La comarca acumula cerca de medio millar de bajos comerciales vacíos

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

MUROS

El casco urbano ribeirense está lleno de bajos vacíos que se alquilan
El casco urbano ribeirense está lleno de bajos vacíos que se alquilan MARCOS CREO

Los autónomos apuntan como causas el alto precio del alquiler y las ventas en Internet

29 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cualquiera que se pasee por las calles de los cascos urbanos de la comarca podrá comprobar que tienen un elemento en común: en todas ellas hay varios locales en los que cuelga un cartel de se alquila o se vende. Esta realidad ha quedado plasmada en un informe elaborado por la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), que ha querido realizar una radiografía de la situación actual del sector, comprobando que en la zona hay cerca de medio millar de bajos comerciales vacíos, o lo que es lo mismo, solo uno de cada tres está ocupado.

La situación es especialmente llamativa en Ribeira, que se coloca a la cabeza de toda Galicia —excluyendo las siete grandes ciudades— como el concello que tiene más establecimientos que no tienen actividad. De hecho, rondan casi el centenar, una situación que preocupa a la patronal ribeirense, que lo achaca principalmente al alto coste de los alquileres.

El presidente de los empresarios, Francisco Martínez, explicó que, afortunadamente, la capital barbanzana tiene mucha actividad comercial, «pero es cierto que los bajos están por las nubes. El precio es un poco excesivo y los tiempos no están tan boyantes para poder pagar 1.000 euros al mes». También reconoció que muchos propietarios «prefieren tener el bajo cerrado antes que rebajarlos».

La gran competencia de las ventas por Internet es otro de los motivos que explica que muchos negocios hayan decidido echar el cierre, aunque Martínez recuerda que, «hoy en día, es muy fácil conocer el coste de un producto, y realmente no hay tanta diferencia entre comprarlo on-line o en la tienda. Hay que concienciar a la gente de que la actividad que generan los comercios se vuelve a invertir en los pueblos, y por eso hay que apoyarlo».

Proximidad

En la misma línea habla su compañero Daniel García, presidente de la Asociación Boirense de Empresarios, que considera que la situación en este municipio no es tan crítica, y que incluso han abierto varios negocios especializados que están teniendo mucho tirón. «Tenemos que concienciar a la gente de que no se olvide de donde viven, y de que el comercio ofrece muchas ventajas que no van a encontrar en Internet», apuntó. Sin embargo, él también es consciente de que aquí en la comarca hay un hándicap añadido, «porque no hay ningún local más o menos normal cuyo precio baje de los 1.000 o incluso de los 1.500 euros, y estamos hablando de Boiro, no de una capital».

La misma tónica se vive en A Pobra, Noia, Rianxo o Muros con un goteo constante de cierres, y en donde muchos comerciantes se ven incapaces de salir a flote teniendo que «pagar local, el sueldo de un empleado, y la facturas. Si sumas todo son unos 2.500 euros, y muchos meses no ingresas eso», señaló un autónomo pobrense.

El coste medio del metro cuadrado se sitúa en los 5 euros, una cifra superior a la media gallega

Mientras en el resto de Galicia el alquiler de los bajos comerciales suele rondar los 300 o 350 euros por un local de 90 metros cuadrados, en la comarca el precio puede ascender hasta los 450 o 500 euros (unos 5 euros por metro cuadrado). Benito Iglesias, presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias, considera que el coste es «bastante caro, sobre todo teniendo en cuenta de que hablamos de concellos que tienen muchos visitantes durante los meses de verano, pero sobrevivir todo el año se hace muy difícil».

Recordó que el bum de la construcción sembró de numerosos locales todos los concellos de la zona, pero que la crisis provocó que muchos de ellos echaran el cierre o que incluso no llegasen a tener actividad. «Hay ciertos ayuntamientos con mucho tirón turístico que dieron recuperado, como es el caso de Sanxenxo, pero otros como Ribeira, Baiona o A Guarda todavía no lo han conseguido», apuntó Iglesias, que considera que el sector textil y el de la alimentación han sido los más castigados, mientras que el de la hostelería ha aguantado mejor.