia que tuvimos estos meses y siendo conscientes de que la prioridad es la salud, pudimos estar en el agua suficientes horas para seguir mejorando. A veces en la recta final no tienes tiempo para consolidar el nivel o cambiar algo que crees que te va a funcionar porque no hay tiempo de probarlo y valorarlo. Este año nos dio vía libre para hacerlo y ahora somos un equipo más maduro que hemos mejorado en muchos aspectos.

-¿Cuánto tiempo ha estado sin entrenar en el agua?

-Jamás he estado tanto tiempo fuera del agua, lo máximo que estuve alejada es después de una lesión, cuando tienes puntos o una escayola, y aún así nunca fue más de cuatro semanas. Esta vez estuve tres meses y medio, y encima la tenía al alcance y no lo podía tocar. Ante estas situaciones nos damos cuenta lo importante que es el plan b, durante el confinamiento hemos seguido trabajando desde casa a un gran nivel gracias a las reuniones con nuestros entrenadores, que nos han permitido volver al agua casi sin notar el parón.

-¿Por qué aplazar los Juegos fue una liberación para usted?

-El futuro de los deportistas olímpicos viene marcado por lo que hagamos en las Olimpiadas y por un lado nuestra solidaridad nos pedía mantenernos en casa para contener la pandemia y por otro, teníamos que dar nuestro mejor resultado porque nos lo jugábamos todo. Debían dar una solución, no te puedes quedar en casa y pedirte que seas el mejor.

-A la vuelta de la Volvo, reconocía que la prueba le había dado nuevas habilidades, ¿las mantiene?

-Sí, la primera fue pasar el confinamiento más tranquila que muchos de mis compañeros porque ya venía acostumbrada a estar confinada y supe gestionar la ansiedad y ayudé dando consejos a mis compañeros del Mapfre. La Volvo te lleva a límites que nunca te pones.

-¿Es la misma Támara que en febrero del 2020?

-Yo siempre evoluciono, tengo la capacidad de aprendizaje de todas las circunstancias y no todas son positivas. Mi reto es ser cada día mi mejor versión. Somos conscientes de que la clase 49er está muy igualada y hay muchos países con muchas opciones. Será un trabajo duro y mi foco es entrenar para tener las máximas opciones.