-¿Qué teclas tocó, más de mentalidad, más técnicas?
-Desde pequeñita Ana era muy técnica, por eso saltó 14,17 con 16 años. Mal no saltaba. Pero si tú estás muy bien, pero tu mente se va y otras cosas te entretienen, no haces nada. Siempre se lo digo a mis atletas, que pasa como con los ríos, que algunos muy grandes van dejando su agua a pequeños ríos en desembocaduras. Nuestro camino tiene que ser recto, porque cada desvío que tengas, el rendimiento... Vas perdiendo caudal, hasta que entras luego en el mismo camino. Y los desvíos son las distracciones, los problemas personales, la indisciplina, que eso conmigo no funciona. Mi clave es enseñarle a todos que el camino del saltador es corto, y aquí no pasa como en los deportes colectivos, en los que el equipo depende de muchos y si un día tienes fiebre quizá el equipo gana; aquí te sientes mal y lo pierdes todo. Esa fue la clave que yo utilicé con Ana y ha respondido bien, ha empezado a ganar títulos. Se lo dije, «tienes que creer en ti, cuantos más títulos tengas, cuanto mejor saltes, todo irá mejor: vas a estar más tranquila, vas a estar mejor monetariamente, y eso va a hacer que entrenes mejor, a nivel personal todo el mundo te va a reconocer y te van a invitar aquí». Como le dije el año pasado: «Nunca habías pensado que irías al Hormiguero, a La Resistencia o al programa de Galicia [Land Rover], o invitada a los premios [la gala Los40 Music Awards]. Eso no ha sido porque tú eres simpática o porque hablas, eso ha sido por tus resultados». Los resultados son el árbol, y todos esos actos son la fruta de tanto sacrificio, porque nosotros nos perdemos muchas cosas y ganamos otras. Pero todo viene de lo mismo: entrenas bien, compites bien, logras medalla, ganas títulos, y luego viene todo asegurado. Y una persona como ella, tan carismática, que habla fácil... Nadie sabía cómo es, hasta que la han visto. La tenían por una chica rebelde y decían de todo. Pero yo estoy muy contento de haberla sacado de donde estaba, no solo por los títulos, sino por la persona.
-Ha sido un cambio grande.
-Eso para mí como entrenador... Es nuestro objetivo. Que salte, y que avance como persona.