Damnificados
Con su experiencia acumulada en la avispa velutina, asegura que todo esfuerzo es poco para frenar una plaga que ya ha desplazado a algunos ejemplares de la fauna local. «Hay pájaros que han visto reducida su población, estas avispas atacan a las crías de algunas aves, como los gorriones, tenemos fotos y vídeos espeluznantes», señala Andrade, para quien las máximas damnificadas de esta avispa que llegó a Europa a través de cargueros procedentes de China son las abejas autóctonas. Así narra Lolo Andrade el modus operandi de las avispas asiáticas: «Marcan con una feromona la colmena de abejas y allí aparecen muchísimas avispas que acaban matando a las usuarias del habitáculo, les cortan la cabeza y el abdomen y se llevan el tórax que muelen para alimentar a las larvas. Luego estas generan una bola de proteína que ingieren las propias avispas adultas... en Japón ya se comercializa esta jalea, incluso en algunos lugares en España».
La meteorología, aliada
Esta plaga también ha encontrado un gran aliado en los últimos inviernos suaves en Galicia, donde muchos nidos han sobrevivido por no toparse con temperaturas muy frías. «Con las antenas miden la presión barométrica y ya evitan situarse en puntos por encima de los 1.000 o 1.100 metros», explica Andrade. Por eso en nuestra comunidad es el arco litoral y no las provincias del interior donde más abundan. Este técnico no es optimista sobre el futuro control de las avispas. «Si todos los ayuntamientos recurriesen a trampas profesionales se podría reducir mucho la incidencia de la velutina, como han conseguido en la Bretaña francesa», apunta.