El motor del Muncyt

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El Museo Nacional de Ciencia y Tecnología exhibirá una turbina de un Boeing 747

16 ene 2011 . Actualizado a las 07:00 h.

El Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (Muncyt) ya calienta motores y está a la espera de poder empezar a despegar. Y nunca mejor dicho, porque después de la llegada de la cabina del Boeing 747 Lope de Vega, la institución acaba de hacerse con una de las cuatro turbinas con las que este avión funcionaba. La pieza se encontraba en el aeropuerto de Barajas, junto a lo que quedaba de la aeronave, hasta que Iberia decidió donarla a la entidad coruñesa, a donde se trasladó a finales del año pasado.

Debido a las grandes dimensiones del motor, que pesa más de 6.000 kilos, tuvo que desmontarse y trasladarse por partes, proceso que se repitió de nuevo cuando aterrizó en la sede del Muncyt para ser colgado del techo. La cesión de esta pieza es muy importante para este museo, no solo desde el punto de vista tecnológico, sino también desde el económico, puesto que su precio en el mercado de segunda mano de piezas de aviones puede alcanzar los diez millones de euros, según se apunta en algunos foros de Internet. Para Ramón Núñez Centella, director del Muncyt, esta turbina va a ser una de las grandes estrellas de la institución, ya que en todo el mundo no existe ningún museo que exhiba una pieza de estas dimensiones. Además, han decidido quitarle el carenado exterior, para que los visitantes puedan contemplar cómo está construido este motor, que por sí solo podía mover 100.000 de los 400.000 kilos que pesaba la aeronave cargada al máximo con los cerca de 200.000 litros de combustible, a los que se sumaban los más de 415 pasajeros con sus respectivas maletas y demás materiales que se trasladaban en las bodegas. Precisamente, en la parte baja de la aeronave fue donde viajó el 10 de septiembre de 1981 el

Para Ramón Núñez Centella, director del Muncyt, esta turbina va a ser una de las grandes estrellas de la institución, ya que en todo el mundo no existe ningún museo que exhiba una pieza de estas dimensiones. Además, han decidido quitarle el carenado exterior, para que los visitantes puedan contemplar cómo está construido este motor, que por sí solo podía mover 100.000 de los 400.000 kilos que pesaba la aeronave cargada al máximo con los cerca de 200.000 litros de combustible, a los que se sumaban los más de 415 pasajeros con sus respectivas maletas y demás materiales que se trasladaban en las bodegas. Precisamente, en la parte baja de la aeronave fue donde viajó el 10 de septiembre de 1981 el

Precisamente, en la parte baja de la aeronave fue donde viajó el 10 de septiembre de 1981 el Guernica de Pablo Picasso, que hizo el trayecto entre Nueva York y Madrid. Por aquel entonces, el Boeing 747 Lope de Vega estaba prácticamente de estreno, ya que su primer vuelo tuvo lugar el 12 de marzo de ese mismo año, y no dejó de surcar los aires hasta el 23 de octubre del 2003. Se calcula que en sus 22 años de vida este Jumbo pudo recorrer ?a una velocidad de crucero de 913 kilómetros por hora y máxima de casi 1.000? alrededor de 72 millones de kilómetros, lo que supone la mitad de la distancia que separa el Sol de la Tierra, o dar 1.800 vueltas al planeta. Durante todo este tiempo, el

Se calcula que en sus 22 años de vida este Jumbo pudo recorrer ?a una velocidad de crucero de 913 kilómetros por hora y máxima de casi 1.000? alrededor de 72 millones de kilómetros, lo que supone la mitad de la distancia que separa el Sol de la Tierra, o dar 1.800 vueltas al planeta. Durante todo este tiempo, el

Durante todo este tiempo, el Lope de Vega perteneció a Iberia, a excepción de unos meses ?entre enero y octubre del 2001?, que fue cedido a la compañía Air Atlanta. Luego, volvería a manos de la aerolínea española hasta el fin de su actividad, cuando volaba con la matrícula EC-IAF, que mantuvo hasta el aterrizaje de varias de sus piezas en la nueva sede del Muncyt de A Coruña.

La revista del último viaje

Toda esta historia se podrá ver en el museo. Ramón Núñez explicó que en la zona del pasaje se aprovechará la pantalla de que dispone el avión para proyectar vídeos sobre el Lope de Vega y los Boeing 747, «que fueron un auténtico hito en la historia de la aviación comercial». En esta reproducción del Jumbo no faltará ni un detalle, y hasta se contará con la revista que se repartió en el último viaje.