Sin sentimentalismo

José C. Tuñas

DEPORTES

13 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Sería muy injusto que la última zancada de Usain Bolt en el final de su carrera no significara una nueva medalla de oro en un campeonato del mundo. Pero la pista, tan agradecida con él durante tantos años, no sabe de sentimentalismos y le tenía preparado un final amargo, terriblemente cruel con alguien a quien le debe tanto, en el momento de la rotura en su última recta creo que nos rompimos todos, pero el atletismo no se detiene, el tartán lo retiró antes de tiempo. Pero los americanos, esos que tantas veces sufrieron la humillación del jamaicano, no estaban dispuestos a ponerle una alfombra roja en su despedida, y sacaron toda su artillería. Bolt, para su último baile, tenía como compañeros de viaje a McLeod, Forte y Blake, pero todo se torció en esa última recta, esa última posta que vio cómo el equipo británico se hacía con el oro ante el delirio de su público, y también para ver cómo una vez más, y van diez años, sus íntimos enemigos, Estados Unidos, no lograban consumar su venganza. Cerraría el podio el equipo nipón, sin atletas por debajo de los 10.00 segundos e incluso el último relevista con una mejor marca de 10.24. Demostraron que los relevos son otra historia, hacen unas entregas perfectas haciendo que el testigo nunca pierda velocidad, la base de un relevo, son de los pocos que entregan por debajo.