La alternativa a los microplásticos

Alfredo López Penide
López Penide REDACCIÓN / LA VOZ

BIODIVERSA GALICIA

Ramón Leiro

Ibérica de Esponjas Vegetales, asentada en Caldas, acaba de patentar el primer estropajo biodegradable y estudia una posible expansión a Colombia. Juan Carlos Mascato estuvo a punto de abandonar el proyecto ante la escasa repercusión inicial de su propuesta medioambiental

17 jun 2019 . Actualizado a las 08:33 h.

La concienciación social frente a los plásticos fue la tabla de salvación para Ibérica de Esponjas Vegetales, una empresa de Caldas pionera en el cultivo y empleo de esponjas vegetales luffa en el ámbito cosmético. Cuando esta sociedad surgió en el 2013 tras dos años de ensayos «no había la conciencia que hay ahora mismo. Nadie se interesaba por nuestros productos, la gente decía ‘para que voy a comprar lo vuestro si tengo lo sintético que dura más’ (…). Estábamos a punto de dejarlo porque la verdad es que era imposible sostener esto, pero hubo un cambio importante en las tendencias de consumo y nos pilló muy preparados, nos llevó a seguir adelante», reconoce Juan Carlos Mascato Esperón, impulsor de esta empresa.

Algunos de los proyectos que surgieron en paralelo con esta startup se abandonaron, si bien ahora la intención es recuperarlos y consolidarlos. Es el caso del primer estropajo biodegradable, fruto de cuatro años de investigaciones y que acaban de patentar. En este caso, quizás lo más complicado fue «localizar la mejor fibra, la mejor planta, que sea más resistente y gruesa, por decirlo de alguna manera, para que tenga mayores capacidades de limpieza, absorción de humedad y fijación de los jabones», hasta lograr un producto totalmente compostable. 

«Es algo que se utiliza en todos los hogares del mundo. Tiene una estructura muy duradera y es eficaz en la limpieza», remarca este técnico superior de Montes. Ibérica ha logrado avances en el reto de «eliminar cuantos más productos de plástico o poliuretano o que tengan microplásticos», incide, al tiempo que remarca que uno de los problemas de los microplásticos es que se han introducido en la cadena alimentaria de muchas especies animales e, incluso, del ser humano.

En la actualidad, en las instalaciones de Caldas de Reis tienen separados los que son los cultivos para fibra dermatológica de los cultivos dedicados al estropajo de cocina. «Junto con otra empresa de Bilbao, fuimos pioneros a la hora de hacer conciencia de lo que es el medio ambiente, los plásticos y buscar alternativas reales que lo puedan sustituir», subraya Mascato Esperón, consciente de que la preocupación medioambiental generará, paulatinamente, un mayor impacto en la sociedad en general.

«Le damos una alternativa a un problema muy serio», remarcan desde Ibérica de Esponjas Vegetales, firma que en la actualidad dispone de trece productos que exportan a distintos países europeos y de otros continentes, caso de Nueva Zelanda o Australia. «Nos conocen muchísimo. Creo que en este sector somos la empresa más conocida y la más admirada».

Expansión internacional

De hecho, uno de los objetivos de futuro de esta firma, que participa en la aceleradora de empresas Agrobiotech, un proyecto de la Consellería de Economía, Emprego e Industria para aumentar las capacidades de negocio de las pymes gracias a un programa intensivo de apoyo, es el de expandirse a otros países con plantaciones exteriores. «Estamos valorando la posibilidad de extendernos ahora al distrito de Caldas en Colombia», un proyecto que de fructificar no solo les reduciría los costes que les genera el tener que remitir los envíos desde Caldas de Reis, sino que les evitaría el tener que soportar los aranceles de Estados Unidos gracias al acuerdo de libre comercio que mantiene este país con Colombia.

De igual modo, están colaborando con la facultad de Medicina en cuestiones vinculadas con la dermatología, una iniciativa cuyos resultados podrían conocerse en breve. Y todo ello sin contar con las peticiones que les llegan de distintas partes del mundo de asesoramiento, «pero hay temas que son gallegos y no se comentan», apunta con retranca Juan Carlos Mascato.