A Santa Rita con número y mascarilla

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AROUSA

A las once se habían agotado ya las papeletas para las misas de la mañana; los vilagarcianos cumplieron con la santa, pero de forma ordenada y segura

23 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay tradiciones con las que ni el coronavirus puede acabar. Como la celebración de Santa Rita. Los vilagarcianos cumplieron ayer con la santa y fueron muchos los que se acercaron a la iglesia para escuchar una misa, entregarle ofrendas o dejar una limosna. Pero atrás quedaron esas imágenes de la iglesia colapsada, llena de gente. El acceso al templo se hizo de forma ordenada y segura, respetando las medidas de seguridad y llevando la correspondiente mascarilla. Todo, gracias a un sistema de números que funcionó, aunque resultó un poco escaso. A las once ya no quedaban más tiques para las misas de la mañana. Y con la misma rapidez volaron los que se repartieron a partir de las cuatro y media de la tarde para las celebraciones.

«Por favor que vayan pasando los que tengan números entre el 30 y el 40», pedía un operario municipal situado a la puerta del templo. Se iba a celebrar la misa de doce y, a la entrada, había una pequeña cola de fieles esperando a que dijeran el número que previamente habían recogido en la caseta de Protección Civil. Los operarios de emergencias eran también los encargados de recoger las ofrendas de los fieles que no tenían entrada para la misa y que, por lo tanto, no podían acceder al templo. «¿No puedo entrar? Solo quiero ir a dejar la ofrenda», pedía una señora en la puerta. «Nosotros se la entregamos», le respondió uno de los operarios mientras le recogía las flores.

Una vez en el interior de la iglesia, los fieles hacían cola para dejar sus limosnas o encender una vela. Pero no había tampoco la posibilidad de acercarse a la santa para tocarla, solo se podían dejar las limosnas. En los bancos, la gente se sentaba ordenada y de tres en tres, respetando la distancia de seguridad. Y aquellos que no encontraban sitio eran acomodados por los trabajadores municipales. En las primeras filas, una mujer lloraba emocionada, quizás por los favores concedidos. Y otra iba tan cargada de velas y ofrendas que resultó difícil aplicarle el gel hidroalcohólico en la entrada.

Pero Santa Rita tuvo otras celebraciones, además de las religiosas. El mercado celta, ubicado en A Xunqueira, estaba bastante animado al mediodía, con paseantes que aprovecharon el festivo. Y la plaza de la II República se convirtió en el escenario de variados conciertos, como el de Joel Padín o Silvia Penide. No faltaron los excesos. La policía local tuvo que atender por la tarde varios avisos alertando de la presencia de jóvenes ebrios.