Una joya perdida del Barroco español

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CULTURA

Miguélez, cantando durante una actuación del ciclo «As novas voces galegas»
Miguélez, cantando durante una actuación del ciclo «As novas voces galegas» amigos de la ópera

El director y contratenor gallego Alberto Miguélez Rouco propicia desde Basilea el redescubrimiento de «Vendado es Amor, no es ciego», del compositor José de Nebra

01 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El caso de José de Nebra es paradigmático del desprecio que España ha dedicado siempre a sus músicos, como todavía se sigue viendo en estos tiempos de coronavirus. Considerado uno de los principales compositores europeos de la primera mitad del siglo XVIII (sí, sí, poco antes de que Mozart asombrara al mundo), aquí es aún un gran desconocido, sus obras escasamente programadas. «Si Nebra hubiese sido francés o alemán, no me cabe duda de que hoy sería reconocido en el mundo entero y sus obras se interpretarían regularmente. Pero no solo pasa con él, lo mismo podría decirse de Corselli, Torres, Literes, Iribarren y otros de los compositores de la época».

Así lo entiende Alberto Miguélez Rouco (A Coruña, 1994), el joven contratenor y director gallego que ahora acaba de propiciar la grabación de una de las obras mayores del compositor bilbilitano, Vendado es Amor, no es ciego, con texto de José de Cañizares, estrenada en 1744 y que desde entonces reposaba en plácido, pero inmerecido, sueño hasta hace un par de años. «Un día por casualidad descubrí una de las arias de esta zarzuela, y me gustó tanto que decidí cantarla. Me quedé muy sorprendido por la calidad de la música y de la gran acogida del público, así que se me ocurrió reunir a unos amigos e interpretar la zarzuela entera en la Schola Cantorum Basiliensis, en mayo del 2018», explica Miguélez Rouco.

El director estuvo ocho años formándose en Basilea, cuna de algunos de los mayores talentos de la música barroca europea, como René Jacobs, después de haber dado sus primeros pasos en el Coro Cantábile que dirige su amigo y mentor, Pablo Carballido, con el que participó en varias de las temporadas organizadas por los Amigos de la Ópera coruñeses. «En la Schola te encuentras una mezcla de idiomas, de culturas y de puntos de vista musicales que te permiten ampliar enormemente tu visión como artista y como persona», afirma.

Producto de esa amplitud de miras, y tras el reconocimiento de la grandeza de Nebra, Miguélez Rouco decidió tomar cartas en el asunto y grabar él mismo la perla perdida del autor de otras obras maestras del Barroco ibérico como Venus y Adonis y Amor aumenta el valor. Primero reunió a varios de sus amigos con los que formó el grupo Los Elementos, luego propició su estreno en Suiza ante miembros de la embajada española y finalmente logró que la Schola Basiliensis incluyera la grabación en la colección de cedés que está publicando uno de los sellos de referencia en el mundo de la música antigua, Glossa.

El registro de Vendado es Amor, no es ciego, en una edición muy cuidada, verá la luz estos días con un elenco de lujo formado por algunos de los cantantes barrocos más interesantes de hoy, como las sopranos Alicia Amo, Eva María Soler Boix y Giulia Semenzato. La idea de Alberto Miguélez es que el estreno en España de esta obra pudiera hacerse en A Coruña, su ciudad, a la vuelta del verano, pero la incertidumbre de la desescalada cultural en Galicia, mientras se anuncian las inminentes celebraciones del Festival de Salzburgo, el Festival Rossini de Pésaro, el Festival de Música de Granada, la Quincena Donostiarra o el regreso de la Temporada de Ópera de Oviedo en septiembre, tiñe con más sombras que luces su viabilidad. «Si las condiciones mejoran y el Ayuntamiento mantiene el apoyo que nos expresó es posible que pueda llevarse a cabo como parte de la Programación Lírica de este año, veremos», asegura. «Si vuelve el fútbol, estoy seguro que la cultura tendrá que regresar también muy pronto, por supuesto con todas las medidas de seguridad para que la gente mantenga su confianza en los teatros», afirma el director. Los de A Coruña, como el Colón, parece que llevan semanas trabajando ya en la desinfección de sus instalaciones de cara a un regreso que, de hecho, ya podría verificarse en esta fase 2, aunque nadie por ahora ha decidido dar el primer paso. En Alemania la Ópera de Baviera, en Munich, regresa la semana próxima con varios conciertos, algo que en Wiessbaden ya se ha vivido estos días. «Sería un sueño traer a mi propia ciudad esta maravillosa obra del barroco español».

 Los artistas protestan ante la desescalada

Las particulares condiciones de la desescalada han provocado un aluvión de críticas entre uno de los colectivos más perjudicados por las restricciones de la pandemia, el artístico. Si el otro día era Antonio Banderas quien se mostraba entre perplejo e indignado por la posibilidad de que volvieran los partidos de fútbol y no se dijera nada sobre los actores, estos días han sido varios conocidos cantantes de ópera los que se han manifestado en contra de algunas de las medidas adoptadas por ahora. La soprano búlgara Sonia Yoncheva, estrella del Metropolitan de Nueva York, llegó a decir a través de sus redes sociales que ella se pondría a cantar entre el pasaje la próxima vez que se subiera a un avión. «¿Por qué los aviones pueden ir llenos y los teatros permanecen cerrados?», afirmó. Un poco más lejos ha ido la soprano Anna Netrebko, conocida en todo el mundo como una de las máximas referencias actuales de la lírica, que calificó de «estúpidas» las medidas que estos días empiezan a adoptar algunos teatros, como la separación entre espectadores para observar la «distancia social». Opera XXI, la entidad que reúne a los teatros y festivales de ópera españoles, ha coordinado estos días una ponencia sobre medidas de seguridad para el regreso de los teatros en la que se pone el énfasis en la idea de estos espacios como lugares seguros, una vez que la pandemia ha atenuado sus efectos, observando todas las medidas de seguridad, pero permitiendo la gradual ampliación de los aforos hasta la «nueva normalidad».