Hamilton ya gana en 2017

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DEPORTES

JOHANNES EISELE | AFP

Vettel y Verstappen copan el protagonismo de la primera (y cómoda) victoria para Hamilton. Fernando Alonso abandonó en la vuelta 36

09 abr 2017 . Actualizado a las 21:33 h.

Ya lo apuntó la carrera de Australia, pero en China se ha confirmado: hay Mundial. Lewis Hamilton ha logrado su primera victoria del 2017, quinta en este circuito, en una carrera en la que fue el único que no cambió de posición: de principio a fin, de arriba abajo y dominó a placer, mientras por detrás se desataban un Sebastian Vettel y un Max Verstappen que demostraron que saben adelantar y con espectáculo.

La carrera comenzó con Carlos Sainz lanzando una moneda al aire. Todos habían montado neumáticos intermedios para arrancar, debido a que la pista estaba mojada por la lluvia de las últimas horas. Él lo hizo con neumáticos superblandos, de seco, porque consideraba que el asfalto estaba lo suficientemente bien como para jugársela. Muchas cejas levantadas, entre divertidos y temerosos, en los muros del resto de equipos, pero visto el resultado final, no le salió del todo mal la apuesta. El español acabó séptimo, primero del resto, con dicha apuesta y un clamoroso error que le hizo golpear un muro que por poco le deja tirado.

Quien sí acabó antes de tiempo fue Fernando Alonso. El piloto español mantiene su pleno de abandonos en este 2017, aunque el de China no fue por culpa del motor Honda, o no directamente. Rondaba la vuelta 36. Alonso estaba sexto, peleando por resistir a Sainz y justo después de verse adelantado como una exhalación por Valtteri Bottas, al que había aguantado más vueltas de las previstas. Incluso preguntó si el coche del finlandés tenía un problema, porque ni él mismo se creía que en las largas rectas del circuito chino no le hubiera alcanzado antes.

Pero nada más verse adelantado por Sainz, dijo adiós. Algo no iba bien en el coche, y esta vez no era el motor, sino que la rueda trasera izquierda no tenía tracción: se había partido un palier. El asturiano abandonaba el MCL32 en el lateral de la pista, y se iba andando a su box mientras saludaba a los fans que le aplaudían por su entereza en los momentos más complicados de su carrera deportiva.

Verstappen desencadenado

Cuando Max Verstappen clasificó tan atrás el sábado, hubo sonrisas entre todos los aficionados de la Fórmula 1: sabían que iba a ver un espectáculo grandioso el domingo. Y las expectativas no fallaron. El holandés tardó 3 vueltas en pasar de la decimosexta posición de parrilla a la séptima, y de ahí hacia arriba. Los dos coches de seguridad (el virtual y el real) provocados por sendos accidentes de Lance Stroll y Antonio Giovinazzi calmaron sus ansias al inicio de la prueba, pero no saciaron su apetito de podio.

Se las tuvo de todos los colores con quien se plantó por delante. Su propio compañero Daniel Ricciardo fue una de sus víctimas, aunque el australiano no se prestó a demasiada batalla a sabiendas de cómo se las gasta el holandés. Más tuvo que bregar con un Sebastian Vettel que, en esta carrera, demostró que sabe adelantar y muy bien. El holandés acabó tercero, sufriendo con Ricciardo a la espalda, y con el alemán de Ferrari justo por delante.

Vettel protagonizó varios movimientos que dejan bien claro que está muy cómodo con este Ferrari, y que va a plantar cara. Para el recuerdo, especialmente, el adelantamiento que le hizo a Daniel Ricciardo, rueda sobre rueda, que fue clave no sólo para llegar a una segunda posición final que le permite coliderar el Mundial junto a Hamilton, sino apretar las tuercas a quien le consideraban desesperado después de un 2016 muy decepcionante para él.

Hamilton, en el podio, dedicó más palabras a hablar de sus compañeros en el cajón que a su propia carrera. Es consciente de que en esta prueba apenas tuvo que sudar, pese a rodar buena parte de la carrera sin el apoyo detrás de su escudero Valtteri Bottas (cuyo gris sexto puesto daría para un análisis extenso). La actuación de Vettel y Verstappen en esta carrera será recordada como una de las mejores de la temporada. pero no hay tiempo que regodearse. La Semana Santa de la F1 comenzó en Domingo de Ramos, y acabará en el de Resurrección en Baréin.