El acceso al móvil de Diana Quer activa su búsqueda once meses después

Á. S. RIBEIRA

BARBANZA

CEDIDA

Una empresa de seguridad israelí desbloqueó el dispositivo a petición de la UCO

06 jul 2017 . Actualizado a las 17:15 h.

El móvil de Diana Quer, la única prueba física de una desaparición sin resolver que ocurrió el 22 de agosto del año pasado en A Pobra do Caramiñal, siempre ha sido visto por la Guardia Civil como un puente de plata, que el azar puso en sus manos, para descubrir qué pasó realmente aquella noche de fiesta en el lado norte de la ría de Arousa.

Pero la opaca tecnología de seguridad que aplica el fabricante de teléfonos estadounidense Apple y la falta de medios propios, no solo en la Guardia Civil, también en otros departamentos del Ministerio del Interior, hicieron imposible desbloquear el dispositivo. La situación, por sí sola compleja, se torció todavía más al constatarse que alguien, posiblemente la persona o personas implicadas en la desaparición de la madrileña, ya lo habían intentado sin éxito varias veces, lo que casi activa un proceso de seguridad que, de entrar en funcionamiento, implica la eliminación de toda la información almacenada en la memoria.

Solo el tiempo y la buena relación con una empresa de seguridad, todo indica que se trata de la firma Guardian LTD Israel, hicieron posible acceder al teléfono para intentar aportar luz a un caso que ya cumple once meses en penumbra.

El proceso de desbloqueo, ya finalizado, dará paso a la fase de análisis de la documentación. Llamadas de teléfono, mensajes de texto o fotos pueden servir de gran ayuda a los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) especializados en delitos contra las personas. Unos cinco agentes que cada semana siguen desplazándose a la comandancia de A Coruña, desde Madrid, para trabajar sobre el terreno en Barbanza o en un despacho habilitado para ellos en el citado edificio del instituto armado.

Presencia en A Pobra

Basta decir que, ayer mismo, dos de estos investigadores estaban en A Pobra haciendo trabajo de campo. Es más, esta presencia sobre el terreno ha sido constante desde que la joven madrileña desapareció el 22 de agosto de hace un año, con la salvedad de que antes lo hacían casi todas las semanas, y ahora cada 15 o 20 días. Dichos agentes se mueven en grupos que varían de tamaño: a veces son dos, otras tres o, incluso, cuatro.

La gestión realizada en Alemania por la Guardia Civil requirió autorización judicial, ya que la cadena de custodia del dispositivo, por su mal estado, no resultó sencilla e implicó la toma de precauciones para evitar percances que pudieran deteriorar todavía más la única prueba física del caso Diana Quer.

Filtración

El hecho de que se filtrara este avance en la investigación tampoco ha gustado a los responsables de dar con el paradero de la joven madrileña. Las gestiones previas y el propio viaje se hilaron con gran discreción, hasta el punto de que, por ejemplo, los padres de la joven estaban informados, por no sus representantes legales.

La empresa que, según parece, desbloqueó el iPhone de Diana Quer tiene una filial en España, y goza de una estrecha relación con personal del Ministerio del Interior, ya que es proveedor de la Guardia Civil y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Saber qué pasará ahora no resulta fácil. Lo que sí parece seguro es que el proceso de extracción de la información y posterior análisis se realizará a través de un programa informático que clona el contenido de la memoria del móvil en un ordenador.

Diana López-Pinel y su hija Valeria se plantean volver de vacaciones a su casa de A Pobra

El vínculo de la madre de Diana Quer, Diana López-Pinel, con la localidad barbanzana de A Pobra do Caramiñal se hizo todavía más fuerte con la desaparición de su hija mayor. Desde que el pasado 22 de agosto de 2016 se perdió la pista de la joven madrileña, las visitas de la progenitora a la localidad barbanzana no se han dejado de suceder, más allá de las comparecencias a los juzgados de Ribeira, en los que se instruye el caso, y donde aportó información para ayudar a esclarecer el paradero de su hija.

Todo apunta a que López-Pinel y su hija pequeña, Valeria, volverán este verano a pasar unas semanas en la casa que tienen en una zona residencial de la zona de O Xobre, a escasos metros de la playa de Cabío. La madre, y la propia Valeria, siempre han destacado que la comarca les recuerda a la joven desaparecida, motivo por lo que no han querido cortar un vínculo que nació hace años, desde que las niñas eran pequeñas. El próximo mes de agosto, con motivo del aniversario de la desaparición, ambas se plantean estar en A Pobra, donde esperarán noticias que despejen las sombras del caso.