Jonny Otto: «Supe que era internacional por un wasap»

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En seis meses ha sido padre, internacional y se despidió del Celta para irse a la liga inglesa vía Atlético

31 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Premier League no sabe de parón navideño. Y Jonathan Castro Otto (Vigo, 1994) tampoco lo echa en falta. Ha vuelto a jugar tras lesionarse el mes pasado durante el amistoso entre España y Bosnia. Todavía molesta, dice. Pero quiere que el ritmo no pare.

- Igual a España le vendría bien el «boxing day» visto cómo se cotiza ir al fútbol durante el curso.

- Aquí los campos se llenan siempre, da igual dónde juegues y a la hora que sea. Es impresionante, algo que en España no ves. En Navidad vienen más familias, pero no hace falta jugar en estas fechas para eso. Dan más facilidades, se vive de otra forma. El juego es más vertical, más físico, hay diferencias. Pero la mayor es el ambiente de fútbol.

- ¿Fue la Premier la que le buscó o Jonny el que apostó por ella?

- Era una experiencia que me apetecía vivir, pero fue el Atlético al firmar el traspaso el que me planteó la posibilidad y desde el primer momento les dije que sí. Al ser una cesión era todo más sencillo, porque si no me adaptaba siempre tenía la posibilidad de volver. Estoy muy contento con la decisión que tomé.

- Quién sabe si la posible marcha de Lucas Hernández al Bayern puede precipitar su regreso...

- No, ni me lo planteo. Es verdad que Lucas puede jugar en el lateral izquierdo, pero no lo estaba haciendo, y en el fondo ocupamos posiciones diferentes. Estoy centrado en disfrutar con los Wolves y hasta junio no vuelvo a ser jugador del Atlético. Ya veremos entonces qué es lo que pasa.

- Iago Aspas y Nolito habían jugado antes en la Premier sin lograr adaptarse del todo.

- En su momento les pregunté cómo había sido su experiencia. Al final, cada jugador es un mundo y cada situación es diferente. Cuando tomas una decisión así tienes que hacerlo con todas las consecuencias. Tengo un entrenador y varios compañeros portugueses y eso me facilitó mucho. No fue encontrarme con todo inglés de repente. Están también Raúl Jiménez y Adama Traoré, que me ayudaron con el idioma.

- ¿Qué estaba haciendo cuando la selección llamó a su puerta?

- Entrenando. Cuando llegué al vestuario tenía en el móvil no sé cuántas llamadas y mensajes de WhatsApp. La verdad es que ya no recuerdo cuál de todos fue el primer mensaje que abrí, pero sí que me enteré así, por un wasap. No me lo esperaba de ninguna manera y sentí una satisfacción enorme.

- Vaya manera la de Luis Enrique de condicionar su carrera deportiva, primero en Vigo y luego como seleccionador.

- ¡Y eso que al principio no contaba para él! Marcó mi trayectoria, me acabó poniendo en la izquierda y desde entonces llevo jugando siempre, salvo momentos muy puntuales, en ese puesto. Fíjate cómo son las cosas que al final me acaba llamando para la selección como lateral derecho. Hizo un cambio de generación, algo que en la selección es muy difícil porque había grandes jugadores. Ojalá que para mí no se quede ahí y pueda repetir.

- ¿Sigue pendiente del Celta?

- Claro. Veo todos los partidos que puedo, siempre estoy atento a lo que hacen. Con el cambio de entrenador se les nota más contentos, han recuperado el fútbol de los últimos años. Es un equipo que estaba acostumbrado al balón, a la posesión, y antes de llegar Cardoso parecían como abstraídos. Creo que Mohamed, por lo que mostraba el equipo en el campo, tenía una filosofía que no encajaba con la plantilla.

- ¿Siente que le faltó cariño allí?

- Siempre me sentí valorado por el club, por mis compañeros y también por la gente. Pero es cierto que al final, por lo que fuera, hubo un choque. Aprecio mucho al Celta y a la afición, solo puedo tener buenas palabras. Llegó un punto en el que las cosas se dieron así. Ellos están contentos, y yo también, y hay que mirar hacia adelante. Me hubiese gustado despedirme de otra forma, pasó todo muy rápido. La pretemporada aquí estaba avanzada y tenía que recuperar la forma. Pero siento que las puertas han quedado abiertas, tanto por parte del club como por la mía. Al final es el equipo de mi ciudad y siempre será mi casa.

- Hace seis meses jugaba en el Celta, no había sido padre y no podía imaginarse que sería internacional absoluto tan rápido.

- Es verdad que han sido meses bastante moviditos, todo muy seguido. Parte son decisiones de la vida, otras te vienen dadas. Siento que he crecido mucho en muy poco tiempo.

- ¿Es una persona diferente a la que se marchó de Vigo en julio?

- Salir a otro país te cambia y al ser padre te ves ya de otra manera, te hace madurar en muchas cosas. Me veo diferente y mi vida cambió, también es diferente. Pero al final, en la vida, por más cambios que haya, lo importante es ser una buena persona.

La conversación con Jonny se desarrolla para el futbolista en la estación de Wolverhampton. El equipo está a punto de tomar el tren a Londres para enfrentarse al Tottenham, al que acabaría venciendo por 1-3.

- Si el viaje lo hiciese en coche le pasaría como en el campo, tendría que reconvertirse y conducir por la izquierda.

- [Se ríe] Pensé que lo iba a llevar peor. Aún hay veces que me despisto y me voy al otro carril, pero cada vez menos.

- ¿Y el inglés?

- Me voy defendiendo. Seguramente en enero coja un profesor particular.

- ¿Escucha música durante los desplazamientos?

- Sí, siempre acompaña. Me gusta un poco de todo, mi cantante favorito es Melendi pero desde que nació el niño creo que lo que más escucho son los Cantajuegos.

- ¿Tardó en cambiar un pañal?

- El primero se lo cambié yo. Estaba en Galicia y por la mañana tenía que coger el avión para concentrarme con la selección. La noche antes mi mujer se puso de parto y fuimos directos al hospital.

- Decía un periodista deportivo que «los futbolistas no se pueden levantar por la noche para cuidar a sus hijos porque viven de su descanso».

- ¡Qué va! Nos vamos turnando, una noche ella y otra yo. Antes de los partidos nos concentramos y le toca a ella, así que cuando estoy en casa me levanto yo para que ella pueda descansar. Paso todo el tiempo que puedo con ellos y con mis perros, que también son mi familia. Tengo cuatro y traerlos desde Vigo fue toda una odisea. ¡Vaya lío de papeleo! Más de dos meses tardé para en arreglar todo para que pudieran venir.

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