Los problemas de la limpieza se recrudecen

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA

A CORUÑA

En enero, la recogida de residuos quedó parada una semana porque los operarios se negaron a utilizar maquinaria que consideran insegura. Esos problemas han continuado de manera intermitente hasta hoy. En la imagen, contenedores sin recoger en Linares Rivas, el 19 de febrero.
En enero, la recogida de residuos quedó parada una semana porque los operarios se negaron a utilizar maquinaria que consideran insegura. Esos problemas han continuado de manera intermitente hasta hoy. En la imagen, contenedores sin recoger en Linares Rivas, el 19 de febrero. ANGEL MANSO

La plantilla exige cambios en los pliegos de cuidado viario, el concurso de la recogida de basura será recurrido y sigue sin fecha la renovación de maquinaria. La huelga en Nostián se mantiene

07 abr 2019 . Actualizado a las 23:19 h.

No habrá una solución rápida a los problemas de limpieza de la ciudad que los vecinos denuncian con frecuencia. Los conflictos abiertos en el enorme sistema de recogida y tratamiento de residuos de A Coruña serán la gran herencia para el próximo mandato. Esos servicios cuentan con más de 480 trabajadores directos, y el Ayuntamiento destinó el año pasado más de 29 millones de euros a los mismos. Pese a su importancia, llegan a los últimos meses del mandato sin contratos reguladores, pagados a través de facturas que deben ser legalizadas, con maquinaria obsoleta y, en el caso de la planta de tratamiento de Nostián, con un conflicto laboral abierto.

Recogida de basuras

Camino de los tribunales. La recogida de basuras cuenta con 188 trabajadores, a los que hay que sumar otros 20 del servicio de mantenimiento de contenedores. El Ayuntamiento no ha publicado aún la liquidación del 2018, por lo que no es posible saber qué cantidad exacta destinó a todos los servicios. Pero, de acuerdo al presupuesto, sí se sabe cuánto tenía previsto gastar: 2.265.411 para la contenerización y 11.119.687 euros en la recogida.

Esas cantidades tuvieron que pagarse a la gestora del servicio, la empresa Cespa, mediante facturas irregulares que fueron legalizadas por el alcalde y, en alguna ocasión, por el pleno. Así ha sido desde enero del 2017, cuando finalizó el contrato anterior sin que el gobierno local iniciase los trámites para su renovación.

Es difícil aventurar cuándo entrará en vigor el nuevo contrato, que prevé aumentar el gasto anual en recogida y contenerización hasta los 15 millones. En el concurso se impuso la oferta de FCC por poco más de medio punto sobre su inmediata perseguidora, Copasa. Esa firma confirmó que recurrirá, ya que la parcela ofertada por FCC para sus instalaciones fue considerada inviable por los técnicos de Planeamiento y de Medio Ambiente del Ayuntamiento. Pese a ello, la mesa de contratación presidida por la edila Eugenia Vieito permitió su participación, ya que entendió que esa circunstancia no era una causa de exclusión y prefirió «favorecer la concurrencia».

No se puede descartar que otras compañías, como la propia Cespa, impugnen el resultado. En todo caso, los recursos alargarán un proceso que el gobierno local inició con un importante retraso. Las consecuencias se han dejado notar en la calle. El comité de empresa afirma que parte de la maquinaria debía estar retirada desde hace dos años. Su antigüedad, insisten, ha provocado problemas de seguridad y, de mantenerse esta situación, dificultará la prestación del servicio.

Limpieza viaria

Quejas de la plantilla. El servicio de limpieza viaria cuenta con 268 trabajadores. En los presupuestos del 2018 se preveía que absorbiese 11.002.000 euros. Como en el caso de la recogida de residuos, la limpieza también depende de Cespa, a la que se pagar mediante el sistema irregular de presentación de facturas desde el pasado verano, ya que el gobierno local tampoco inició a tiempo la renovación del contrato.

La adjudicación del nuevo servicio, cuyo coste se incrementará hasta casi 15 millones de euros, también está sin fecha y aún no se ha llegado a la fase de valoración de ofertas. Es más, la viabilidad de los pliegos ha sido puesta en duda por los sindicatos. El jueves, la CIG denunció que con los recursos humanos y materiales previstos «non se pode garantir a limpeza viaria». La central denunció que el pliego prevé menos operarios que en el 2010, o que las rutas de barrido mecánico pasen de trece a tres. También advierte de la decadencia del servicio, que en 1999 contaba con 102 barrenderos mientras que «hoxe en día só saen 68».

Ayer fue el sindicato mayoritario, STL, el que advirtió que los pliegos se redactaron con los costes laborales del 2018 y no del 2019, lo que supone una diferencia anual de más de 300.000 euros. El sindicato detectó el martes la existencia de ese y otros «errores» que podrían perjudicar a los trabajadores. Los responsables municipales les recibieron el jueves y una vez más el viernes. Según explicaron desde STL, el gobierno local admitió la existencia de esos errores, que se subsanarán mediante una aclaración vinculante a los pliegos que se publicará mañana a media mañana. En caso de que no se haga así, el sindicato advirtió que presentará un recurso de impugnación a los pliegos. De ser admitido, obligaría a reiniciar todo el proceso de adjudicación.

La planta de Nostián

Huelga convocada. En los presupuestos del 2018 se preveían destinar 6,7 millones a la gestión de residuos, que hace la empresa Albada en la planta de Nostián. El contrato regulador de esa instalación, en la que trabajan un centenar de empleados, es el único que está vigente, pero terminará el 31 de diciembre de este año.

Es el único servicio con un conflicto laboral abierto. La plantilla ha convocado una huelga indefinida desde el 21 de abril para reclamar a la empresa que negocie el nuevo convenio y al Ayuntamiento que medie en ese proceso. Los operarios temen que si no hay convenio vigente cuando se renueve el contrato, queden sujetos al sectorial, con el que perderían parte de sus derechos.