Ni rastro de Sito Miñanco en Algeciras

Javier Romero Doniz
Javier Romero ALGECIRAS / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Alquiler y venta. Bajo la gestión de Miñanco, el local de la calle San Luis era blanco y acristalado en la fachada. Ahora luce este aspecto, y una cadena de supermercados ocupa el interior
Alquiler y venta. Bajo la gestión de Miñanco, el local de la calle San Luis era blanco y acristalado en la fachada. Ahora luce este aspecto, y una cadena de supermercados ocupa el interior Alquiler y venta. Bajo la gestión de Miñanco, el local de la calle San Luis era blanco y acristalado en la fachada. Ahora luce este aspecto, y una cadena de supermercados ocupa el interior. Doniz

Su negocio de automoción es un súper y la oficina en la plaza mayor está vacía

03 dic 2022 . Actualizado a las 19:10 h.

Hoy, casi todo sigue igual en este chalé de Algeciras en el que vivió José Ramón Prado Bugallo, alias Sito Miñanco. Una vivienda que integra la biografía del arousano, tanto la personal como la policial. Fue el lugar de su última detención, en febrero del 2018 (operación Mito), por la que aún permanece en prisión provisional a la espera de juicio, acusado de liderar su última organización de tráfico de drogas.

El primer gran narco de la cocaína en España desembarcó en la ciudad gaditana en el 2015 para instalarse en el Centro de Inserción Social (CIS) Manuel Montesinos Molina, a 500 metros de la cárcel de Botafuegos. Convenció al juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional de que nunca volvería a traficar y de que solo pretendía cumplir en paz su segunda y última condena por narcotráfico.

También le contrataron de vigilante de seguridad, a sus 61 años, en un párking de la ciudad. La mejor coartada para disfrutar de los privilegios del tercer grado. Le ayudó José María Barrena, su asesor personal y abogado durante años. Una sociedad mercantil a nombre de Barrena, casualmente, había adquirido el aparcamiento.

Pero Miñanco hacía novillos en su trabajo para mantener reuniones, algunas de ellas en Marbella. O se escapaba a Galicia, con o sin autorización del CIS. También se convirtió en empresario en su nueva ciudad y buscó morada para las horas que no pasaba en el centro de inserción. Primero se instaló con su pareja de entonces en ese chalé de la calle Los Abetos, a cinco minutos en coche del centro. La vivienda está al final de la urbanización, apartada y rodeada de más chalés ajardinados y dotados igualmente con sistemas de videovigilancia.

Por algún motivo, Miñanco optó por buscar una segunda vivienda. Eligió la calle Córdoba, ya en el casco urbano. Una barriada de calles estrechas y casas de planta baja o de dos alturas y azotea. En el número 6, de fachada blanca y azulejos azules, no responde nadie al timbre, las contras de las ventanas están cerradas, y en el vecindario no recuerdan el paso de Miñanco.

Muy cerca, a 400 metros, en la calle San Luis, se estableció profesionalmente: acomodó un local comercial para su negocio de alquiler y venta de vehículos. Creó la sociedad mercantil Autos Vicmar, con domicilio social en la calle Pájaro Carpintero. Casualmente, en Vilagarcía consta otra mercantil con el mismo nombre, pero ya extinguida, igualmente dedicada a la compra y alquiler de vehículos.

Una tapadera

El local de la calle San Luis hoy está irreconocible. Ni rastro de la facha acristalada; es opaca, y la franquicia de una cadena de supermercados ocupa el interior. El sumario de la operación Mito, al referirse a Vicmar, resulta elocuente: «Esta empresa es utilizada para la elaboración de contratos y facturas ad hoc (diseñadas para blanquear dinero), como se puede extraer de las palabras de Claudia Viviana (pareja sentimental de Miñanco en aquel momento), que explica cómo manipula la facturación de la empresa con 'nombres falsos y nombres de contratos falsos que me inventaba para hacer contratos ficticios y facturas ficticias que las pueda borrar'».

El aparcamiento que dio a Miñanco su enésima oportunidad laboral también ha cambiado de manos. Se ubica en la plaza de Nuestra Señora de la Palma y los trabajadores actuales solo saben del paso del narco de Cambados por la prensa, según cuentan. La sociedad mercantil de su exabogado, New Marbuil, perdió el control del recinto en beneficio de otra empresa que gestiona más aparcamientos.

Tampoco en el vecindario recuerdan los pasos del arousano por sus calles estrechas. Un rastro que se difumina también en Marbella, a 115 kilómetros de Algeciras, y adonde Miñanco acudía con frecuencia para reunirse con más personas en los talleres de un concesionario de la casa Mercedes. La gerencia del negocio se desvincula del arousano y declina hacer declaraciones. Él, mientras, se adapta a su nueva vida en el penal de Dueñas (Palencia) tras su último traslado penitenciario, hace tres meses, procedente de Estremera (Madrid).