El aumento de los precios y la falta de mano de obra ralentiza las reformas en la Costa da Morte

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Ana Garcia

La subida del acero y la madera eleva los costes de edificación hasta un 35 %

05 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Aparejadores, contratistas y agentes inmobiliarios coinciden en que nunca habían visto nada parecido. «Dun mes para outro cambia o presuposto», explica un arquitecto carballés y ese aumento puede ir de un 10 % a un 35 %, o incluso más, dependiendo de los materiales que se empleen.

En el caso de las viviendas unifamiliares, no hay constancia de que haya habido paralizaciones de obra por no poder asumir los costes, pero lo que sí se está dando, con bastante frecuencia, es que personas que pretendían realizar una reforma han decidido posponer sus planes. Cuanto más ajustados son los números, más posibilidades hay de que el trabajo termine por no realizarse. Vicente Cures, de Anivela2, explica que en el arreglo de una vivienda valorado en unos 30.000 euros «pode haber un desaxuste de 6.000 e nun proxecto de 400.000 pode andar polos 40.000».

Todo depende de los materiales que se utilicen. Los que más han incrementado su precio han sido la madera y el acero. El arquitecto Fernando Añón comentó que a mediados de año el mobiliario subió un 10 %.

Vicente Cures, que lleva varias obras en la zona, señaló que lo que se vive ahora es algo insólito. «Sempre a principios de ano había algunha pequena suba. O formigón ao mellor pasaba de 60 euros a 60,30, pero agora estamos a falar de que a suba do aceiro pode andar mesmo polo 40 % e que o metro cúbico da madeira incrementouse un 250 %. Iso é insoportable nunha obra», explica.

Los contratistas están hechos a los ajustes de los costes, como algo habitual en su trabajo, pero ahora los cambios son extraordinarios.

Modificación

Un modo de paliar esta situación es modificando el proyecto para intentar mitigar la subida de unas partidas reduciendo el gasto en otras. Eso se puede hacer porque las obras «están vivas», por lo que pueden ir cambiándose. Así, si se habían previsto 12 ventanas en una casa es probable que termine habiendo solo diez. O incluso que termine por no haber casa. Inma Arán, agente inmobiliaria, explica el caso de una joven pareja que ya había conseguido incluso la hipoteca para una vivienda unifamiliar, pero que tuvo que desistir y continuar en alquiler por el aumento de la contrata.

Estas situaciones se repiten porque, entre otras cosas, los que deciden promover una vivienda o reformarla suelen pedir varios presupuestos. La diferencia entre un contratista y otro puede ser muy cuantiosa, por lo que lo habitual es que se soliciten varias valoraciones, tanto si se trata de una obra de llave en mano como si se ofrecen los distintos trabajos a especialistas.

Sin embargo, una de las cuestiones que más preocupan es que estas subidas «non están controladas, non sabemos o que vai pasar», dice Vicente Cures.

Esta situación se complica todavía más con la falta de mano de obra cualificada, explica Javier Muñiz, de Inxenia. Los mayores problemas parece que se están dando también en las reformas y empieza a ser difícil encontrar empresas dispuestas a hacerlas. Las esperas son cada vez más prolongadas y en estos momentos eso supone también un incremento del presupuesto, por lo que muchos tienen que renunciar a hacer mejoras en la vivienda o en arreglar las casas familiares o las heredadas para volver a habitarlas, una modalidad que se había disparado después del confinamiento.

Esta falta de personal, según los especialistas, viene de la crisis del ladrillo, cuando buena parte de los albañiles de más edad se prejubilaron en tanto que los más jóvenes buscaron acomodo en otros sectores y los más jóvenes no se están formando en la especialidad. «Non hai relevo xeracional», dice.