Venganza ultracongelada

M. FERREIRO A CORUÑA

DEPORTES

SELECCIÓN España suele vengarse de los grandes, pero con balas de fogueo. Traducción: en partidos amistosos. No sirve en frío la venganza, sino que la ultracongela. Así venció a Italia y empató con Brasil. El problema de los productos que no son frescos, es que pierden sabor.

29 mar 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

La selección finalizó con 20 años de sequía con un orballo de diez minutos de gran juego. Una fase efímera, pero estéticamente brillante durante la que la defensa de Roger Lemerre aprendía un poco de geometría a base de triangulaciones, sobre todo por parte de los jugadores madridistas. Mendieta y Raúl incluso derrocharon rabia con Dugarry y Vieira. Pero al final, al encuentro se le vio el plumero. Se fueron Zidane, Helguera... aparecieron Pires y Trezeguet, debutó Vicente y en Valencia incluso casi se pidió la hora para echarle cerrojazo al triunfo. Pero el resultado merece celebración, porque una terrible sospecha se asomaba al inconsciente y al consciente de la afición. Tras la derrota ante Inglaterra, ya se extendía el rumor de que España no vencía a los ilustres ni en los encuentros de risa. Se impone el carpe diem y el canto a la fría estadística. Francia cayó ante Rusia en el encuentro correspondiente a la fase de clasificación de la pasada Eurocopa. Hay que remontarse a junio de 1999. En la competición continental, el combinado galo sacrificó el resultado ante Holanda. Con sus suplentes, claro. Posiblemente la selección de José Antonio Camacho haya ascendido varios puntos en la clasificación de la Fifa. Posiblemente gane enteros en su candidatura para el grupo de favoritos de cara al próximo Mundial. Pero las cifras no logran borrar la cicatriz de la eliminación en Brujas. Cuando sí reinó Zidane y los de Camacho no desmerecieron ante el campeón mundial. Algún locutor de radio mostró su satisfacción por el triunfo, pero dejó escapar un «bueno, ahora sólo nos queda ganarles en un encuentro oficial». España necesita vencer a Francia, pero sin anestesia, cuando duele.