Carlos Gil: «Algún día se tiene que acabar»

Iván Antelo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Medita si ha llegado la hora de salir del club de sus amores pero asegura que «eso no es lo importante»

22 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Carlos Gil Seijo (Buenos Aires, 1951) cumplió hace unos meses cuarenta años desde su aterrizaje en A Coruña. Como entrenador lo ha ganado todo y ahora, que se encuentra de vacaciones tras «una buena temporada», medita si seguir un año más o bien dar por finalizada su etapa en el Liceo. Y lo hace con humildad, en silencio, sin alardes, con el orgullo de haber creado una buena base para el futuro del equipo. Queriendo sacar el foco de su foto porque dice que «eso no es lo importante».

-Ya de vacaciones, ¿con qué sensaciones se queda de la temporada finalizada?

-Con muy buenas. Sobre todo viendo las bajas que habíamos tenido y cuál ha sido el resultado final. Hemos conseguido un título importante como la Supercopa de España, que el club no tenía, y después hemos estado peleando hasta el final por todas las competiciones. Eso, sumado al último partido ganado contra el Barcelona, nos ha dejado un muy buen sabor de boca.

-¿Se podía pedir más?

-Lo importante es intentar que el equipo esté compitiendo en las últimas instancias. Nos fuimos de las semifinales de la Copa del Rey en penaltis y con opciones en la prórroga de marcar el gol de oro. Estar ahí significa que igual un año no se te da, pero al siguiente sí. Lo importante es estar en las competiciones con opciones de ganar porque eso es lo que te va a permitir ganar algún título.

-¿Están puestas las bases para que haya buen equipo las próximas temporadas?

-Sí, eso es indudable. El equipo es sólido y está compuesto por gente joven que está evolucionando. Jugadores como Carballeira, como Dava Torres o como Carlo Di Benedetto, apoyados en los más veteranos, tienen que dar ese tono de continuidad que se necesita para competir a todos los niveles. Y en ese sentido el Liceo lo tiene asegurado.

-¿Con Carlos Gil?

-Eso no es relevante. Yo siempre voy a estar cerca del equipo para cuando me necesite. Lo importante es que haya proyecto, como lo hay, y que se siga adelante con la idea de seguir compitiendo a primer nivel, Lo demás no tiene relevancia porque si no es hoy o el año que viene, esto algún día se tiene que acabar.

-¿Está la decisión tomada?

-No, no está decidido. Cada año nos planteamos qué posibilidades hay, qué es lo que hay que hacer, si ha llegado el momento de dar un paso al lado... Eso siempre lo miramos con mucha tranquilidad y nunca va a ser ningún problema.

-¿Pero hablaron con usted para renovarle?

-Vuelvo a repetir. No hay ninguna cuestión de renovación o no. Cada año estoy en disposición de seguir o no seguir y eso se hablará con tranquilidad y no tendrá ninguna relevancia más que si no estoy yo el club contará con la posibilidad de contratar técnicos de primera categoría porque hay muchos que querrán venir a entrenar al Liceo. Así que no hay mayor problema.

-Y en cuanto a la plantilla, ¿habrá muchos cambios?

-Estamos detrás de una posibilidad, que es complicada, de que pueda volver Eduard Lamas. Digo que es complicado porque sale del Barcelona y muchos equipos querrán contar con su concurso. Pero siempre está la posibilidad de que quiera retornar a casa y sería un fichaje de relumbrón de poder conseguirlo. Luego, Henrique Magalhães no continúa, estuvo un año cedido y regresa a su club, el Sporting de Portugal; tampoco sigue Toni Pérez, que ha fichado por ese mismo equipo lisboeta; y Álvaro Shehda que se va a jugar a Madrid. Pero bueno, seguro que el Liceo incorporará jugadores que los suplan y seguirá contando con una gran plantilla.

-Cada vez más jugadores importantes se van a Portugal...

-Sí. La incidencia que tiene el poderío económico de los equipos de fútbol en el Porto, Sporting y Benfica, y algunos otros que siempre han invertido mucho, como el Oliveirense o el Barcelos, hace que los jugadores españoles sean atractivos para ese mercado. Antes era Italia, ahora Portugal, y a otro nivel también hay muchos que se van a Francia o Austria.