Una diseñadora que modela los espacios

Carmen Fernández RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

cedida

La arquitecta ha trabajado con reconocidos profesionales como Iñaki Ábalos, Christian Kerez y David Chipperfield

03 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Las calles de Santiago, la cultura que rodea a la ciudad y todo su patrimonio fueron el primer contacto que tuvo Sofía Blanco-Santos con el mundo de la arquitectura. La semilla estaba plantada en su interior y conforme pasaba el tiempo fue germinando hasta florecer en un interés mayor por la construcción, el diseño de edificaciones y todos los secretos que guardan. «Lo que más me atrae es la capacidad que tiene la arquitectura para transformar la realidad. Tu trabajo cobra valor y la gente lo puede disfrutar. Hay momentos duros, pero al final los resultados se pueden compartir y tienen vida propia», explica Sofía, que pasó muchos momentos en Ribeira, ya que su familia materna es del municipio.

Llegó a la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en el 2008, centro en el que se formó y cuya estancia finalizó en el 2014. Ese mismo año dio el salto a los Estados Unidos, donde realizó el March II del Harvard Graduate School of Design. Este máster trataba uno de los aspectos que más atraían a Sofía: la realización de proyectos. Cuando terminó su formación, en el 2016, cambió su lugar como estudiante para ponerse en la piel del docente.

«Impartí un semestre en ese mismo máster. Fue una experiencia muy buena porque tenía que potenciar los trabajos de los alumnos, buscar soluciones a los problemas que se presentaban en su desarrollo», cuenta la ribeirense. Durante su estancia en Harvard también colaboró con el arquitecto Iñaki Ábalos, que fue su profesor en el máster y dirigió su tesis. En ese tiempo Blanco-Santos lideró un diseño para un cine en Estados Unidos y compitió en varios concursos en China, además de participar con Ábalos en varios proyectos de investigación.

Berlín fue el siguiente destino de Sofía. Allí trabajó con el arquitecto suizo Christian Kerez entre el 2017 y el 2018. Uno de los programas que ayudó a desarrollar consistía en el diseño de cuatro edificios de aparcamiento en altura para realizar en Baréin. «Pude ir allí varias veces. Fue muy intenso, estaba en fase de ejecución y había que preparar la documentación para su construcción», señala Blanco-Santos.

Regreso a casa

Tras varios años recorriendo el mundo, Sofía puso rumbo a Galicia en 2018, concretamente a Ribeira. Había sido elegida para reformar los apartamentos del cámping de Coroso: «Fue una oportunidad muy bonita y una suerte poder trabajar en un lugar que conocía tanto», cuenta, ya que visita la zona asiduamente. A la hora de diseñar el interior, se centró en jugar con «lo sólido» para crear vacíos. «Los parámetros estaban fijados ya que el edificio estaba construido. Quería explorar la espacialidad, pero sin caer en repeticiones», apunta la arquitecta.

La ribeirense abrió un estudio propio en Santiago, aunque siguió trabajando en el municipio: David Chipperfield había contactado con ella para el proyecto de rehabilitación del Bar do Porto de Corrubedo. La premisa que siguió Blanco-Santos a la hora de diseñar el local fue continuar con su historia y favorecer su relación con el puerto. «Partimos de descubrir elementos que estuvieran ahí y tuvieran valor, para potenciarlo. Encontramos el suelo de piedra original y lo mantuvimos, y limpiamos las paredes hasta encontrar el mortero primario», indica.

La elección del color rojo y la incorporación de una barra de azulejo fueron piezas que ayudaron a fomentar la relación del local con el entorno pesquero y a recuperar la tradición de las conserveras. «Dejamos que el proceso de diseño saliera un poco del propio bar, reaccionábamos a lo que iba apareciendo. Teníamos una organización, pero estábamos abiertos a cambios», puntualiza Sofía, que explica que al final fue una tarea conjunta con Chipperfield y que para ella fue una experiencia «muy positiva».

El futuro

Este 2021 se presenta movido para la arquitecta de 30 años. Los trabajos de investigación en los que colaboró con Iñaki Ábalos están recogidos en el libro Palacios comunales atemporales y formarán parte de la Bienal de Venecia de Arquitectura.

Blanco-Santos tiene claro que no se quiere cerrar en un tipo de trabajo, sino que quiere hacerlo con diferentes escalas. Ahora diseña varios proyectos de viviendas y un estudio, pero antes recibió encargos para un campus escolar internacional en Colombia y para un gimnasio en Lugo.