Cuando la montaña es oval

Pablo Gómez Cundíns
Pablo Gómez A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

El jugador, técnico y directivo del CRAT escalará varios cuatromiles para impulsar la práctica del rugbi y el alpinismo

03 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Cuando a una madre le hablan de que su hijo va a practicar rugbi cree que se le va a romper el niño en mil pedazos; y si se trata de alpinismo, piensa que se lo van a comer los demonios de la montaña. Este proyecto nace contra ese estereotipo».

Son palabras de Evaristo Martínez (A Coruña, 1967), jugador de rugbi desde hace tres décadas y entrenador del filial del CRAT, club del que además es directivo; pero también montañero en los últimos quince años. Este flanker, leyenda viva del balón oval en Galicia, es el alma máter de una iniciativa que pretende impulsar la práctica de los deportes que más ama.

Para ello, afronta el reto inminente de subir a cuatro cumbres no menos mitológicas: el Toubkal (con sus 4.167 metros en la cordillera del Atlas, cima más alta del norte de África) y tres grandes de los Alpes (Mont Blanc, la montaña más alta de la Europa occidental con 4.810 metros; el Eiger, de 3.970 metros; y el Cervino 4.478 metros).

Lo hará armado con su piolet y con la compañía de la bandera del CRAT y un balón de rugbi. Salvo que el ex centro del equipo coruñés Jorge Romón y el que fue tercera línea del CDU Santiago Luis Aspiazu le sigan en esta aventura.

«Romón empezó a entrenarse al rugbi conmigo y luego me inició en la montaña. En cierto modo, se cierra un ciclo. Pero también me encuentro en un estado de forma y un momento de mi vida idóneo para transmitir mediante la escalada que rugbi y montañismo son deportes con valores en común: superación, altruismo y solidaridad», explica Evaristo Martínez.

«Quiero que los niños se animen con ambas disciplinas sin temor. Que aunque parezcan entornos hostiles, no lo son para nada. Hay que adentrarse en ellos con respeto y preparación, para poder disfrutar de su práctica como cualquier otro deporte y aprender de sus valores únicos», añade. Por ello, cualquier excedente presupuestario resultante tras afrontar las cuatro cumbres será destinado a las categorías de base del CRAT.

«Llevo años pensando en dar el salto a los Alpes y qué mejor que dedicárselo a los niños del rugbi. No se trata de ganar nada. La cima es la guinda del pastel, pero si no la alcanzas hay que saber disfrutar de la porción de tarta que ya has disfrutado», concluye.

evaristo martínez barallobre rugbier y montañero