Comida para 1.200, y desde Baio

Harry Dorial redac.carballo@lavoz.es

CARBALLO

21 ene 2009 . Actualizado a las 02:51 h.

Claro. A ver si van a pensar que el alimento lo llevan desde Casa Cruz, o desde la Lareira, o el Montreux, o el Acuario, o la pizzería. No, no, nada de eso. No llegaba. No sería yo tan categórico con la bebida, teniendo en cuenta los toneles que almacena la bodega de Casa Rogelio, que dan para 1.200, para 2.400, y así sucesivamente.

Lo que va (fue) de Baio es su cocinero más laureado. Braulio García , el que se formó primero en los fogones del Acuario y después en el Centro Superior de Hostelería de Galicia (CSHG), en la que, como sabrán, es profesor. Pero, ahora que lo pienso, esto necesita una explicación con un orden temporal claro.

Veamos. En la capital de España se está celebrando Madrid Fusión, una de esas citas clásicas de la gastronomía nacional más fashion que aglutina a la crème de la crème , salvo a Santi Santamaría, lo cual le ha traído algo de polémica y algo de fama, pero ya tenía. En esa cita en la que está-todo-el-mundo-que-pinta-algo también figuran el Centro Superior de Hostelería de Galicia, con alumnos y profesores. Ayer fue su día. A 23 estudiantes les tocó desarrollar una práctica real para mostrar recetas novedosas y tradicionales con productos gallegos, elaborando un menú para 1.200 personas.

No estuve allí, pero por lo que me han contado algunos colegas que han ido a Fitur (el CSHG es el encargado de los menús y los pinchos), aquello tuvo que ser de muerte. De buena muerte, ya me entienden (sobre todo en Fisterra y Laxe). Esos colegas han visto a determinadas autoridades autonómicas darse casi codazos por probar sus preparaciones en los momentos de mayor afluencia, cuando no cabe una mosca. Lo saben un profesor de Corme y una alumna de Laxe que han ido alguna vez. Bueno. A lo que íbamos. Del menú se encargaron los alumnos, pero con la supervisión de tres profesores. Uno de ellos, ya lo habrán adivinado (bien, lo comenté al principio), es Braulio García Cruz. Además de sus dos compañeros, Roberto Walter y Sonia García , colaboró su esposa, Beatriz Sotelo, del restaurante La Estación de Cambre y que hace pocos meses logró el título de Cocinera del Año 2008. Tengo el menú, por cierto, pero no lo escribo. Se les haría la boca agua. Tanta, como la que echa a borbotones, estos días, la cascada de Entrecruces. Pero les doy una pista: no era almejas de primero y churrasco con criollo de segundo. Iba por otra vía culinaria.

Hablando de vías y caminos, vamos con una de sendas. El domingo llegaron a Muxía, desde Lires, y por el método de San Fernando, 54 senderistas pertenecientes a la Asociación Deportiva e de Tempo Libre A Pedrosa, de Orro-Culleredo. Son gente curtida. Hacen salidas todo el año y esta vez tocó la Costa da Morte, un recorrido sorpresa de entre cuatro posibles. Estaba incluso previsto vadear a pie el castro, a su paso por Lires, pero lo que no estaba previsto era el tiempo. Quedaron encantados de la zona, cuenta Manolo Oliveira , que es el presidente de la entidad, fundada hace siete años. No son unos novatos de la Costa da Morte: han subido al Pindo, han recorrido el tramo Olveira-Cee y el de Santa Mariña-Camariñas. Y van siempre a los Milagres de Caión. A pie desde Orro, a veces más de 90. Eso es devoción.

También lo es la que tiene el vimiancés Andrés Alborés por La Voz de Galicia. Si el nombre y la cara les suena es que leyeron el periódico ayer: es el hijo del contratista que construyó las torres del santuario de la Barca, que llegan este año al medio siglo. Alborés atesora en su despacho numerosos ejemplares, que lee a diario. Con gente así, da gusto.